Qué preguntas ilegales no debes tolerar en una entrevista de trabajo

Entrevista de trabajo
  • Un reclutador no tiene vía libre para realizar cualquier tipo de pregunta a un aspirante a entrar en el empresa.
  • Existen preguntas ilegales que jamás deberías tener que escuchar ya que vulnerarían tu derecho a la intimidad y la igualdad.
  • Si te encuentras en una situación así puedes dar la entrevista por concluida y marcharte o intentar sacar provecho dándole la vuelta a la pregunta. 
  • Te explicamos algunos trucos y consejos para que sepas cómo reaccionar ante preguntas indiscretas en una entrevista de trabajo.

Te has estudiado la empresa y el puesto. En profundidad, ya que tienes verdadero interés en que te contraten. Has analizado por enésima vez tu currículum, aunque conoces al dedillo tanto las fortalezas como las debilidades de tu propio perfil profesional: quieres estar preparada para cuando los temas sensibles salgan a colación. Te has 'roto la cabeza' elucubrando sobre las preguntas que pueden hacerte, de nuevo, tratando de anticiparte. Tienes la estrategia perfectamente definida en tu mente. Por fin, llega el gran día. Hoy tienes, al fin, la ansiada entrevista de trabajo que podría llevarte al cargo de tus sueños. A pesar de que tiras de las riendas hacia ti, te ha resultado imposible no formarte ciertas expectativas. Tienes esperanzas, sin duda.

Tienes los nervios, digamos, más o menos bajo control. Has madrugado en exceso porque ya no aguantabas más en la cama, has tomado un desayuno sano y ligero para evitar malas pasadas, y te has puesto la ropa que consideras más adecuada para la ocasión. Sencilla, sobria, prudente. Por supuesto, llegas con tiempo a la cita. Has puesto toda tu ilusión, el máximo empeño y el mayor grado de sentido común. Tras el protocolario saludo y un par de cuestiones meramente formales, ahí estás frente al entrevistador, con la actitud más profesional y dispuesta a dar la mejor versión de ti misma...

"¿Está usted casada o tiene pareja?""¿Tiene previsto quedarse embarazada a corto o a medio plazo?""¿Seguro que no piensa tener hijos en breve? Se lo pregunto por si hubiera algún problema con la disponibilidad para viajar"."El puesto que ofrecemos, como sabe, requiere trato habitual con el cliente, ¿tendría usted inconveniente en vestir blusa y falda, no pantalones como hoy, y añadir algo más maquillaje del que lleva ahora? Entiéndame, a mí me da igual, es una cuestión de imagen. Como habrá visto, en esta oficina no hay una sola mujer sin tacones".

Todo por la borda: la ilusión, la expectativa, el interés, el empeño y hasta las ganas de trabajar en esa empresa. ¿Por qué? Pues por el mero hecho de ser mujer.

Las entrevistas de trabajo

La situación descrita, aunque ficticia en cuanto a ese caso, se sigue dando hoy en día en las entrevistas de trabajo. No sólo por ser mujer, sino por otros motivos: raza, religión, edad, orientación sexual, ideología... Ese largo etcétera que todos conocemos, pero que no siempre se respeta.

Cualquiera buscaimpresionar en una entrevista de trabajo. De hecho, hay distintos trucos para que el entrevistador se quede con una buena opinión profesional de ti. También resulta aconsejable cuidar el atuendo y no llevar determinadas prendas a una entrevista de trabajo.

Sin embargo, todo tiene un límite y las ganas por conseguir un cierto puesto no deben ser causa suficiente para que dejar que el reclutador cruce ciertas fronteras.

Qué preguntas no debes tolerar en una entrevista de trabajo

De entrada, lo que debes tener claro en este sentido es que hay dos esferas -la profesional y la privada- que no tienen por qué mezclarse si tú no lo deseas. De igual manera, es razonable aplicar ese mismo criterio a las entrevistas de trabajo. Por ello, hay ciertas cuestiones que no debes tolerar, ya que incluso algunas de ellas pueden estar fuera de la ley.

Preguntas ilegales en una entrevista de trabajo

Preguntas ilegales en una entrevista de trabajo

¿Cuándo una pregunta puede considerarse ilegal en una entrevista de trabajo? Pues cuando pueda vulnerar los derechos a la intimidad y la igualdad del entrevistado.

