La primera vacuna para el COVID-19 podría costar 1.800 millones de euros

- LaCoalition for Epidemic Preparedness Innovation (CEPI) ha estimado que el coste de la obtención de una vacuna eficaz para el COVID-19 será de 1.800 millones de euros (2.000 millones de dólares). Enric Serradell, profesor de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), especialista en el sector farmacéutico, apoya esta estimación.
- Serradell recuerda que el precio la vacuna no viene determinado por sus principios activos, que son de importe reducido, sino por el coste de la investigación y desarrollo.
- Solo 2 de las 8 multinacionales farmacéuticas que más facturan por la elaboración de vacunas tienen procesos de investigación abiertos para tratar el COVID-19.
- En estos momentos, salvo sorpresas, la carrera está liderada por el laboratorio norteamericano Moderna y por el chino CanSino.
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La obtención de una vacuna eficaz contra el COVID-19 tiene un coste estimado de 1.800 millones de euros (2.000 millones de dólares), según la Coalition for Epidemic Preparedness Innovation (CEPI).
La CEPI es un organismo público-privado internacional con sede en Noruega. Se fundó hace 3 años con el objetivo de coordinar proyectos para acelerar el desarrollo de vacunas.
Los analistas de la CEPI estiman que los laboratorios que lideran la carrera por la vacuna del covid-19ya se han gastado unos 900 millones de euros, aproximadamente la mitad de lo previsto. Esperan desarrollar la vacuna en un plazo de entre 12 y 18 meses.
Enric Serradell, profesor de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), especialista en el sector farmacéutico, señala que las estimaciones de la CEPI son realistas: desarrollar una vacuna eficaz cuesta unos 1.800 millones de euros.
Serradell recuerda que, por cada investigación que se culmina con éxito, otras 99 acaban en la cuneta. Cada proyecto, ya sea para una vacuna o un medicamento, es “una carrera de obstáculos con un final incierto”.
Estas dificultades repercuten en el precio final del producto. Este no viene determinado por sus principios activos, que son de importe reducido, sino por el coste de la investigación y desarrollo.
"Precio político"
Sobre el valor que alcance la vacuna en el mercado, Serradell considera que deberá ser un “precio político”: serán los gobiernos los que financien la vacunación de los ciudadanos.
“Sería un error ponerle un precio inasequible para los ciudadanos de un determinado país cuando estamos hablando de reducir desigualdades y de solidaridad. Es el momento de demostrarlo”, insiste Serradell.
Curiosamente, de las 8 multinacionales farmacéuticas que más facturan por la elaboración de vacunas solo 2 participan en investigaciones punteras para dar con la que inmunice del SARS-CoV-2. Estas 2 farmacéuticas son la norteamericana Pfizer, que ocupa la tercera posición del ranking, y la china Sinovac, la octava.
Ni la británica GlaxoSmithKline, líder mundial en fabricación de vacunas, ni la norteamericana Merck, en segunda posición, están en la carrera.
Serradell apunta que en una carrera para ser el primero toman parte los laboratorios que ya han realizado investigaciones similares. Empezar desde cero supone una desventaja competitiva.
En estos momentos, salvo sorpresas, la carrera está liderada por el laboratorio norteamericano Moderna y por el chino CanSino. Son los únicos que se encuentran en plena segunda fase de la investigación, que supone la experimentación con centenares de humanos sanos. Ambas empresas están aliadas con la administración sanitaria de sus respectivos países.
En una fase intermedia entre la 1 (con animales) y la 2 (con humanos), estarían las chinas Sinovac y Sinopharm, el británico Institut Jenner de la Universidad de Oxfordy el proyecto conjunto de la norteamericana Pfizer y la alemana BioNtech.
En total, hay cerca de un centenar de candidatos para dar con la vacuna del COVID-19. Entre ellos se encuentran 2 proyectos españoles, aún en fase preclínica. Para desarrollar una vacuna se pueden seguir caminos muy distintos.
Serradell destaca la colaboración público-privada para avanzar en la investigación de vacunas o medicamentos. Muchas farmacéuticas están colaborando con universidades y organismos públicos.
Artículo original deEconomía Digital