¿Son menos empáticos los amantes de los géneros más morbosos como el terror, los 'thriller' o el gore? La respuesta es no y la ciencia explica el porqué
- Se suelen relacionar a las personas con gustos morbosos, el cine de terror o el gore, con perfiles psicológicos más oscuros o con niveles más bajos de empatía.
- El psicólogo Coltan Scrivner está estudiando si esto es una característica real de la psicología de estas personas y, lejos de ser así, podría tener un trasfondo evolutivo.
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Las películas de terror, el género gore, los thriller sobre secuestros o las series y documentales sobre asesinos en serie es considerado como morbo.
Si estos géneros tienen tantos adeptos, ¿está la sociedad llena de personas con un perfil psicológico algo oscuro? Claro que no.
Eso es justo lo que está estudiando Coltan Scrivner, psicólogo y miembro del Instituto de Estudio de la Mente y la Biología de la Universidad de Chicago.
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El investigador acaba de publicar un estudio —que todavía se encuentra pendiente de revisión— sobre el morbo y cómo se relaciona con aspectos psicológicos humanos. Uno de sus primeros interrogantes ha sido qué es exactamente lo que produce ese impulso por lo morboso.
Según la investigación de Scrivner podría venir heredado del mundo animal, en concreto a la relación depredador-presa. El instinto de supervivencia hace que esas posibles presas observen los comportamientos de los depredadores.
Según la visión de Scrivner, los humanos consumen este tipo de películas, series o documentales para documentarse, para aprender de lo sucedido.
Pero no es el único que sustenta esta teoría. En 2017, la psicóloga Suzzanne Oosterwijk de la facultad de Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Ámsterdam, planteó que las personas sentían curiosidad por los estímulos negativos porque les permitían adquirir conocimientos sobre el mundo.
Ante esto, el investigador pone un ejemplo para entender de manera más simple sobre qué se sustenta su teoría: "Yo no quiero estar en un accidente de coche para saber lo grave que es, pero necesito ser verdaderamente consciente de lo peligroso que puede ser. Si el accidente que veo es espantoso, marcará con mucha probabilidad mi comportamiento futuro y hará que disminuya la velocidad y sea más cuidadoso. Si sólo veo un golpe en el guardabarros, mi comportamiento no cambiará".
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De este modo, el psicólogo ha intentado deshacer esa idea de que tener una curiosidad morbosa estaba íntimamente relacionada con personas sin empatía o con un perfil psicológico algo oscuro.
Según un metaanálisis se comprobó que no, que los niveles de empatía podrían ser incluso altos, pero sí se encontró un rasgo común. Lejos de ser negativo, lo único que indicaba esta predilección por lo morboso es que la persona tenían niveles más altos de curiosidad.
Ante esto, surge también una explicación no tan social, sino química. Según Helen Fisher, bióloga y antropóloga de la Universidad Rutgers en Estados Unidos, el organismo está preparado para activarse ante lo diferente, ante aquello que no se puede etiquetar con facilidad.
Cuando algo distinto te llama la atención se disparan tus niveles de dopamina, serotonina, testosterona y estrógenos. Es decir, todo el circuito hormonal se pone en marcha ante la incertidumbre.
La fuerza de este fenómeno se explica porque se desarrolla la propia curiosidad: el otro es un desconocido a cada instante. Cuando ves un thriller, hay zonas oscuras de los protagonistas que te atraen sin saber por qué y ahí es donde reside el éxito de estos géneros.
Así que se podría decir que si te gustan este tipo de películas ligadas al morbo, no eres más que un humano curioso que, inconscientemente, quiere mantenerse alerta ante posibles peligros.
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