Qué son los ETF y qué ventajas tienen respecto a las acciones

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Qué es un ETF

Pregunta a un amigo por inversión y automáticamente hablará de la bolsa. La realidad es que invertir en acciones no es la única opción para poner tu dinero a trabajar. Hay muchos otros productos que pueden complementarla o sustituirla. Los ETF son unos de los que más terreno han ganado en los últimos años.

De hecho, los ETF se han posicionado como una clara alternativa a las acciones para el inversor de a pie gracias al auge de la gestión pasiva. 

Qué son los ETF

El término ETF es el acrónimo de Exchange Trade Fund, que se traduce al castellano como fondo cotizado. Es decir, se trata de un fondo de inversión, pero con unas características diferentes a las de los fondos tradicionales al uso.

Esta diferencia con los fondos de inversión radica en que un ETF cotiza de forma similar a como lo hace una acción. El valor de un fondo normal se calcula de un día para otro. Si quieres adquirir participaciones podrás hacerlo en cualquier momento, pero lo harás conforme el valor que marque al final de la jornada y lo mismo ocurre en caso de que quieras reembolsar tu dinero o traspasarlo a otro fondo. 

El funcionamiento de un ETF es diferente y más similar al de las acciones, por eso se llaman fondos cotizados. El precio de un ETF varía en tiempo real, como el de un título bursátil, y puedes comprar y vender en cualquier momento del día al precio que marque en ese momento el mercado.

Diferencias de los ETF con las acciones

Si cotizan como una acción, ¿en qué se diferencian de ellas? En que los ETF son fondos de inversión y como tales están formados por cestas de productos o réplicas de las mismas.

Más allá de esa diferencia, los ETF también están formados por cestas de productos o, mejor dicho, por réplicas de las mismas. Al comprar una acción estás invirtiendo en una empresa concreta. A través de un ETF lo haces en varias a la vez.

De hecho, los ETF tienden a replicar índices de bolsa enteros, como el Ibex 35, aglutinar sectores enteros, países e incluso continentes. Asimismo, existen ETFs que replican el comportamiento de la economía mundial como el iShares Core MSCI World o el Amundi ETF MSCI World.

La fiscalidad de los ETF

También es diferente la fiscalidad, aunque en este punto existe todavía cierto debate. Si se trata de un fondo pero cotiza como una acción. ¿Qué fiscalidad hay que aplicar? ¿Cómo tributan los fondos de inversión? La respuesta más repetida suele ser que tributan como lo haría una acción. En otras palabras, como una ganancia o pérdida patrimonial por la que hay que pagar impuestos cada vez que se compra o se vende, sin poder aplicar la ventaja de la exención por reinversión de la que disfrutan los fondos.

Sin embargo, la Dirección General de Tributos (DGT) cambió esta interpretación en 2017 (consulta V4596), por lo menos para los ETF extranjeros. El organismo estableció que estos fondos de inversión no radicados en España tributen como los fondos de inversión tradicionales y, por lo tanto, pueden aplicar la exención por reinversión. Es decir, que si traspasas un fondo cotizado extranjero hacia otro fondo cotizado o fondo normal no tendrás que pagar impuestos por las ganancias obtenidas.

Ventajas de los ETF sobre las acciones

Ventajas de los ETF frente a las acciones

Las diferencias entre fondos cotizados y acciones marcan también las ventajas de este producto frente a la inversión bursátil. Estos son los puntos fuertes de los ETF:

  • Mayor diversificación a menor coste. Al invertir en cestas de acciones, materias primas y activos en general, los ETF son un producto ya diversificado en sí mismo. A modo de ejemplo, con un ETF sobre el Ibex estarías invirtiendo en las 35 empresas españolas de mayor capitalización, mientras que con una acción lo haces sólo en esa empresa. Y todo con costes operativos muy similares.
  • Más alternativas de inversión. Los ETF permiten invertir en activos a los que las empresas no llegan. Un fondo cotizado puede invertir en renta fija o materias primas, por ejemplo. De hecho, hay ETF sobre oro, petróleo y otros activos similares.
  • Fiscalidad más ventajosa para los ETF extranjeros. Con un ETF extranjero sí se puede, según el criterio de la DGT, disfrutar del diferimiento fiscal. La traducción es que si pasas el dinero de un ETF a otro no tendrás que pagar impuestos en ese momento. Te ahorrarás entre un 19% y un 23% del beneficio que si no tendrías que tributar en la renta y podrás aprovechar mejor el interés compuesto. Para que te hagas una idea, para una inversión inicial de 10.000 euros y un beneficio del 6% la diferencia en 20 años es de 7.434 euros.

Al final los ETF son un instrumento muy versátil que complementar con otras inversiones y uno de los pilares de la gestión pasiva y las carteras indexadas.

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