Ahí volvemos de nuevo a la larga lista de aspectos antes citada: la raza, la edad, las creencias religiosas, el género, la orientación sexual, el pensamiento político... A los que cabe agregar el estado civil o sentimental y la situación familiar del entrevistado, entre otros.

De hecho, debes ser consciente de que no tienes por qué facilitar ni a la empresa en general ni al entrevistador en particular ese tipo de información privada. Es más, si aquél es mínimamente profesional y se encuentra al tanto de las novedades en RRHH, sabrá que ni siquiera cuenta con el derecho a interrogarte sobre esos asuntos.

Preguntas personales

En concreto, respecto a tu ámbito más privado, no debes tolerar que te formulen cuestiones sobre si vives solo, con pareja, con familia, con compañeros de piso o con tu perro; si estás casado o soltero; las opiniones políticas que defiendas; así como, finalmente, tu edad. Todos esos detalles pertenecen al ámbito de tu privacidad y no son materia de conocimiento de la empresa.

Cuestiones discriminatorias

Asimismo, las preguntas relacionadas con la religiosidad que puedas tener o no, tu raza o la de otros miembros de tu familia y tu orientación sexual (incluyendo en este campo tanto las preferencias como las costumbres) quedan igualmente fuera de las cuestiones que deben tratarse en una entrevista de trabajo.

Planteamientos sexistas

El tercer gran grupo de las preguntas ilegales en una entrevista de trabajo es el ejemplificado en las primeras líneas. Es decir, el que forman las cuestiones sexistas. Lo más habitual es que sean de carácter machista, pero ya se han dado casos, por poner un ejemplo ilustrativo, de hombres que han sido rechazados en una entrevista de trabajo para un cargo de secretario precisamente por no ser secretarias.

Qué hacer ante una pregunta ilegal en una entrevista de trabajo

Preguntas que no pueden hacerte en una entrevista laboral

Si has has leído hasta aquí, es probable que todo lo anterior te suene 'muy bonito', a teoría, pero también que pienses que, en la práctica, es muy diferente. En parte, así es.

La necesidad de trabajar de una persona puede llevarle a aceptar ciertos comportamientos con los que, en circunstancias normales, no transigiría. Además, hay formas y formas de preguntar, bordeando el mal gusto pero sin llegar a que la intromisión sea flagrante.

No obstante, ten en cuenta que, en tu calidad de entrevistado, no tienes obligación de contestar a preguntas que puedan atentar contra tu derecho a la privacidad y a la igualdad.

Por descontado, asimismo, tienes la libertad absoluta de dar por terminada la entrevista de trabajo y marcharte en cualquier momento si te sientes incómodo o invadido.

¿Y si respondes?

Como es lógico, puedes optar por contestar. El primer camino es contar las cosas tal y como son porque, bien no te importa dar esa información -aunque seas consciente de que no tienes por qué hacerlo-, bien prefieres responder porque te merece la pena el trabajo que te ofrecen. Existe, además, otra vía: responder con evasivas, vaguedades e imprecisiones.

Finalmente, puedes decantarte por intentar sacar provecho de esas preguntas indiscretas. ¿Que sale el tema de la edad y ya no eres un chaval? Pues destacas tu experiencia y aseguras que, no sólo jamás ha sido un obstáculo, sino que más bien es una ayuda para lidiar con situaciones complicadas. ¿Que eres extranjero y al entrevistador no parece agradarle ese hecho? Pues le hablas de lo integrado que estás en la sociedad y de lo que puedes aportar desde una visión multicultural (los idiomas pueden ser tu punto fuerte). Y así en cada caso: se trata de ofrecer al reclutador un vaso medio lleno y no medio vacío, sacar el lado positivo de lo que podría ser considerado un punto débil.

Cierto es que también hay preguntas que te recomendamos evitar si no quieres arruinar tu entrevista de trabajo, pero, en definitiva, lo que debe valorarse en esa cita es si la persona posee las cualidades, las aptitudes, los conocimientos y la experiencia suficientes para poder cumplir con las exigencias del puesto para la que es candidata. Ni más ni menos.

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