Perdieron a sus padres por las teorías conspiranoicas de QAnon y ahora se han unido en TikTok para recuperarlos

Que un miembro de la familia se involucre en teorías conspirativas puede suponer perderlo por completo.
Que un miembro de la familia se involucre en teorías conspirativas puede suponer perderlo por completo.

Alex Ford/Insider

Sam Morris siempre había estado muy unido a su madre, en una relación que él describe como la de un "hijo gay y madre superliberal". Sam explica que quienes la conocen describirían a su madre como una hippie extravagante, pero que nunca juzgaba a nadie. "Siempre fue muy abierta y divertida", afirma Morris.

Para él, su madre, su padre y sus tres hermanas menores siempre habían sido personas compasivas y cariñosas. Sin embargo, a principios de año decidió visitar a sus padres y las cosas ya habían cambiado. 

Sam Morris considera que esa visita fue una de las experiencias más traumáticas de su vida. Su madre, la que hasta ese momento había sido una persona abierta y el alma de todas las fiestas, ya no existía. 

Meses antes de la pandemia, a principios de 2020, la madre de Morris se había metido en el mundo de QAnon, una de las principales fuentes de las teorías de la conspiración de la extrema derecha estadounidense. Esta teoría detalla una supuesta trama secreta organizada por las cloacas del Estado contra Donald Trump y sus seguidores.

Esta situación ha ido a más y ahora cree en todo lo relacionado con las conspiraciones, desde los chemtrails hasta las historias antivacunas, pasando por cómo las élites de Hollywood supuestamente beben sangre de niños. 

Morris afirma que cuando fue a visitar a su familia, su madre estaba sentada en la cama. "Parecía la niña del Exorcista gritando cosas conspiranoicas e insultándome", explica. 

Después de esta experiencia, Sam Morris estuvo llorando dos semanas seguidas. "Lo más triste para mí fue que la vi como una víctima de todo ello. Eso fue lo más duro. No la miré y pensé: maldita idiota. Pensé: Ojalá no hubieras leído toda esa mierda", lamenta. 

Sam Morris es un artista que vive en Londres. Eso le ha permitido tener muchos seguidores en sus redes sociales. Sin embargo, ha encontrado su refugio en TikTok, cuando decidió comenzar a explicar cómo había perdido a su madre por culpa de QAnon. 

Él es uno de los muchos creadores que han recurrido a la aplicación tras perder a sus seres queridos a causa de movimientos conspiranoicos. En TikTok han encontrado una comunidad donde no se sienten solos.

La creciente repercusión de TikTok puede ayudar a reconocer el alcance de las teorías conspiranoicas 

Morris se guardó su historia durante más de un año. Sin embargo, se sintió tan atacado por su madre a través de redes sociales que sintió la necesidad de contar su experiencia. Business Insider ha podido ver los comentarios en Twitter e Instagram de su madre, donde dice que ha perdido a su hijo porque está dentro de una "secta covidiana" al haberse vacunado.

"Está tratando de arrastrar al resto de mi familia con él", escribe su madre. "No sé qué más hacer para salvarlo".

Morris comenzó a contar su historia con bastante humor negro diciendo que tendría que pasar él solo la Navidad después de que su madre lo hubiera repudiado por QAnon. "Muchas personas se pusieron en contacto conmigo con historias similares. De esta manera me resultó más fácil abrirme", relata. 

"Me ha dado escalofríos leer mensajes de gente que ha perdido a su madre o a su padre o a su tía o a su abuela", añade. "Me quedé en plan: Dios mío, ¿qué está pasando aquí?".

Sam Morris

Sam Morris

Existe una creciente comunidad online de personas cuyos padres se han obsesionado con QAnon. En esta red social han encontrado un lugar donde comparten las conversaciones que tienen con sus padres, y utilizan la aplicación como una forma de conectarse con otros para obtener consejos y solidaridad.

Hace poco que Morris ha subido un vídeo explicando cómo se ha radicalizado su madre. "Siempre le interesaron las cosas que se salían de lo común", detalla a Business Insider, "y justo antes de la pandemia, se metió de lleno en el movimiento del cannabis y el CBD. Tanto es así que dejó sus antidepresivos y trató de sustituirlos por aceite de CBD. Esto hizo que durante la pandemia su salud mental se deteriorase aún más".

