Varias empresas están invitando a las mujeres japonesas a no usar gafas en el trabajo para evitar parecer "frías" y poco "femeninas"

竹下 郁子,
| Traducido por: 
"Lookismo" es un término usado para describir el fenómeno de discriminar a alguien basado en su apariencia.
"Lookismo" es un término usado para describir el fenómeno de discriminar a alguien basado en su apariencia.
  • Varios empleadores han prohibido a las mujeres japonesas utilizar gafas en el trabajo.

  • Desde grandes almacenes y salas de exposición hasta la industria de la hostelería y clínicas de belleza, un amplio abanico de empresas han prohibido que las mujeres puedan llevar gafas durante la jornada laboral.

  • Los empleadores alegan que las gafas hacen parecer a las mujeres más frías, hostiles, poco femeninas o demasiado inteligentes.

  • Business Insider ha entrevistado a varias mujeres afectadas por el fenómeno, a algunas de las cuales sus jefes les pidieron que se arreglaran el cabello, usaran extensiones de pestañas o que tuvieran un aspecto más dulce y femenino.

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Varias empresas japonesas de un puñado de sectores, incluyendo tiendas al por menor, locales de hostelería o clínicas de belleza, han prohibido a las mujeres utilizar gafas en su puesto de trabajo.

Las burlas por llevar gafas no es un fenómeno nuevo ni en Japón ni en el resto del mundo, pero este veto a nivel profesional ha llevado el asunto a un extremo completamente nuevo, mucho más allá de entender las gafas como una simple ayuda médica para ver mejor.

Una mujer japonesa que ha optado por mantenerse en el anonimato, pongamos la señorita A, tiene más de 20 años y trabaja como recepcionista en una de los grandes almacenes más conocidos del país. Ella asegura que se le ha prohibido ponerse gafas mientras está en su puesto de trabajo. 

Las principales responsabilidades de su función son proporcionar atención al cliente, así como prestar cochecitos y sillas de ruedas a quienes lo soliciten.

Explica que su superior le dijo directamente que "las gafas están prohibidas".

"Lo dijo como si fuera obvio", explica. "Me dije a mí misma en ese momento que no se nos permitían las gafas porque teníamos que lucir femeninas, que no servía de nada usarlas".

Cualquier maquillaje más allá de lo que podrías describir como "conservador" también está prohibido.
Cualquier maquillaje más allá de lo que podrías describir como "conservador" también está prohibido.

"Ahora que lo pienso, quizás era que querían que todos nos viéramos uniformados", cuenta, "como si fuéramos parte de algún tipo de escuadrón de gimnasia".

La visión de A está por debajo de 0.01. Trabaja cinco 5 a la semana durante unas 8 horas al día. Si se tiene en cuenta su recorrido a la hora de desplazarse, tiene que usar lentillas para lo que se traduce en más de 12 horas al día. Sus ojos estaban tan irritados por la sequedad y la fatiga que a veces los cerraba durante los descansos.

"Hay veces en que es malo lo que hago", cuenta A, "y a menudo hay mañanas en las que pienso para mí misma: 'Me gustaría poder usar gafas'".

El uniforme consta de un vestido y zapatos —proporcionados por la compañía—, unos tacones de 5 centímetros.

"En los primeros años que empecé a trabajar, me dijeron una y otra vez que necesitaba parecer más dulce y más femenina", relata.

Cualquier maquillaje más allá de lo que podrías describir como "conservador" también está prohibido: por ejemplo, las sombras brillantes de los ojos, colores oscuros para los labios, lentillas de colores y las extensiones de las pestañas. Todo está prohibido.

El uniforme consiste en un vestido y los zapatos —proporcionados por la compañía — son de 5 centímetros.
El uniforme consiste en un vestido y los zapatos —proporcionados por la compañía — son de 5 centímetros.

Las reglas para el color del cabello también están claramente delineadas en las pautas de la compañía y si tu cabello es demasiado claro y tu gerente se entera de ello, serás amonestada.

