6 cosas que tienes que saber sobre la cuarta vacuna contra el COVID-19

En España, 40,6 millones de personas han recibido la pauta completa de vacunación contra el COVID-19 (85,7% de la población total, contando las que quedan fuera de la población diana), el 55,4% de los menores de 12 años tienen al menos una dosis y el 54,5% de la población ha recibido la dosis de refuerzo o recuerdo.

"Los datos en general son positivos", con una aceptación "verdaderamente ejemplar" en la mayoría de los casos (un poco más lenta en jóvenes y menores de 12 años, por diversos motivos) y "masiva" en los grupos de más edad: "las altas coberturas en mayores de dosis de recuerdo son muy destacables", analiza Jaime Jesús Pérez, vocal de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

Ahora, el siguiente paso en España es la administración de una segunda dosis de refuerzo, ya implantada en varios países del entorno. Esta sigue en evaluación por parte de las autoridades y ha generado debate entre los expertos sobre si es necesaria en toda la población y cuándo debería inyectarse.

Esto es lo que se sabe sobre la cuarta vacuna del COVID-19, que está aún envuelta en algunas incertidumbres:

¿Por qué se va a administrar?

El motivo al que aluden las autoridades sanitarias de la Unión Europea para recomendar la cuarta vacuna ahora es la "nueva oleada" de coronavirus que está viviendo Europa —y, con ella, España—, reflejada en un aumento de casos y una "tendencia al alza" de los ingresos en hospitales y en unidades de cuidados intensivos.

En ella están jugando un papel destacado los sublinajes de ómicron BA.4 y BA.5, que están alterando el panorama epidemiológico con síntomas nuevos, más numerosos y, en ocasiones, de mayor intensidad, de forma que la enfermedad por COVID-19 parece alejarse del patrón del resfriado y acercarse al de la gripe.

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Además, con la segunda dosis de recuerdo se buscaría "volver a subir la protección" inmunológica frente al coronavirus, especialmente de la población más vulnerable, para evitar ingresos hospitalarios y la enfermedad grave.

"Las vacunas más importantes administradas son las vacunas de primovacunación, pero una vez conseguido eso, ya no te conformas. Ya lo que necesitas es lógicamente hasta el último ingreso que puedas evitar y hasta la última vida que puedas salvar: eso es lo que se trata de hacer con esas dosis de recuerdo", explica Jaime Jesús Pérez, en una entrevista a Business Insider España.

2 opciones de tipo de vacuna: las actuales o adaptadas a las nuevas variantes

Una de las dudas que deja la cuarta dosis frente al covid es el tipo de vacuna que debería utilizarse, lo que presenta 2 posibles escenarios: utilizar las vacunas existentes en la actualidad, basadas en la cepa original del coronavirus, o esperar a que estén desarrolladas y aprobadas las dosis adaptadas a las nuevas variantes.

Las agencias sanitarias de la UE han recomendado este lunes 11 aprovechar las actuales y "no esperar" a las nuevas (de las que se prevé que podrían estar autorizadas en septiembre), en vista de la situación epidemiológica que se está viviendo. Unas recomendaciones que "no son fáciles de entender", según Pérez.

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Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), también se muestra en desacuerdo con las autoridades: 

"Una tercera o una cuarta dosis con las vacunas existentes, que están basadas en la cepa Wuhan, la del inicio del 2020, no tiene sentido ya, porque van a dar muy poca protección para las nuevas variantes" y hasta podría ser perjudicial en algún caso, defiende en declaraciones a Business Insider España.

Sí lo tendría una "revacunación con vacunas adecuadas a las variantes que estén circulando en ese momento", contrapone.

Por ahora, parece que serían vacunas de ARN mensajero.

Cuándo se administrará la cuarta vacuna contra el coronavirus

Desde enero, las personas inmunodeprimidas ya están recibiendo la segunda dosis de refuerzo en España, pero aún no se sabe cuándo la recibirá el resto de la población.

La EMA (Agencia Europea del Medicamento, por sus siglas en inglés) y el ECDC (Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades) han sugerido que sea "inmediatamente", y señalado que podría administrarse al menos 4 meses después de la anterior, centrándose en las personas que recibieron un refuerzo previo hace más de 6 meses.

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Desde la Comisión de Salud Pública se apunta que "es altamente probable que, para prevenir la enfermedad grave, sea conveniente administrar una dosis de recuerdo en otoño", aunque finalmente se propone establecer "el momento más apropiado según la situación epidemiológica" y seguir valorando esta "regularmente".

Por su parte, Armenteros apuesta por inocular la cuarta vacuna "en cuanto estén disponibles" las dosis adaptadas a las variantes de mayor circulación en el momento.

