Esta economista lo dejó todo para crear la marca de huevos camperos que triunfa en El Corte Inglés y Carrefour (y ahora factura 6,5 millones de euros al año)

Pavel Ramírez
Nuria Varela Portas, cofundadora del Pazo de Vilanes.
Nuria Varela Portas, cofundadora del Pazo de Vilanes.
  • Nuria Varela Portas es la cofundadora de Pazo de Vilane, una de las marcas de huevos camperos más prósperas de España, que en 2018 logró una facturación de 6,5 millones de euros.
  • Cuando decidió dejar la ciudad para "criar gallinas al campo", en 1998, disponía de sus ahorros, una finca familiar abandonada y una subvención "de menos de 6.000 euros".
  • Empezó con 50 gallinas; ahora, Pazo de Vilane tiene más de 120.000 ejemplares.

Nuria Varela Portas asistió a mediados de los 90 a un curso de agricultura ecológica, donde aprendió las nociones básicas para montar una granja. Ella lo llama "casualidad", pero su historia —y la de Pazo de Vilane, una de las marcas de huevos camperos más prósperas de España, que solo el año pasado facturó 6,5 millones de euros— se antoja una mezcla de precognición y predestinación.

Varela, licenciada en Económicas, se había mudado a Londres a estudiar un máster en 1995, una experiencia que le sirvió para darse cuenta de que no le gustaba mucho "la urbe y la dinámica de la ciudad". Tres años después, una idea empezó a rondarle la cabeza, quería montar algo en una finca familiar en Galicia en estado de abandono.  

Nadie quería hacerse cargo del lugar, por lo que "en vez de volver a Madrid, que es donde yo vivía, me fui directamente a la finca", relata Varela en conversación con Business Insider. Por entonces tenía 26 años.

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Aunque en términos absolutos se producían más huevos camperos que en la actualidad, en aquella época "casi no se vendían huevos camperos" en grandes superficies, relata. En 1998, montar una granja de huevos camperos era como tratar de competir con Microsoft con una web de comercio electrónico : requería no solo de tesón y esfuerzo, sino también de una gran visión de negocio.

Y una pizca de falta de cordura.

Como grandes terratenientes de una novela de Isabel Allende, algunos productores avícolas de la zona incluso se acercaron a su finca a amedrentarla sin tapujos. "Estás loca, me decían. Tu negocio va a fracasar", relata Varela.

Sin embargo, en Galicia, Varela explica que a nivel local sí existía demanda. Así que empezó con 50 gallinas, algo de ahorros, una finca abandonada y una subvención de "menos de un millón de pesetas [6.000 euros en la actualidad]". Varela cuenta que la ayuda se enmarcaba dentro de los planes de la Xunta para la incorporación al medio rural. Hoy en día, la cuantía de esta ayuda asciende a 20.000 euros.

120.000 gallinas y una facturación de 6,5 millones de euros en 2018

La sede de Pazo de Vilane está ubicada en Antas de Ulla, una población de Lugo de poco más de 2.000 habitantes y limítrofe con las provincias de A Coruña y Ourense, aunque tal vez los foráneos conozcan mejor la zona por Los pazos de Ulloa.

"Trabajamos en el mismo lugar en el que Emilia Pardo Bazán situó su novela", explica Varela, quien describe con su relato tres de los elementos clave presentes en la novela: caciquismo, lucha de clases y campo. Sobre todo, campo.

Nada menos que 48 hectáreas —480.000 metros cuadrados— componen las fincas que ha ido adquiriendo Pazo de Vilane a lo largo de 20 años: aquellas 50 gallinas, ahora son 120.000.

Porque uno de los primeros retos a los que se tuvo que enfrentar Varela fue a la falta de liquidez: los dos primeros años en Pazo de Vilane fueron prácticamente estériles "porque los bancos no veían rentabilidad en este negocio", recuerda.

En 2018, la empresa registró una facturación de 6,5 millones de euros.

"El gran boom se produjo hace unos cinco años", cuando las grandes superficies también empezaron a ver un filón en los huevos camperos. La primera en apostar por Pazo de Vilane fue El Corte Inglés y, a partir de ahí, los huevos de Pazo de Vilane empezaron a encontrarse en las estanterías de multitud de distribuidores de alimentación.

El giro hacia producciones camperas de buena parte de los consumidores hizo el resto.

Hoy en día, Pazo de Vilane cuenta con 40 empleados y sus huevos se venden en buena parte de las grandes superficies —El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, La Plaza de Dia o Eroski, entre otros— y en más de 800 puntos de venta en toda España.

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"Durante 15 años, estuvimos solos en el mercado", explica Varela. El problema que ve ahora es que "hay mucha más competencia que antes, porque todo el mundo quiere apuntarse al carro". Relata, incluso, que algunos de los productores avícolas que otrora la intentaron amedrentar son hoy parte de esa competencia.

"La diferencia es que ellos producen huevos, mientras que nosotros criamos gallinas", resume. En concreto, Varela asegura que en cada una de las fincas de Pazo de Vilane hay entre 3.000 y 4.000 gallinas, mientras que "hay otros que en el mismo espacio tienen a 30.000 animales".

Esa concepción va incluso más allá de su claim —"no fabricamos huevos; cuidamos gallinas"—; no en vano, Varela presume con orgullo que las mermeladas de Pazo de Vilane, aún siendo una línea de negocio secundaria, son las que mayor porcentaje de fruta contienen —un 80%— en el mercado.

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