¿Pueden los padres negarse a que sus hijos regresen a clase?

Regreso de los niños al colegio durante la pandemia

La fecha de la vuelta a clase está a punto de llegar. Las aulas han permanecido cerradas desde que estalló la pandemia a principios de marzo, y hasta el momento el modelo educativo se ha mantenido a través de internet o haciendo exámenes presenciales de forma muy controlada y con muchas medidas de seguridad, como ha sido el caso de la selectividad.

En pleno verano todavía se siguen produciendo nuevos contagios de coronavirus, y aunque los hospitales parecen lejos de llegar al colapso de esta primavera, la realidad es que algunos padres se están preguntando si las medidas que se van a poner en marcha en las aulas son suficientes.

Las medidas de prevención e higiene elaboradas por los ministerios de Sanidad y Educación se basan en 3 pilares: limitación de contactos, desinfección de los centros escolares y detección precoz de los casos.

Algunas de las normas que se pueden poner en marcha son la separación de al menos 1,5 metros de los alumnos en las aulas, la creación de grupos de convivencia estable o la contratación de más profesores para que haya menor cantidad de alumnos por clase.

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Estas estrategias podrían ser suficientes para convertir los colegios e institutos en lugares seguros y de difícil propagación. Pero ello no quita que algunos padres sigan teniendo sospechas y duden sobre si llevar o no a sus hijos a clase, aunque esta decisión, dependiendo de la circunstancia, puede quebrantar la ley y acarrear importantes sanciones.

¿Pueden los padres negarse a que sus hijos vayan al colegio?

Por norma general, la respuesta a esta pregunta siempre es un no. La educación es obligatoria desde los 6 años hasta los 16, por lo que cualquier niño o adolescente comprendido en esta franja de edad debe acudir a clase salvo motivos justificados.

Si las ausencias se empiezan a repetir y no existe una justificación se activará el protocolo de absentismo escolar, un mecanismo que pretende evitar que los niños pierdan su derecho a recibir una formación académica. Hasta el momento no se ha dictaminado que la pandemia vaya a cambiar esta normativa.

Cada comunidad autónoma lleva a cabo su propio proceso, aunque los problemas legales que conlleva el absentismo escolar son comunes en todo el territorio español: los padres pueden exponerse a una pena de prisión de hasta 6 años.

Para que una conducta se considere absentista, el alumno debe faltar al 20% de las clases a lo largo de un mes. Cuando esto ocurre el centro escolar está obligado a intervenir, y si no hay respuesta por parte de la familia el caso se deriva a la Comisión de Absentismo, si tampoco ponen fin al problema, tendría que tomar medidas la dirección general de la Familia y el Menor. Así lo detalla el protocolo de la Comunidad de Madrid.

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En resumidas cuentas, los niños y adolescentes hasta los 16 años sólo pueden faltar a clase por una razón justificada. En el caso de la pandemia uno de estos motivos puede ser el contagio de un familiar o persona cercana, hasta que el alumno en cuestión se someta a las pruebas diagnósticas de coronavirus.

Algunas comunidades autónomas, como Andalucía, ya han advertido que el miedo al coronavirus no es una excusa para faltar a clase, y que una ausencia se debe justificar de la misma forma que en cursos anteriores.

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Etiquetas: Educación, Salud, Coronavirus