Los fabricantes de coches eléctricos afrontan una carrera por asegurarse el suministro de litio ante las subidas de precio: estas son las 4 estrategias que podrían darles el éxito, según los expertos

Alexa St. John,
El GMC Hummer, el todoterreno eléctrico de GMC
El GMC Hummer, el todoterreno eléctrico de GMC

GMC

Fabricantes como General Motors, Ford o Lucid aseguran que están concentrados en hacer que los coches eléctricos sean asequibles para el gran público. Pero el aumento incesante del precio de litio podría provocar un aumento general de los precios de las baterías, que podrían dar al traste con esos planes.

Aunque los coches eléctricos puedan tener un menor coste a la larga, teniendo en cuenta el aumento de los precios del combustible, los costes de mantenimiento o las ayudas públicas, siguen siendo más caros que los vehículos diésel o gasolina: el precio de un eléctrico en Estados Unidos es de 65.977 dólares (62.480 euros, al cambio actual), frente a 42.364 dólares (40.120 euros) uno de combustión.

En España, el precio medio de un coche eléctrico en 2021 era de 41.571 euros, según datos de la consultora MSI y el portal Unoauto, y desde 2019 ha reducido su diferencia respecto a un vehículo diésel en un 58%.

"Esto no es un buen presagio para el objetivo de electrificar una buena parte de la flota estadounidense"; asegura Patrick Anderson, director de la consultora Anderson Economic Group.

Vista aérea de una explotación de litio en el desierto de Atacama, en Chile.

Los fabricantes aseguran que pueden cambiar eso y que llegarán los eléctricos baratos, conforme pase el tiempo y aumenten las economías de escala. El Gobierno de EEUU ha prometido 3.100 millones de dólares para producción de baterías e incluso pretende utilizar una ley de la Guerra Fría para superar los problemas de la cadena de suministro.

Pero con la escasez de metales, incluyendo el incremento del litio, que es un componente clave para las baterías, algunos de esos planes podrían verse frenados en seco, según los expertos.

"Necesitas una receta para una diferencia de precios incluso mayor. Conforme la cadena de suministros se vea más afectada, será un golpe doble para los compradores que busquen un vehículo económico y quieran tener un coche eléctrico", advierte Anderson.

La gama alta domina el mercado de eléctricos

Tanto los fabricantes consolidados como las nuevas compañías han entrado todas con coches eléctricos de gama alta. Desde el Hummer de GMC (110.295 dólares), el primer eléctrico de Cadillac, el Lyriq (58.795 dólares), al Tesla Roadster (109.000 dólares). El Model 3 de Tesla debería costar 35.000 dólares, pero actualmente está en los 48.490, casi 53.000 euros en España.

No se salvan de esa dinámica las nuevas compañías: la camioneta R1T de Rivian parte de los 67.500 dólares, y el sedan de Lucid, el Air Dream Edition, alcanza los 169.00. El modelo Air podría bajar hasta los 77.400 dólares.

"No hay mucha gente que pueda permitirse un coche eléctrico de 169.000 dólares. Ahora mismo, nadie puede hacer un eléctrico de 25.000 dólares que supere los requisitos de seguridad y pueda generar una demanda mínima en el país", considera Anderson.

Un hombre recargando un coche eléctrico

En los últimos tiempos comienzan a anunciarse precios más bajos. El ID.4 de Volkswagen parte de los 41.995 dólares y en España está en los 38.000 euros, la camioneta Ford F-150 Lightning desde los 39.974 dólares, el Chevrolet Volt está en los 31.000 (44.525 euros en España) y el Nissan Leaf parte de los 27.400 dólares (33.600 en España).

Elon Musk reconoció recientemente que el eléctrico de 25.000 dólares ya no es una prioridad para Tesla, aunque su rival Peter Rawlison asegura que en Lucid sí lo tienen en mente.

En un corto plazo, es difícil que llegue ese modelo asequible. "No creo que haya una forma de que un fabricante pueda construir eléctricos de bajo coste de la forma que le gustaría", asegura el consejero delegado de la compañía de baterías SES, Qichao Hu.

Posibles soluciones

Para Andrew Dilton, del área de innovación de la consultora West Monroe, aunque la escasez de suministros para baterías podría limitar la carrera por el crecimiento de los coches eléctricos, no está seguro de que tenga tanto impacto sobre la posibilidad de bajar precios por parte de los fabricantes. Bajo su punto de vista, las baterías de estado sólido podrían ayudarles a sortear ese problema.

"Ese eléctrico de 25.000 dólares que ha prometido Volkswagen está cerca de ser una realidad", asegura Dixon, respecto al ID.Life de la compañía alemana, un eléctrico asequible.

"Una batería de estado sólido tiene potencial para rebajar su coste incluso algo más. El descenso del precio de las baterías no tiene un final a la vista, y eso será el principal impulso que haga los eléctricos más baratos", explica Dillon.

Hu aporta otras 3 soluciones: regionalizar la cadena de suministro de baterías, aumentar el reciclaje y  llevar parte de los costes al usuario con un sistema de batería como servicio.

Mustang Mach E GT Performance Edition

"La batería como servicio permite que el incremento de costes de los materiales acabe llegando al usuario final de una forma que el coste total de adquirir el eléctrico vaya produciéndose durante el tiempo al ser un leasing, de manera que el coste inicial es menor", explica.

De todas formas, los consumidores tendrán reticencias al encontrar que el coche eléctrico tiene costes tradicionales.

"Me preocupa que dentro de unos años haya una verdadera crisis, y que la mayoría de los consumidores aún no tenga una opción rentable que satisfaga sus necesidades y su presupuesto", alerta Anderson.

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