"Llegó a un punto en el que no podías hablar con ella porque cada cosa que salía de su boca era una especie de teoría conspiranoica", señala Morris. 

Este joven ya no tiene contacto con su madre, que lo ve como un enemigo. El año pasado, en su cumpleaños, Morris le escribió una carta y le envió flores. Sin embargo, ella tuiteó que iba a pasar el día con su "hijo sustituto", otro creyente de la conspiración QAnon que conoció a través de Internet.

Joe Pierre, un profesor de ciencias de la salud en la UCLA que se ha especializado en creencias delirantes y teorías de la conspiración, explicó a Business Insider que QAnon tiene muchos ganchos que atraen a la gente. 

"Las razones por las que la gente cae en estos agujeros difieren de una persona a otra", señala Pierre, "pero, en general, suele haber una combinación de desconfianza en las fuentes autorizadas y búsqueda de información [sesgada o directamente errónea] que refuerce su desconfianza y sospechas sobre el mundo".

La creencia en las teorías de la conspiración también tiende a asociarse con otros rasgos de comportamiento, como la necesidad de certezas y control, la necesidad de sentirse diferente y la tendencia a utilizar el pensamiento intuitivo en lugar del analítico.

"Estos rasgos están presentes en cierta medida en todo el mundo", afirma Pierre. "Pero las personas que creen en las teorías conspirativas tienden a tenerlas en mayor cantidad que las que no lo hacen".

Las redes sociales pueden proporcionar apoyo cuando falta en el mundo real

Otro caso es el de Beckett Arnold, quien ha encontrado en TikTok un refugio durante la pandemia. Su familia es negacionista. Mientras crecía, Arnold oía a su madre hablar largo y tendido sobre los usos nefastos y secretos que el Gobierno hace del flúor en el agua y las estelas químicas de los aviones que envenenan a la población.

"Año tras año, ha empeorado con el tema de la conspiración", explica Arnold a Business Insider. "Ella espera que respete de dónde viene, pero no me concede el mismo beneficio de la duda".

Justo después de las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos Arnold empezó a pensar que quizá tendría que distanciarse de sus padres, tíos y tías, porque estaban "en todos los canales de telegramas y escuchando a Lin Wood", y pensando que Trump iba a ser reelegido.

Un manifestante sostiene un cartel con la letra Q mientras espera en la cola junto a otros para entrar en un acto de campaña de Trump en Wilkes-Barre, Pensilvania.
Un manifestante sostiene un cartel con la letra Q mientras espera en la cola junto a otros para entrar en un acto de campaña de Trump en Wilkes-Barre, Pensilvania.

AP Photo/Matt Rourke

Arnold explica que la influencia de su madre hizo que ella misma casi cayera en el agujero de la teoría de la conspiración hace unos años, pensando que "el 11-S fue un ataque de falsa bandera". Pero desechó esas ideas al compartirlas por TikTok y sus seguidores se las tumbaran.

Ahora utiliza la aplicación, donde tiene 77.000 seguidores, como una salida creativa, utilizando el humor para compartir su experiencia de tener una familia que cree en conspiraciones.

"Si no nos reímos, lloramos", dice. "Realmente me ha ayudado a mantener no solo mi cordura a través de todo esto, sino también a construir una comunidad de personas que tienen una mentalidad similar a la mía".

Pierre detalla a Bussines Insider que la gente ha recurrido a diferentes rincones de internet, como los grupos de Reddit, en busca de consuelo después de que sus familiares se vean envueltos en teorías conspirativas y desaparezcan.

"Las personas aisladas pueden experimentar a menudo una sensación de pérdida palpable", analiza. "Pero también mucha frustración asociada a la sensación de impotencia para rescatar a su ser querido o a la de no poder seguir comunicándose con ellos si no piensan igual".

Es terrorífico ver como los padres descienden hasta esa realidad paralela

Aunque las razones para entender por qué la gente se cree estas teorías conspiranoicas son amplias y complicadas, hay patrones que siguen todas las personas. Uno de ellos es el miedo, que es un gran impulsor para muchos.

