El precio de la luz, en máximos históricos, está afectando a pequeñas y medianas empresas, desde hoteles que compiten con grandes cadenas a panaderías de barrio

Enciendes la televisión o abres cualquier medio de comunicación y la noticia casi siempre es la misma: el precio de la luz bate récord histórico. Aunque la realidad es que, en ocasiones, cuesta conocer las causas de estos picos máximos.

Por ofrecer una perspectiva general, el miércoles 29 de septiembre el precio por megavatio hora se situaba en 189,9 euros, con 208,47 euros en su tramo más caro. Es decir, 5 veces más que el año anterior.

Según el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), que mantiene un listado con precios actualizados en directo, el sábado 2 de octubre ascendió hasta los 234,37 euros, mientras que el actual, a fecha de 17 de octubre llega hasta los 250 euros.

En resumen, el precio medio del megavatio hora en España es de 209,63 euros, con un pico máximo en los 270 euros. Sin buenas nuevas, la misma noticia de siempre. 

Ahora bien, las consecuencias para hogares y empresas ya se dejan ver. En el caso de las últimas, han comenzado a aparecer parones provocados por dicho encarecimiento de la energía y el gas.

Hace poco, se conocía que la factura energética de empresas como Sidenor había disparado los costes hasta un 25%, mientras que para las electrointensivas el coste total podía ascender hasta el 60%. Algo que también está ahogando a las pymes.

Desde hoteles a panaderías el encarecimiento de la energía obliga a parar o subir precios

Si algo tiene claro la industria española es que las medidas actuales del gobierno no están solucionando un problema que parece no terminar nunca.

“Muchas pequeñas y medianas empresas han salido muy desgastadas de la pandemia, sobreendeudadas y todavía con una liquidez muy mermada", ha declarado a El País Gerardo Cuerva, presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme). "Esto hace que no puedan afrontar costes imprevistos como la subida del precio de la luz”.

Y ha añadido: “Atacar la libertad de empresa con soluciones como la de intervenir en los beneficios no supone ninguna solución estable y genera mucho daño para la credibilidad de nuestra economía”.

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En este sentido, las primeras compañías que comenzaron a realizar parones fueron metalúrgicas, como Sidenor en la planta de Basauri (Bizkaia) que no reanudará su actividad hasta el 31 de diciembre.

A esta se ha sumado ArcelorMittal, con cortes más selectivos y cortos durante los picos máximos, algo que inevitablemente tendrá sus efectos visibles en la producción. Por su parte, Ferroatlántica ha tenido que cerrar uno de los 5 hornos de Cantabria.

Aunque no solo el sector industrial parece estar asifixiado. El turístico, concretamente, el hotelero también se enfrenta a grandes desafíos. 

Es el caso de establecimientos que no son grandes cadenas, como el hotel Corregidor, en Segovia, cuyo directo, Juan Carlos Santos, ha lamentado en El País que cierran temporalmente desde el Puente de la Constitución hasta finales de febrero, porque pagan el doble de electricidad.

A los parones o cierres temporales se unen los incrementos sobre el precio de los servicios. Este es el ejemplo de algunos comercios como + Que sol, compañía de bronceado con rayos uva.

“Se duplicará el precio del kilovatio por hora. Si ahora pagamos entre 600 y 800 euros, según la temporada, subirá a entre 1.200 y 1.600 euros solo de electricidad", ha comentado a El País Laura Viu, propietaria. "Y además ahora suben la cuota de autónomos. Estamos secuestrados, y lo que no entiendo es cómo no salimos más a la calle”.

Un temor que viaja hasta las panaderías más pequeñas, que temen que las grandes superficies les quiten clientes habituales con la subida del precio de la luz, que repercutirá en la subida del precio de la barra de pan.

En conclusión, el encarecimiento de la luz está afectando tanto a grandes empresas como a las pymes, obligadas a cerrar o a aumentar los precios.