Los precios de los coches seguirán subiendo en 2022 debido a la alta demanda y los problemas de suministro

El 2021 no ha sido el mejor año para comprar un coche; la crisis de los microchips provocó retrasos de hasta 6 meses en la entrega de vehículos nuevos.

Ahora, todo apunta a que en el 2022 la tendencia va a ser muy parecida. 

La alta demanda y las limitaciones de inventario derivada de la escasez de microchips del año pasado que ralentizó la producción, han hecho que los costes de los coches se encarezcan. 

Este "cuello de botella" —la oferta no puede satisfacer la demanda— es un fenómeno que se está dando en todo el mundo. Además, la escasez de mano de obra también ha afectado al ritmo al que los fabricantes de automóviles pueden producir vehículos, y también ha aumentado los costes.

En una entrevista con la CNBC, Tyson Jominy, jefe de datos y análisis de J.D. Power, una de las empresas de análisis de datos e inteligencia del consumidor más importantes del mundo, reconocía que casi el 90% de los compradores de coches están pagando hasta un 5% más del precio de etiqueta.

El precio de etiqueta o sticker price en inglés, es el precio de venta al público recomendado por el fabricante. En Estados Unidos está protegido por ley, se coloca un adhesivo en la ventana del vehículo y no puede ser retirada por nadie más que el comprador.

"La experiencia típica de los concesionarios en la que los consumidores recorren los lotes de los concesionarios con filas y filas de coches, negocian el precio y obtienen algún incentivo no es probable que vuelva este año, porque hay entre 4,5 y 5 millones de consumidores al margen esperando coches", señalaba Jominy.

"Esta demanda reprimida mantendrá los inventarios bajos y los precios altos durante la mayor parte de 2022", añadía el analista.

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En España, las noticias para el sector no son mucho más optimistas. 

Según Faconauto (patronal de concesionarios) las matriculaciones de turismos se redujeron un 18,7% en diciembre de 2021, con respecto al mismo mes del año 2020.

Además, entre enero y diciembre de 2021, se han vendido 859.477 unidades, un 1% más que en 2020, pero un 32% menos que en el mismo periodo de 2019, recoge la patronal de concesionarios. Es decir, el sector todavía se encuentra lejos de los números de antes de la pandemia.

En este 2022, la industria se enfrenta a varios retos. Desde la subida del impuesto de matriculación, algo que desde la patronal de concesionarios calculan que encarecerá el precio de los vehículos entre 800 y 1.000 euros, a la crisis de suministro que se calcula se va a extender hasta mediados de año.

El mercado de la automoción no se escapa de la incertidumbre que sacude a la economía global. En el escenario más optimista para el sector, en el 2022 se podrán matricular hasta 1 millón de turismos si los problemas de oferta se solucionan durante el primer semestre, según un estudio de BBVA Research.

La crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19, ha hecho que la inflación alcance cifras nunca vistas en los últimos 30 años, encareciendo los precios de muchos productos, desde el pan hasta la electricidad.

Los problemas de desabastecimiento, la crisis de microchips, el alza del petróleo y el incremento del coste de las materias primas provoca que muchos productos tengan un precio más caro. Y algunos expertos señalan que esto podría durar hasta el 2024.