Morris cree que el miedo a lo desconocido que trajo consigo la pandemia y la falta de control que supuso que sus hijos estuvieran todos en lugares diferentes contribuyeron a que su madre tratara de encontrar respuestas en Internet. 

"Su salud mental ya era inestable y solo encontró la paz con las explicaciones de las teorías de la conspiración", señala Morris. "Empezó a intentar inventarse respuestas para lo que realmente ocurría en su realidad".

Rebekah también relaciona las opiniones de sus padres con el miedo que heredaron de la cultura en la que se criaron. 

Rebekah, a la que Business Insider solo identifica por su nombre de pila para proteger la privacidad de su familia, creció en una iglesia cristiana fundamentalista evangélica del sur de Estados Unidos, lo que ahora describe como una secta. No revela de qué iglesia formaba parte públicamente, pero ha compartido parte de su historia en TikTok. Ella y su marido se fueron en la primavera de 2020.

La madre de Rebekah, al igual que otros seguidores de QAnon, creía que Trump seguía siendo el presidente después de que Biden jurara su cargo en 2021. "Creen que Trump es un héroe y un Dios, y me enviaba cosas sobre como que era el salvador de todos los niños traficados", explica.

Rebekah también recurrió a TikTok para compartir su historia, después de que su terapeuta dijera que podría ser útil para su curación. "Una sociedad fundamentalista conservadora puede ser una burbuja", señala, "y si se sale de ella puede sentirse muy aislado".

"Los que siguen en la burbuja pueden hacerte sentir estúpido y rebelde. Solo espero que hablar de cosas como ésta, hablar de nuestras experiencias, haga que la gente se sienta menos sola".

Rebekah explica que le gustaría tener una relación más estrecha con sus padres, pero comparte que ha tenido que poner muchos límites, como silenciar el grupo familiar en Facebook, y decirle a sus padres que no le envíen nada más de ámbito político. 

"Quiero a mi madre. Quiero a mis padres, pero están muy metidos en esto", señala. "No estamos operando en la misma realidad".

Alguno de los mensajes del chat familiar de Rebekah.
Alguno de los mensajes del chat familiar de Rebekah.

Rebekah

Aprender a dejar ir puede ser la parte más difícil, porque siempre existen destellos de esperanza

Arnold no está segura de cómo va a ser la relación con su madre en un futuro. Por el momento, se ve a sí misma como la voz de la razón, y su función es exponer a sus padres sus propias opiniones. "Si no estoy allí para ayudar a dar una perspectiva diferente, no van a estar expuestos a ella en absoluto", señala.

Pierre considera que es posible que estas personas puedan volver a conectar con sus familias después de pasar por estos grupos conspiranoicos, pero la probabilidad de que eso ocurra depende de "lo lejos que hayan caído". 

"A menudo, lo mejor que podemos hacer como seres queridos es mantener el contacto y la conexión con alguien para que siempre haya algo a lo que volver si deciden salir de la madriguera, aunque solo sea para echar un vistazo", destaca.

Morris espera que compartir su historia arroje luz sobre lo extendidas que están las teorías de la conspiración en todo el mundo. Además, también busca que se reflexione sobre el daño que supone dejarse llevar por la histeria y el absurdo que perjudica a las personas y desgarra a las familias.

A principios de 2021, la madre de Morris fue a pasar seis semanas con él. Un día, casi al final de su estancia, algo cambió y mantuvieron una conversación de más de seis horas. 

Morris explica que sintió que había llegado a ella, diciéndole que estaba asustada y que buscaba respuestas en un mundo aterrador. Sintió que en ese momento su madre volvía a ser ella. Se abrazaron y se dijeron que se querían. 

Sin embargo, al día siguiente su madre se fue de casa y le dijo al resto de la familia que le estuvo recriminando ser una madre horrible durante seis horas. "Fue desconcertante porque sentí como si todo lo que había logrado hubiera desaparecido. Pero todavía queda un rayo de esperanza", reflexiona Morris.

"No quiero vivir una vida sin esperanza", afirma. "Lo que ella vive es una vida sin esperanza".

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