Polín et moi: la empresa de moda familiar que reescribió su historia, protagonizó su particular paso por el desierto y en plena pandemia mundial creció un 145%

Polín et moi

Polín et moi

  • La marca española de moda y completos vio crecer sus ingresos un 145% en plena pandemia, hasta los 1,2 millones de euros. Eso sí, antes había superado su particular paso por el desierto.
  • El objetivo ahora es cerrar el año con 2 millones, empujado por la integración de la firma en la web de El Corte Inglés y su desembarco en Latinoamérica.
  • Descubre más historias en Business Insider España.

Polín et moi tiene a efectos prácticos 6 años de vida, pero la identidad de la marca española de moda se forjó mucho antes. Lo hizo cuando los estudios de mercado se hacían echando un vistazo a los negocios que había en el barrio. 

Prueba de esto anterior reside en como la madre de la actual CEO de la firma dudó entre abrir una tienda de productos sanitarios o una de calzado. Se decantó la segunda. 

El proyecto avanzó y la firma entendió que era el momento de ponerse frente al espejo y liderar su propia transformación: convertirse en marca propia de venta mayoritariamente online. 

El proceso lo abordó en 2015 y supuso una verdadera travesía por el desierto, pero que llegó a destino: su facturación en el año de la pandemia creció un 145%, hasta los 1,2 millones de euros. Y eso solo el principio.

La previsión ahora es cerrar el año con 2 millones de euros. El empuje vendrá por la integración de la firma en la web de El Corte Inglés, donde ya disponen de 2 cornerso por su desembarco comercial en Latinoamérica.

La travesía empresarial y familiar de Polín et moi

Polín et moi

Polín et moi

No se puede hablar de la historia de Polín et moi sin hacerlo antes de sus orígenes. Nuria Hernández, su actual CEO, cuenta que su madre, ahora socia y pieza clave, montó su primera tienda en 1983. 

Se trataba de un establecimiento multimarca de textil y calzado, concepto que no han abandonado, pero sí reescrito. Tuvieron la corazonada de que había crear un proyecto de marca, y así lo hicieron.

Hace 6 años lanzaron la enseña y lo hicieron con el canal online como mejor aliado. Eso sí, el camino no fue fácil los 2 siguientes años. "Hasta 2017 no vi la luz", confiesa la empresaria.

Hernández venía de trabajar en marketing para una gran multinacional, por lo que manejar grandes cifras no le resultaba un problema. 

Ahora bien, todo cambiaba cuando los recursos eran propios y la empresa familiar. "Cada euro que invierto si no lo retorno está perdido", precisa. Las cifras atestiguan, en cualquier caso, lo acertado de sus movimientos. 

Un facturación que creció un 145% en pleno 2020

Fabricación calzado

Polín et moi

En 2020, en plena pandemia, incrementó su facturación de forma interanual un 145%, hasta los 1,2 millones de euros. Hasta el mes mayo, su cifra de negocio ya se había elevado un 75%. 

Así, el objetivo es el de acabar 2021con 2 millones en facturación, ayudado por la inminente integración en la web de El Corte Inglés y la presencia en Latinoamérica a través del e-commerce Cositas de España.

En paralelo, la intención es también de abordar casi en su totalidad Europa. Ahora, su principales mercados son Alemania, Francia, Italia y Bélgica.

La empresaria, sin embargo, prefiere no hacer quinielas. "No somos conformistas, pero somos una empresa familiar, nuestros objetivos no son en números, sino en retos cumplidos". 

Actualmente, la marca dispone de un total de 60 puntos de venta entre tiendas propias, retailers, franquicias y marketplaces presentes en España, Francia e Italia. El grueso, de sus ventas es online y nacional.

La pugna por el origen y la calidad de los productos

Fabricación calzado Polín et moi

Polín et moi

Polín es un modelo mixto, en tanto que el calzado es 100% producido en España y el textil, una gran parte se trabaja a diseño terminado y otra, un 30%, es mercado doméstico.

Desde hace 6 meses, el reto pasa por cambia estas proporciones y apostar por una producción nacional. Sin embargo, Hernández huye del estigma que lleva implícito el origen de las prendas. 

"Quiero seguir por esta senda por colaborar con el tejido empresarial, no porque crea que en Asia no haya buena industria. Un móvil se hace allí y nadie cuestiona su valor, con una prenda sí. Hay que cambiar el chip", relata.

La clave de la etiqueta, continúa Hernández, no está en responder al dónde está hecho, sino en saber si estás ofreciendo al cliente algo al precio, calidad y diseño que cree que merece. 

"Queremos llegar a una producción 100% nacional para finales de 2023", cuenta con toque de ironía la empresaria para, acto seguido, negar la fecha del reto a batir. "No tenemos prisa, sí un compromiso", añade.

"Voy etapa a etapa. Si creo que estoy en el camino correcto, seguiré, sino encontraré otro", confiesa la directiva, y de su frase se trasluce su propia filosofía. Polín et moi va lento, posiblemente, porque sabe hacia dónde va.

 

 

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.