Sin embargo, Jaime Jesús Pérez defiende dejarlas para la vacunación de otoño, que "va a ser clave", porque es cuando se espera "la ola de Navidad, noviembre-diciembre, que siempre han sido las olas más potentes".

En cuanto al intervalo de tiempo entre esta dosis y la anterior, habla también de "mínimo 4 meses, más recomendable 6 meses".

Quiénes recibirían la segunda dosis de refuerzo, y cómo se administraría

La Comisión de Salud Pública plantea en su propuesta de junio que "será necesario administrar una segunda dosis de recuerdo en la población más vulnerable, sobre todo en internos de residencias y adultos de 80 y más años".

A partir de ahí, según Sanidad, se iría descendiendo por tramos etarios, de mayor a menor prioridad, como se ha hecho con las anteriores inyecciones contra este virus. El debate, abierto por unas declaraciones de la ministra Carolina Darias, surge en torno a si la cuarta vacuna COVID-19 será también "para toda la población".

Jaime Jesús Pérez quita importancia a lo que considera un "error" puntual de la ministra y propone limitarlo a las personas vulnerables, ya que la mayoría de la gente sigue pasando la enfermedad "sin mucha trascendencia".

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"Sinceramente, creo que para toda la población una recomendación de dosis de recuerdo —salvo que se diera algo que en su momento no hemos visto— no parecería muy adecuado", opina este médico especialista en medicina preventiva. 

La excepción: que surja "una variante nueva que tenga un escape total" a la inmunidad híbrida y pueda producir enfermedad grave, "pero es un escenario muy poco probable", aclara.

La EMA y el ECDC recomiendan no bajar de los mayores de 60 años (y personas de riesgo de cualquier edad) y afirman que "por el momento, no hay pruebas claras" que apoyen la administración de un segundo refuerzo para el resto de la ciudadanía.

Armenteros discrepa: "Las vacunas tienen que comenzar de la misma manera por las personas más frágiles cuanto antes y tienen que ser revacunaciones de toda la población", siempre con dosis que contengan "las variantes que estén más circulantes en ese momento".

Eficacia, duración y evidencia científica disponible

Ante la falta de datos en España sobre la eficacia de la cuarta vacuna contra el coronavirus, estos vienen de otros países, en su mayoría de Israel. 

"Los resultados observados de efectividad de la 4ª dosis de vacuna de ARNm en Israel durante el comienzo de la onda por variante ómicron muestran que el riesgo de infección grave y/o muerte por COVID-19 disminuye hasta 10 semanas después de la administración de una cuarta dosis en comparación con quienes reciben solo la tercera dosis", recoge Sanidad.

No obstante, el ministerio reconoce que aún no se conoce la duración de esta protección.

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En el contexto español, diferente al de Israel (las tasas israelíes de infección por ómicron eran entonces de las más altas del mundo), "se observa una esperada disminución de la efectividad con el tiempo, sobre todo en las personas más mayores", añade.

"Lo que nos han enseñado hasta ahora la vacunas es que frente a la enfermedad grave en los ingresos y hospitalizaciones dura más tiempo [la protección]: puede durar 6 meses aproximadamente, dependiendo del grupo de edad. También lo que hemos visto es que con ómicron la duración es más corta, especialmente frente a infección, pero también frente a enfermedad grave", comparte Jaime Jesús Pérez.

En cuanto a las vacunas bivariantes (basadas en la cepa originaria y la variante de ómicron), "lo esperable es que consigan una mayor protección" y que esta sea "más duradera en el tiempo", prevé el vocal de la Asociación Española de Vacunología.

No será la última

En cualquier caso, no parece que esta cuarta vacuna vaya a ser la última que se administre en España, al menos a ciertos grupos de población.

Esa esperable protección algo más duradera tiene un límite: "Estamos hablando probablemente de administrar una dosis de recuerdo anual a determinadas personas de grupos de riesgo; no pensamos ya en otra cosa", aclara.

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Es "una hipótesis contemplable", un "escenario bastante posible": si el virus se estacionaliza y surgen olas epidémicas en otoño-invierno, habrá que tener vacunas adaptadas a nuevas variantes y que aporten más protección, opina el experto.

Sin embargo, "es muy importante resaltar que con las vacunas lo más importante se ha conseguido". "Han servido mucho, y han evitado muchísimas muertes y siguen evitando muchísimos ingresos hospitalarios. Lo que ocurre es que la caída de esa protección de la vacuna te puede bajar del 90% al 80% al 70%, y esa dosis de recuerdo te puede volver a subir la protección al 90%", explica. 

"Esa es la clave: conseguir que determinada población que puede ser más sensible y vulnerable esté más protegida, para que de esa manera no tenga ingresos hospitalarios", concluye.