Qué es y cómo funciona un fondo de inversión

Qué es un fondo de inversión

El patrimonio de los fondos de inversión ha aumentado un 3,1% hasta los 478.425 millones de euros en 2018. Y es que cada vez son más los españoles que ven la necesidad de conseguir una rentabilidad para sus ahorros más allá de la que pueden ofrecerle las cuentas remuneradas o los depósitos.  Los fondos de inversión son una de las formas de conseguirlo.

Un fondo de inversión es una herramienta de inversión colectiva, es decir, sirve para que varias personas inviertan su dinero al mismo tiempo. Para que lo entiendas mejor, lo que hace un fondo es juntar los ahorros de muchas personas y se encarga de gestionarlos y tratar de obtener una buena rentabilidad. Para lograrlo invertirá en acciones, letras del tesoro, otros fondos, participaciones directas en start ups, deuda empresarial…

En qué invierta cada fondo dependerá de lo que dicte el momento económico y el tipo de fondo del que se trate. Existen diferentes formas de diferenciar entre fondos dependiendo de la gestión o del objetivo, pero lo más común es hacerlo en función de en qué invierte. Así existen fondos de renta fija, renta variable, mixtos o garantizados, por ejemplo. Como su propio nombre indica, un fondo de renta fija invertirá sobre todo en bonos, letras del tesoro o deuda corporativa, mientras que uno de renta variable lo hará en bolsa.

Cómo funciona un fondo de inversión

La definición de un fondo de inversión que acabas de ver es tan básica que ni siquiera ha diferenciado las personas y entidades que intervienen en el proceso. A diferencia de lo que ocurre con un depósito donde sólo participáis tú y el banco con el que contrates, en la contratación y gestión de un fondo hay más actores.

Por su puesto, todo empieza contigo, que en un fondo serás el partícipe. Los inversores reciben esa denominación porque en realidad lo que hacen es comprar una participación en el fondo de inversión. Al partícipe se suma la gestora, que es la sociedad que se encarga de invertir. Cada fondo sólo puede tener una gestora, aunque una gestora puede gestionar o ‘llevar’ varios fondos. Dentro de la gestora habrá un equipo de gestión concreto que será quien se encargue de dirimir cómo y en qué invertir el dinero del fondo.

Por último está la entidad depositaria del fondo, que debe ser diferente de la gestora y estar inscrita en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta distinción es necesaria para asegurar tu dinero. En caso de quiebra de la gestora, el dinero del fondo seguiría intacto y los valores en los que invierte custodiados por la entidad depositaria.

Con esto claro cuando inviertes en un fondo en realidad compras una serie de participaciones según su valor de mercado en ese momento. El valor participación dependerá de la evolución del fondo. Su cálculo se realiza dividiendo el patrimonio del fondo (todo el dinero que gestiona) entre el número de participaciones  Esa cifra se calcula a diario con el cierre de los mercados y dependerá de la evolución de los activos en los que invierta el fondo.

Cuando quieras vender un fondo, la gestora te reembolsará el equivalente al valor de las participaciones al final del día. En este sentido, las órdenes de compra y venta de los fondos no son instantáneas como ocurre con las acciones o con los ETF. Eso sí, una de las ventajas de los fondos frente a las acciones es que no pagarás impuestos si reinviertes el dinero en otro fondo. Este diferimiento fiscal permite aprovechar mejor el interés compuesto para invertir a largo plazo.

Qué comisiones pagas con un fondo de inversión

Como cualquier otro producto de inversión, los fondos cargan una serie de comisiones a los ahorradores. Así, es normal tener que pagar una comisión por suscripción (cuando compras) y por reembolso (cuando vendes). Sin embargo, la comisión más importante es la de gestión, que es el dinero que cobra la gestora por mover tu dinero y hacer crecer tus ahorros. En este punto hay gestoras que optan por cobrar un porcentaje fijo sobre el dinero que tengas invertido y otras que sólo ganarán dinero si tú también lo haces (la comisión de gestión será a éxito), en tanto que otras optarán por un sistema mixto de comisión de gestión más éxito. La primera y la última son las más habituales.

Por último, la entidad depositaria también se llevará un porcentaje por su labor de custodia.

Todas estas comisiones están reguladas por ley y no pueden superar una serie de límites. Estos son los máximos para cada caso:

  • Comisión de suscripción - 5% 
  • Comisión de reembolso - 5%
  • Comisión de gestión - 2,25%
  • Comisión de éxito - 18%
  • Comisión de gestión más éxito - 1,35% + 9%
  • Comisión de depósito - 0,2%

El papel de las comisiones en un fondo de inversión es clave cuando se invierte a largo plazo. En este sentido no importa tanto el porcentaje concreto sino la relación con los beneficios generales del fondo. Aquí puedes ver si el gestor de tu fondo se está ganando las comisiones que cobra.

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