En Japón, por lo general, es de buena educación usar una máscara facial si crees que te estás resfriando, para evitar que otros se contagien de tu enfermedad.

Pero en la compañía de A ni siquiera se permiten máscaras.

"Me preocupaba que, si me resfriaba, no podría ir a trabajar. Sería descortés para los clientes [aparecer sin máscara]", explica.

Todos los empleados que trabajan en los grandes almacenes de A son mujeres y esas son las reglas: solo los vendedores pueden usar gafas, máscaras y zapatos de tacón bajo.

Sin embargo, para los recepcionistas masculinos, el uso de gafas es totalmente aceptable.

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La Sra. A dijo: "Me preocupaba que si me resfriaba, no podría ir a trabajar. Sería descortés para los clientes aparecer sin una máscara facial".
La Sra. A dijo: "Me preocupaba que si me resfriaba, no podría ir a trabajar. Sería descortés para los clientes aparecer sin una máscara facial".

De hecho, en otra organización comercial donde A trabajaba previamente, también se le prohibió llevar gafas. Una vez más, a los recepcionistas varones se les permitía llevar gafas, pero, por alguna razón, a las mujeres no se les permitía hacerlo.

En esa época, A cuenta que a sus compañeras que tenían el pelo largo se les pedía que se peinaran al estilo "Yakai Maki", un tipo de recogido común en Japón.

De hecho, se solía pedir a las mujeres que volvieran a peinarse si no lo habían hecho de una forma "suficientemente presentable". A cuenta que ella era reacia a pasar media hora peinándose cada mañana, así que decidió cortárselo.

"De repente, me di cuenta de que no me pagaban por el tiempo que pasaba arreglándome el cabello y me deprimí", cuenta. "Sentí lo mismo con las lentillas y el maquillaje".

"Parece que únicamente se pide a las mujeres cumplir con unos cánones de belleza, que no se imponen a los hombres", reflexiona. "No lo entiendo".

"Me gusta trabajar de cara al cliente y me enorgullezco de mi papel", añade A "pero no quiero ser 'femenina' en el lugar de trabajo". "Debería ser mi actitud hacia los clientes lo que importara [no mi cabello]. Quiero que se cambien las norma".

A las mujeres de pelo largo se les pide en algunos lugares que se peinen con el estilo "Yakai Maki", una especie de peinado.
A las mujeres de pelo largo se les pide en algunos lugares que se peinen con el estilo "Yakai Maki", una especie de peinado.

Parecer "inteligente" puede ser un problema cuando se busca trabajo, según A. Incluso hay páginas de búsqueda de empleo que directamente recomiendan pasarse a las lentillas.

A no es la única mujer a la que se le ha prohibido usar gafas en el trabajo.

Según una encuesta realizada por Business Insider Japón, las mujeres que trabajan en tiendas al por menor "tienen un conjunto de reglas muy definido que cubren el color del cabello, las uñas o las gafas".

Una estudiante de 20 años respondió a la encuesta diciendo: "En el sector de la hostelería me dijeron que me pasara a las lentillas porque el uso de gafas no es higiénico".

Incluso si las gafas no están prohibidas, algunas mujeres fueron informadas por sus empleadores de que simplemente no les gustan las mujeres que llevan gafas.

Incluso si las gafas no están prohibidas, algunas mujeres fueron informadas por sus empleadores de que simplemente no les gustan las mujeres que usan gafas.

El sitio de reclutamiento también destaca que, cuando usas gafas, es difícil leer tu expresión facial y que, dependiendo de la persona, muchos podrían percibirte como fría o antipática, o simplemente inteligente.

"Tengo los ojos secos y necesito llevar encima siempre conmigo gotas para aliviar la sequedad", expone A.

"La visión de la sociedad sobre las mujeres te insensibiliza"

No es solo el sector de servicios el que tiene problemas con las gafas; B, de 32 años, que trabajaba como enfermera en una clínica de belleza, también se vio afectada.

