Las protestas del Black Lives Matter ponen de manifiesto que la policía de todo el mundo sigue sin saber cuándo usar gases lacrimógenos, según una investigación en 22 países

Los manifestantes, reunidos para protestar por la muerte de George Floyd, comienzan a huir del gas lacrimógeno utilizado por la policía para despejar la calle cerca de la Casa Blanca en Washington, el lunes 1 de junio de 2020.
Los manifestantes, reunidos para protestar por la muerte de George Floyd, comienzan a huir del gas lacrimógeno utilizado por la policía para despejar la calle cerca de la Casa Blanca en Washington, el lunes 1 de junio de 2020.AP Photo
  • La policía ha lanzado gases lacrimógenos contra multitud de manifestantes del movimiento Black Lives Matter en numerosas ciudades de EEUU, como Washington DC, California y Minneapolis en las últimas semanas.
  • El gas lacrimógeno, un irritante químico, se usa legalmente para controlar las multitudes, pero los expertos en derechos humanos dicen que solo se debe utilizar como último recurso para dispersar disturbios violentos.
  • "En la práctica, las fuerzas policiales usan gases lacrimógenos de una manera que nunca se pretendió usar", ha explicado Amnistía Internacional en un nuevo informe.
  • El grupo de derechos humanos ha recopilado vídeos de más de 50 eventos donde se han usado gases lacrimógenos en 22 países de todo el mundo desde 2018.
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El gas lacrimógeno se ha convertido en una primera línea de defensa, por parte de la policía, para frenar las protestas en todo Estados Unidos en las últimas semanas, desde las calles de Minneapolis, hasta Washington DC y Filadelfia.

Cuando este químico entra en contacto con la piel, los ojos y los pulmones de las personas, se disuelve formando un líquido ácido y doloroso, provocando una sensación de ardor, dificultad para respirar, tos y llanto.

Este movimiento de control de multitudes, que está diseñado para empujar a grupos de personas a dispersarse, buscando aire fresco, se ha convertido en una estrategia muy común para deshacerse de las personas que se manifiestan de forma legal y simplemente hacer que se vayan a casa, según un nuevo seguimiento multimedia de gases lacrimógenos de Amnistía Internacional.

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"La policía no ha aprendido a cómo desplegar gases lacrimógenos y en qué situaciones usarlos", ha comentado Justin Mazzola, subdirector de investigación de Amnistía Internacional de EEUU. Poco antes, el sitio interactivo del grupo, "Gas lacrimógeno: la investigación", fue lanzado en su plataforma. "Frente a la Casa Blanca el otro día se usó como primer recurso para despejar a las personas lo más rápido posible, en lugar de advertirles, haciéndoles saber que se va a usar, y por qué va a ser usado".

El jueves, se espera que la representante Alexandria Ocasio Cortez presente un proyecto de ley en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, proponiendo prohibir el uso de gas lacrimógeno y otras armas químicas como fuerza policial.

"Es uno de los pasos más básicos que podemos tomar", ha informado a Los Angeles Times.

Despliegan gases lacrimógenos en todo el mundo para hacer que la gente pacífica se disperse

El tema del uso excesivo de gases lacrimógenos no se limita a los Estados Unidos. En todo el mundo, el mismo escenario se ha desarrollado una y otra vez, concretamente en más de 50 situaciones diferentes en 22 países desde 2018, dicen los investigadores de Amnistía. El gas lacrimógeno ha sido mal utilizado en manifestaciones pacíficas, en espacios cerrados, en poblaciones vulnerables, como niños y adultos mayores, y se ha desplegado en fuego directo y en cantidades excesivas.

A medida que el coronavirus se propagó en Kenia el pasado marzo, la gente recibió gases lacrimógenos "arbitrariamente" al intentar abordar un ferry a casa, horas antes de que comenzara el toque de queda.

Las procesiones fúnebres se han encontrado con este químico en Bolivia y Guinea, antes y después de las controvertidas elecciones nacionales en esos países. La policía también dispersó gases lacrimógenos en hospitales, hogares y escuelas en Chile para sofocar las llamadas de los ciudadanos a una mejor sanidad, agua y educación en ese país.  Los manifestantes climáticos en París y las multitudes de estadounidenses que se reúnen pacíficamente en las protestas de Black Lives Matter en ciudades de los Estados Unidos también fueron rociados con ese gas.

Los departamentos de policía están usando gases lacrimógenos 'cuando lo consideran necesario'

Los expertos dicen que el gas lacrimógeno debería usarse como arma de último recurso para dispersar a una multitud violenta, donde hay disturbios y vandalismo generalizados, como ha sucedido ocasionalmente en los EEUU después de grandes victorias deportivas.

"No iría tan lejos como para decir que no hay absolutamente ninguna situación en la que no debería usarse, especialmente en entornos violentos", ha argumentado previamente a Insider la doctora Rohini Haar, médico de emergencias y experta en armas de control de multitudes de Médicos por los Derechos Humanos. "Pero diría que el nivel de uso generalizado, no solo en los Estados Unidos, sino también en el extranjero, y la frecuencia con la que se usa incorrectamente, debería hacer que la gente haga una pausa".

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Parte del problema, dijo Mazzola, es el acceso policial al químico.

"Si le das una herramienta a las agencias de aplicación de la ley, la van a usar", dice. "Las usarán cuando lo consideren necesario, en lugar de hacerlo cuando sea realmente apropiado y proporcionado a la amenaza que realmente enfrentan". Este uso excesivo puede tener consecuencias paralizantes.

Los botes de gas lacrimógeno pueden herir y matar

Balin Brake, un estudiante de Indiana Tech de 21 años, perdió su ojo derecho después de que un bote de gas lacrimógeno le golpeara la cara durante una protesta en Fort Wayne el pasado 30 de mayo.

Brake no es el único que ha resultado herido.

Haar fue autora de un estudio sobre proyectiles de impacto cinético (KIP), publicado en el BMJ en 2017, que descubrió que los KIPS, incluidos los botes de gases lacrimógenos, las balas de goma y los cartuchos de bolsas de frijoles, "han causado lesiones graves, discapacidad y muerte".

De las 1.981 personas que sufrieron lesiones en los 26 estudios utilizados para ese análisis, Haar y sus coautores encontraron que 53 personas habían muerto por sus lesiones, 71 sufrieron lesiones graves y 300 sufrieron discapacidades permanentes.

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Otras lesiones más comunes incluyen lagrimeo, enrojecimiento, dolor y también pueden provocar problemas de asma. Durante una pandemia de coronavirus, se agrega otro riesgo: la irritación y la tos que provocan los gases lacrimógenos pueden ayudar a promover la propagación viral.

En Washington DC, muchos miembros de la Guardia Nacional no se sienten bien con el reciente despliegue de gases lacrimógenos cerca de la Casa Blanca.

"Por lo general, como la Guardia Nacional de DC, somos vistos como los héroes", ha apuntado a The New York Times el primer teniente Malik Jenkins-Bey, comandante interino de la 273ª Compañía de la Policía Militar durante el despliegue de gas. "Es una conversación muy difícil cuando un soldado se vuelve hacia mí y me dice: 'Señor, mi primo estaba ahí gritándome, ese era mi vecino, mi mejor amigo de la escuela secundaria'".

Desde Amnistía Internacional, Mazzola defiende que ha llegado el momento de algún tipo de reforma.

"Creo que las últimas semanas realmente demuestran que necesitamos pautas nacionales en términos de cómo se utilizan todos estos equipos", ha concluido.

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