Este es el peor momento del día para sufrir una intoxicación alimentaria, según un nuevo estudio en ratones

Alimento con moho

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  • La lucha del organismo frente a una intoxicación alimentaria depende estrechamente de la hora del día, tal y como apunta un nuevo estudio científico publicado en la revista Cell.
  • Por la noche el sistema inmunológico se desempeña peor para hacer frente a potenciales infecciones. 
  • Los resultados de la investigación resultan muy interesantes para planificar en el futuro terapias cronometradas y regímenes de vacunación diseñados para maximizar la respuesta inmune del cuerpo. 
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Estamos en verano, momento cúspide del año para sufrir una intoxicación alimentaria. El calor favorece la proliferación de bacterias y además, se multiplican las comidas al aire libre en el campo o la playa, dónde los táperes pueden jugar una mala pasada debido a ingredientes en mal estado como la mayonesa, el huevo, mariscos, pescados marinados o crudos, pollo o ensaladas. 

Ahora, un interesante estudio publicado en la revista Cell arroja un dato revelador: la lucha contra la intoxicación alimentaria depende de la hora del día. La investigación, realizada por científicos de UT Southwestern, apunta a que el sistema inmune fluctúa y experimenta picos álgidos y bajos para protegerse frente a las infecciones.

La capacidad del organismo para prevenir intoxicaciones alimentarias aumenta durante el día

La investigación muestra cómo los niveles de la molécula antimicrobiana natural fluctúan en un ritmo circadiano impulsado por las bacterias intestinales. El compuesto antimicrobiano aumenta durante el día, cuando es más probable exponerse a organismos nocivos. 

"Este estudio muestra que nuestro sistema inmunológico no está activado todo el tiempo, lo cual es un resultado inesperado", explica John F. Brooks, líder del estudio y profesor de inmunología y microbiología en UTSW. "Nuestros hallazgos sugieren que hay momentos pico en los que el cuerpo está más preparado para combatir las infecciones".

La inmensa mayoría de animales poseen un ritmo circadiano (responsable de regular las rutinas de sueño y vigilia) vinculado al amanecer y al atardecer, cuya alteración tiene graves consecuencias para la salud, como respuestas inflamatorias, desórdenes metabólicos o un aumento de las infecciones intestinales ante la interrupción crónica del sueño.

Los científicos sospecharon que la propia inmunidad antibacteriana podría cambiar en los intestinos en un ciclo circadiano, así que decidieron bucear en la expresión de agentes antimicrobianos naturales producidos en el intestino de ratones de laboratorio para combatir las enfermedades transmitidas por los alimentos.

Encontraron que la proteína regeneradora derivada de islotes 3g (REG3G) abundaba más durante la noche, cuando estos animales nocturnos están activos, y menos durante el día, cuando los ratones duermen. En ratones criados para no tener bacterias intestinales, la proteína estuvo prácticamente ausente tanto de día como de noche. 

La micrografía electrónica de barrido muestra bacterias filamentosas segmentadas que se adhieren a la superficie intestinal de un ratón. Más bacterias se adhieren durante la noche que durante el día.
La micrografía electrónica de barrido muestra bacterias filamentosas segmentadas que se adhieren a la superficie intestinal de un ratón. Más bacterias se adhieren durante la noche que durante el día.

John F. Brooks II

 Al buscar los componentes microbianos que impulsan el patrón rítmico, los investigadores encontraron que los ratones con cantidades cíclicas de REG3G tenían grandes poblaciones residentes de bacterias filamentosas segmentadas en sus intestinos, microbios típicamente presentes en roedores, primates no humanos y humanos.

Otros experimentos demostraron que estas bacterias se adhieren al revestimiento intestinal de los animales durante la alimentación, probablemente para extraer nutrientes. Al incorporarse, la producción de REG3G aumentó en los intestinos.

El ciclo influyó de forma significativa en la capacidad de los ratones para combatir las infecciones: al infectar a ratones normales, los animales tenían cargas bacterianas y tasas de muerte más altas si estaban expuestos al atardecer que al amanecer.

Por su parte, aquellos ratones incapaces de producir proteínas antimicrobianas, incluida la REG3G, experimentaron tasas igualmente altas de carga bacteriana y muerte independientemente de cuándo se infectaron.

Los próximos estudios ahondarán en saber si este fenómeno también sucede en humanos. De esta manera, la información podría aprovecharse para administrar antibióticos sintéticos para infecciones intestinales y vacunas orales en los momentos del día con mayor inmunidad. 

Conclusión: comer de noche es más peligroso

Una mujer saca un bocadillo de la nevera por la noche.

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“Estos resultados me hacen pensar dos veces antes de despertarme en medio de la noche y asaltar el refrigerador”, dice Hooper. "Puede ser más peligroso comer ensalada de patata cargada de bacterias cuando tus defensas intestinales están más bajas", concluye el investigador.

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