El debate en Bruselas para regular a las tecnológicas encara su recta final con una propuesta de última hora que complicará la vida a Google

Sundar Pichai, CEO de Google.
Sundar Pichai, CEO de Google.

Este viernes se volverá a mantener un trílogo, una de esas reuniones formales entre instituciones europeas tan características cuando se está alcanzando un consenso en torno a un futuro reglamento. El de este viernes será un nuevo trílogo (probablemente el último) sobre la futura Ley de Servicios Digitales, DSA en sus siglas en inglés.

La reunión debatirá una propuesta de última hora que complicará la vida a los motores de búsqueda como Google o Bing: la industria del entretenimiento quiere responsabilizar todavía más a esas plataformas para que retiren de forma más efectiva contenidos ilegales o piratas.

El borrador de esta DSA se conoció a finales de 2020. Los comisarios europeos de Competencia y Mercado Interior, Margrethe Vestager y Thierry Breton, elevaron las propuestas de borradores de tanto esta DSA, que vendrá a reemplazar la Directiva de comercio electrónico europeo (ya obsoleta) junto con el borrador de la Ley de Mercados Digitales, DMA también por sus siglas en inglés.

Tanto la DSA como la DMA son las dos puntas de lanza con las que la Unión Europea pretende regular y cambiar para siempre el mercado tecnológico en el Viejo Continente. Antes de que el texto definitivo sea aprobado por la Eurocámara, el mismo debe contar con el visto bueno de tanto el Parlamento Europeo como del Consejo de la Unión Europea. De ahí esos trílogos.

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Los colegisladores (los eurodiputados por un lado, los representantes de los 27 estados miembros por el otro) están ahora ultimando el texto definitivo de la Ley de Servicios Digitales, después de que la DMA recibiese luz verde por parte de las instituciones comunitarias hace tan solo unas semanas.

Mientras que la DMA regulará algunas cuestiones relativas a la competencia en el sector tecnológico europeo, la DSA o Ley de Servicios Digitales establecerá nuevos estándares a los que se deberán adherir los garantes de acceso a la información, la nomenclatura legal con la que el Viejo Continente designa a las grandes plataformas digitales (Amazon, Apple, Facebook, Google, Booking, etc).

Esos estándares tendrán un marcado carácter social. La DSA pretende ser un reglamento que regule, entre otras cuestiones, las posibilidades de que la publicidad personalizada impacte sobre menores (esto dejará de ser posible en la Unión Europea, gracias al acuerdo provisional entre Parlamento Europeo y Consejo) o la moderación de sus contenidos y los algoritmos que los priorice.

Un debate de última hora con grandes amenazas para Google o Bing

El trílogo de este viernes podría ser el último al que se someta la DSA, una vez que las instituciones ya gozan de un alto grado de entendimiento sobre lo que se debe o no se debe recoger en el texto definitivo de la norma. Pero algunos cambios de última hora podrían acabar llegando a la norma antes de que entre en vigor a finales de este año o principios del que viene.

Según avanzaba el medio Euractiveste jueves, la DSA podría incorporar una serie de garantías para los titulares de derechos (de propiedad intelectual) que podrían suponer importantes cambios incluso para el modo en el que funcionan en sí mismo grandes motores de búsqueda, como el de Google (Alphabet) o Bing (Microsoft), dos de los más conocidos del mundo tecnológico.

Estos cambios habrían llegado de la mano de un eurodiputado francés, Geoffroy Didier, portavoz de la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara durante todo el debate de la DSA. Antes de llegar a la fase de los trílogos, el Parlamento Europeo por un lado y el Consejo de la UE por el suyo deben alcanzar sus propias posturas en torno a la normativa sobre la que se trabaja.

Por eso sorprende la incorporación de un cambio de este calibre justo ahora, cuando la DSA estaría a punto de salir del horno: con los cambios propuestos por el eurodiputado Didier, los motores de búsqueda también serían considerados responsables de los contenidos ilegales que se publiciten en sus servicios, con lo que tendrían que ejercer esa moderación que se le exigirá a otras plataformas.

El propio borrador de la DSA propuesto por la Comisión Europea a finales de 2020 contemplaba la responsabilidad de esos motores de búsqueda. Pero la propuesta de Geoffroy Didier, que se elevó en Bruselas poco antes de Semana Santa, incorpora cambios a ese borrador.

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En el preámbulo del borrador de la DSA se distinguía la responsabilidad de todas las plataformas digitales sobre los contenidos digitales en función de si estos mismos estaban siendo hospedados, reseñados o enlazados. El cambio que propone Didier contempla eliminar esas especificaciones, ya que los titulares de derechos de propiedad intelectual prefieren hablar de responsabilidad en general.

De este modo, después podrán acudir a los juzgados yendo caso por caso.

Otro cambio que contempla esta propuesta de última hora es, según Euractiv, incluir la necesidad de que si se detecta un contenido ilegal en una página, toda la web en su conjunto deberá ser eliminada del listado de resultados de los motores de búsquedas. 

Yendo a un caso extremo: si alguien sube una película pirata a YouTube, Google tendrá que dejar de ofrecer enlaces a todo YouTube en sus resultados.

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De esta manera, se implementaría un principio de vigilancia para los motores de búsqueda que ni siquiera contemplaba la controvertida directiva copyright que el Gobierno español transpuso el año pasado. Aquella directiva fue polémica por abrir la puerta a una suerte de censura previa algorítmica que diversos expertos criticaron, y que pondría en aprietos a muchos creadores de contenido.

Esto supone un problema grave para plataformas como Google. Los motores de búsqueda no tienen por lo general relación con los resultados de las búsquedas: Google, por ejemplo, no tiene forma de saber si una página web está alojando una película o un videoclip de forma legal o no en sus resultados.

Esto provocará que esos mismos motores de búsqueda tengan que enfrentarse a una importante carga de trabajo al tener que contar con más medios para detectar posibles contenidos ilegales en los resultados de sus páginas indexadas. También correrán el riesgo de acabar retirando contenido que en realidad no era ilegal.

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Un ex eurodiputado llamado Felix Reda ha considerado a Euractivque la industria del entretenimiento sabe que la Comisión Europea está a favor de que los motores de búsqueda colaboren con la retirada de contenidos ilegales, con lo que a su juicio el sector, a través del eurodiputado Geoffroy Didier, está apoyando "y después empeorando" algo que la Comisión ya daba por hecho.

Francia ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea hasta junio. Uno de los principales intereses del Elíseo es desbloquear tanto la DMA (que ya ha conseguido, con la luz verde de tanto la Eurocámara como del propio Consejo) así como la DSA, cuya aprobación al texto definitivo podría llegar en horas.

Pero de la misma manera, esa presidencia francesa está en sintonía con las grandes majors de la industria del entretenimiento y su cruzada contra los contenidos ilegales o piratas. Es previsible que los países escandinavos rechacen esta propuesta de Didier, aunque es menester recordar que la ponente de la DSA es una eurodiputada también francesa, Christel Schaldemose.

Euractiv avanza que la Comisión Europea estaría trabajando en una nueva propuesta relativa a estos motores de búsqueda. Con estos mimbres, el texto de la DSA, la esperada (y temida) regulación a las tecnológicas que se cocina desde hace meses en Bruselas, podría estar encarando sus últimas horas.

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