El CEO de Merck España desvela los principales desafíos de salud de cara al futuro y los problemas que agravará la pandemia

El 1 de febrero, Miguel Fernández se convirtió en el CEO más joven en dirigir una empresa farmacéutica en España al ser nombrado primera ejecutivo de Merck España tras un paso brillante por la compañía en Finlandia. 

Merck Group cumplió todos sus objetivos financieros en 2019 y las ventas del grupo aumentaron un 8,9% ese año, hasta 16.200 millones de euros. Cuenta con presencia en 66 países del mundo y emplea a más de 57.000 personas. 

España, con 3 centros de producción y un millar de empleados, es uno de los 5 primeros países europeos para la compañía por volumen de negocio y Miguel Fernández asegura que se encontró con una empresa "tremendamente bien gestionada" y "más fuerte y más sólida de la que yo dejé".

El estado de alarma se decretó el 14 de marzo, cuando el CEO no había cumplido su segundo mes en el cargo. "Yo venía con una hoja de ruta clara, con unos primeros 100 días en los que quería hacer algo", recuerda Fernández. 

"Y, obviamente, la pandemia y la crisis cambian bastante la hoja de ruta en el corto plazo", asegura. 

Sin embargo, el CEO de Merck no pierde de vista el largo plazo y asegura que la visión y la filosofía de la compañía siguen siendo los mismos: servir a los pacientes. 

En esa línea, Fernández reflexiona sobre los principales desafíos a los que se enfrentará España en el ámbito de la salud y señala las peores consecuencias que derivarán de la pandemia de coronavirus. 

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Fernández asegura que el envejecimiento es un éxito de la sociedad, pero lamenta la baja tasa de natalidad 

"Creemos que tener una alta tasa de un envejecimiento demográfico es un éxito", asegura Fernández, recordando que tenemos la mayor esperanza de vida en el mundo junto a Japón. 

"Es un éxito del sistema sanitario que tenemos y de las compañías farmacéuticas que ponemos en manos de los médicos y de los profesionales sanitarios buenos medicamentos. Y es un éxito de España, en general, por su dieta y por su estilo de vida", concluye. 

Para el CEO de Merck España, el verdadero problema se encuentra en la menor tasa de natalidad. "Eso sí que no es un éxito lo mires por donde lo mires", recordando que Merck es pionera y líder en tratamientos de reproducción asistida a nivel mundial.

"España tiene un índice de natalidad decreciente y menor que el resto de países de la Unión Europea y eso no es bueno para el país", afirma. Un documento elaborado por la Fundación BBVA y el Ivie recoge la situación actual de la natalidad en España, que presenta el segundo nivel más bajo de la Unión Europea, solo por detrás de Malta: si en 1975 las mujeres españolas tenían de media 2,8 hijos, en 2017 la media se situó en 1,3 hijos.

Otro dato representativo es que, en 2018, el número de defunciones superó al de nacimientos en casi todo el país, concretamente en 42 de las 52 provincias españolas. En España, para garantizar la estabilidad de la población se necesita un nivel de reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer, asegura el documento. 

El CEO de Merck España asegura que el sector público apoya los tratamientos de reproducción asistida y la compañía desarrolla hormonas para los tratamientos, así como la tecnología que hace el seguimiento, lo que permite que estén presentes en todo el proceso. 

"Hemos hecho que nazcan casi 3 millones de bebés en el mundo con nuestras hormonas y nuestra tecnología", señala. 

Aunque su tasa de natalidad ha disminuido en los últimos años, Francia sigue teniendo una de las tasas de fertilidad más altas de la UE, con 1,92 nacimientos por mujer, según las cifras del Banco Mundial a partir de 2017.

Los expertos lo atribuyen a que el país cuenta con amplias políticas sociales, que proporcionan subvenciones para los niños más pequeños y un generoso sistema de prestaciones, "especialmente para las familias numerosas".

En esa línea, el CEO de Merck ya abogó en el Smart Business Meeting organizado por Business Insider España por "poner en la agenda de Sanidad el fomento de políticas que ayuden a que las familias sean cada vez más numerosas". 

Fernández ha señalado que el sector privado tiene también gran responsabilidad en esta área, puesto que las compañías pueden fomentar las políticas de conciliación. 

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La pandemia está dejando sin tratar patologías que llegarán a ser mortales 

"La pandemia, según hemos ido conociendo por las informaciones de profesionales sanitarios, está haciendo que se dejen de tratar otras patologías que podrían llegar a ser incluso más mortales o son más mortales que el propio COVID-19", explica el CEO de Merck España. 

En concreto, Fernández señala que el diagnóstico precoz del cáncer depende de chequeos rutinarios que se han dejado de hacer por la saturación de los hospitales y las restricciones de la pandemia. 

"Lo que podría pasar, según están apuntando públicamente nuestros profesionales sanitarios, es que hubiera una mayor tasa de tumores avanzados que a día de hoy no se están diagnosticando", predice. 

Los oncólogos del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) han advertido de que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus lastrará hasta un 5% la supervivencia en cáncer de pulmón, lo que supondría 1.300 muertes adicionales.

El diagnóstico en fases tardías del tumor, así como las mayores dificultades para su investigación, podrían ser las principales causas de este decrecimiento de supervivencia. “En el caso del retraso en el diagnóstico, desde el GECP hemos detectado causas multifactoriales. Por un lado, el miedo a visitar al especialista, unido a la confusión de la sintomatología (similar entre el COVID-19 y el cáncer de pulmón) o la saturación de los centros sanitarios, que podrían agravar los diagnósticos del tumor en las últimas etapas”, explica Mariano Provencio, presidente del GECP.

Merck también trabaja en varias áreas del cáncer y lidera tratamientos contra el cáncer de colón y de cabeza y cuello de útero. Además, va a lanzar el primer medicamento inmunoncológico para un cáncer de vejiga, lo que va a ser "un cambio de paradigma", asegura Fernández. 

El ejecutivo también señala que la crisis puede agravar casos de enfermedades como la esclerosis múltiple: "Hay pacientes con esclerosis múltiple que interrumpieron el tratamiento sin consensuarlo con su médico e incluso dejaron de ir al hospital para sus revisiones o al sufrir una recaída por miedo a infectarse".

Y agrega: "Cuando acabe la crisis —según vienen advirtiendo los profesionales sanitarios—, podríamos asistir a un incremento en otras patologías que hasta ahora se tenían más o menos controladas".