Científicos de Harvard han alcanzado un hito clave en el aprendizaje de cómo revertir el envejecimiento

Brad Pitt en el papel de Benjamin Button.
Brad Pitt en el papel de Benjamin Button.

Fotograma de El curioso ccaso de Benjamin Button

  • Un grupo de científicos de Harvard liderado por David Sinclair ha demostrado poder revertir los efectos del envejecimiento en ratones y devolver a los animales algunos de los signos biológicos de la juventud.
  • En un nuevo artículo publicado en Cell, argumentan que los principales factores del envejecimiento no son mutaciones del ADN, sino errores en las instrucciones epigenéticas que experimentan un desajuste. 

"¿Para qué querré yo la vida cuando no tenga juventud?", se preguntaba el poeta Rubén Darío. La ciencia persigue incansable escudriñar los secretos del envejecimiento y encontrar la fórmula de la juventud eterna. Ahora, un grupo de investigadores de Harvard parece haber dado con la tecla... al menos, en ratones.

El grupo dirigido por el catedrático de genética y codirector del Centro Paul F. Glenn de Investigación en Biología del Envejecimiento de la Facultad de Medicina de Harvard, David Sinclair, ha publicado este mes de enero sus descubrimientos en la revista Cell. 

Sus hallazgos arrojan luz sobre el proceso de senescencia: hasta la fecha se creía que el envejecimiento celular obedecía a las mutaciones de ADN —que alteran a las células y en última instancia, provocan la muerte celular—. 

 

Sin embargo, no todas las células de las personas mayores están plagadas de mutaciones, ni tampoco los animales o las personas que albergan una mayor carga de células mutadas envejecen prematuramente.

Así que estos científicos pusieron la lupa en otra parte del genoma: el epigenoma, que proporciona instrucciones diferentes a cada célula sobre qué genes deben activarse y cuáles deben mantenerse en silencio. Las instrucciones epigenéticas dan lugar a células con estructuras físicas y funciones diferentes en un proceso llamado diferenciación.

Cambio de paradigma: el envejecimiento podría obedecer a errores en las instrucciones epigenéticas

"La base del envejecimiento es la información que se pierde en las células, no solamente la acumulación de daños", afirm Sinclair. Es un cambio de paradigma en la forma de concebir el envejecimiento". "

Según recoge la revista TIME, Sinclair lleva tiempo proponiendo que el envejecimiento es el resultado de la pérdida de instrucciones críticas que las células necesitan para seguir funcionando, en lo que él denomina la Teoría de la Información del Envejecimiento.  Dicho de otro modo, sería como reiniciar la copia de seguridad del software del cuerpo. 

En los experimentos, se introdujeron roturas en el ADN de ratones jóvenes para envejecerlos —los cambios epigenéticos fuera del laboratorio pueden obedecer a la contaminación, al tabaquismo o a los químicos—. Los roedores empezaron a mostrar signos de vejez, como pelaje gris, menor peso corporal a pesar de la dieta inalterada, menor actividad y mayor fragilidad.

Lo que hacen los científicos es retrasar el reloj de las células adultas para que recuperen su identidad: por ejemplo, células renales y cutáneas fueron guiadas por las células madre de Yamanaka, un conjunto de 4 genes que el científico Shinya Yamanaka descubrió en 2006 que pueden hacer retroceder el reloj de las células adultas a su estado embrionario.

No se borró la historia epigenética de las células, sino que se emplearon 3 de los 4 factores para hacer retroceder el reloj del envejecimiento un 57%, consiguiendo que los ratones volviesen a ser jóvenes. "Me ha sorprendido mucho la universalidad de su funcionamiento. Aún no hemos encontrado un tipo de célula que no podamos envejecer hacia delante y hacia atrás", dice Sinclair.

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Por el momento, el equipo de Sinclair está probando el sistema en primates no humanos, conectando un interruptor biológico que les permitiría activar y desactivar el reloj vinculando la activación de los genes de reprogramación a un antibiótico, la doxiciclina. 

Si se administra doxiciclina a los animales, el reloj empezará a invertirse, y si se deja de administrar el fármaco, el proceso se detendrá. El sistema también se está probando con neuronas humanas, células de la piel y fibroblastos, que forman el tejido conjuntivo.

En 2020, un proceso similar hizo que el mismo equipo pudiese restablecer la visión en ratones, abriendo las puertas a aplicar la terapia génica para revertir enfermedades oculares. Otras enfermedades crónicas como las cardiopatías o incluso trastornos neurodegenerativos como el alzhéimer podrían abordarse revirtiendo el proceso de envejecimiento

"Ahora, cuando veo a una persona mayor, no la veo como vieja, sino como alguien cuyo sistema necesita ser reiniciado. Ya no es cuestión de si el rejuvenecimiento es posible, sino de cuándo", dice Sinclair, aunque todos estos procedimientos están rodeados de fuertes controversias bioéticas. 

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