La presidenta de Signal dice que la IA generativa es "definitivamente una burbuja" y que el mercado de Nvidia "morirá por un segundo"

El frenético sprint para desarrollar la IA generativa suscita controversia: para algunos se trata de una inmensa oportunidad a largo plazo, o una "carrera armamentista". Sin embargo, para otros es una burbuja que puede durar tan solo un pestañeo.

"Creo que este momento, la IA generativa es definitivamente una burbuja", señala a Wired Meredith Whittaker, presidenta de la aplicación de mensajería Signal. "No puedes gastar mil millones de dólares por sesión de entrenamiento cuando necesitas hacer múltiples sesiones de entrenamiento y luego lanzar un maldito motor de redacción de correos electrónicos. Algo anda mal ahí".

En otras palabras, Whittaker cree que la industria llegará a un punto en el que la cantidad de dinero que se canaliza hacia ella no se reflejará en su producción.

A principios de este mes, el mercado de valores reveló cierta preocupación entre los inversores, ya que las grandes tecnológicas gastaron miles de millones en IA y mostraron pocas promesas de retorno.

Sin embargo, los inversores siguen invirtiendo dinero en OpenAI, el líder de la industria, incluso cuando sus principales investigadores se van, debido en parte a su preocupación de que la compañía se está moviendo demasiado agresivamente hacia la inteligencia artificial general.

Whittaker no está segura de cuándo podría estallar finalmente la burbuja, pero apuesta a que Nvidia, el fabricante de chips estadounidense que impulsa gran parte del desarrollo de la inteligencia artificial, reflejará las primeras señales.

"Creo que veremos una caída del mercado. La capitalización de mercado de Nvidia va a morir por un segundo", indica. La capitalización de mercado de Nvidia superó a Amazon y Alphabet a principios de este año, y ahora es de poco más de 3 billones de dólares, según Yahoo Finance.

De cualquier manera, señala que la regulación de la industria de la IA será fundamental.

"Cosas como la separación estructural, donde comenzamos a separar la propiedad de la infraestructura de la capa de aplicación, perturbarían a estas empresas", indica. "Creo que unas regulaciones significativas de la privacidad podrían ser de gran ayuda". 

Estas incluyen reducir la cantidad de datos que las empresas pueden recopilar y su autoridad sobre cómo se utilizarán. Su argumento es que la burbuja de la IA no debería impedirnos regular los males del capitalismo de vigilancia. "No hay nada natural en el paradigma que existe actualmente", concluye.

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