En las directrices de su compañía sobre el código de vestimenta, se define claramente que no se permite usar gafas.

La visión de B es de 0.3, y su jornada laboral comienza a las 10 a.m. y termina a las 8 p.m., pero a menudo hay momentos en los que tiene que trabajar horas extras. En su compañía no resulta nada raro que los empleados tengan que trabajar hasta pasadas las 10 p.m. B dice que, al usar lentillas, terminaba sufriendo constantemente de sequedad en los ojos.

Incluso hay sitios de selección de personal que recomiendan cambiar a lentes de contacto.

"Muchas compañeras guardaban gotas para los ojos en los bolsillos y las usaban mientras trabajan", explica. "Algunas incluso se hicieron la cirugía láser".

Su trabajo también incluye la recomendación de tratamientos de depilación y blanqueo de la piel

Según explica, su jefe la regañaba si trabajaba sin maquillarse o incluso si utilizaba pestañas postizas un poco menos grandes de lo establecido.

"Al principio me quedé sorprendida", cuenta, "pero rápidamente me adapté a ello. La visión de la sociedad sobre las mujeres te insensibiliza".

"Muchos de mis colegas guardan gotas para los ojos en los bolsillos y las usan mientras trabajan", dijo. "Algunos incluso se hicieron la cirugía láser".

"Me dijeron que ayudaría a aumentar las ventas, me haría más convincente y lo acepté", cuenta. "En el hospital universitario, nos juzgaron por nuestra técnica y conocimientos, pero en las clínicas de belleza, se trataba más bien de la apariencia. Era enfermera, pero sentía que me pedían que fuera una especie de muñeca".

"Tenía mis reservas", dice B, "pero las clínicas de belleza son un lugar donde te dicen: 'si crees que es difícil, puedes dejarlo'. Hay un montón de potenciales empleados motivados que pueden ocupar tu lugar".

"Estar allí me insensibilizó", añade. "Si hubiera estado allí algo más habría terminado diciéndole a las recién llegadas que tuvieran un aspecto femenino y que se mantuvieran a la altura de las normas".

Después de trabajar en una clínica de belleza durante unos seis años, B abandonó su puesto y ahora trabaja como editora en una empresa de medios digitales.

"En ese momento, yo estaba en la cima de mi compañía en 'lookismo'", dice B, refiriéndose a un término utilizado para describir el fenómeno de discriminar a alguien, basado en su apariencia.

Lim Hyeon-ju sorprendió a Corea del Sur cuando usó gafas durante un noticiero.

"Yo estaba liderando el camino con este 'lookismo' y simplemente lo perpetuaba", resume B. "Cambié de trabajo porque quería enviar un mensaje que empoderara a las mujeres, no para imponer un estándar de belleza uniforme".

Todavía me pregunto si lo que hice estuvo bien", dice B. "Ahora, a través del cuidado de la piel, estoy tratando de ayudar a las mujeres a sentirse cómodas en su propia piel. Si las normas culturales cambian, creo que las reglas del lugar de trabajo también cambiarán".

El cambio de actitud de B coincide con un cambio entre las mujeres en Corea del Sur, donde los estándares de belleza son considerados estrictos, a través del "movimiento de escape del corsé" contra la opresión social que llevó a las mujeres a deshacerse del maquillaje y a cortarse el pelo.

La Sra. B aludió a un incidente ocurrido el año pasado en el que la presentadora de noticias Lim Hyeon-ju llevaba gafas en la televisión, lo que se convirtió en un momento importante para contrarrestar los estándares de belleza, según cuenta: "Todo comenzó con una presentadora de noticias que empezó a llevar gafas en los informativos".

Lee el artículo original en Business Insider Japón. Derechos de autor 2019.
Esta historia apareció originalmente en Business Insider Japón y ha sido traducida del japonés.
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