Estas son las principales razones que convierten a las perlas en una de las joyas más cotizadas del mercado

  • La perla natural más cara jamás vendida pertenecía a María Antonieta. Fue por 32 millones de dólares en una subasta de Sotheby's. 
  • Celebridades como Rihanna, Uma Thurman o Cardi B escogieron esta joya para lucir sus últimos looks en la prestigiosa Met Gala.
  • Las perlas tienen diferentes tamaños y colores, y variables como estas son las que determinan su valor. 

Esta es la transcripción del video

Narrador: Las perlas han sido un símbolo de elegancia y clase durante siglos. Los marajás de la India y las reinas europeas se adornaron con perlas, símbolo de su prestigio. En el evento de la MET Gala de 2018, inspirada en la Iglesia católica, las celebridades se pasearon por la alfombra roja envueltas en perlas. El vestido de Uma Thurman tenía más de 3.000 perlas blancas cosidas, mientras que el traje inspirado en el Papa de Rihanna tenía directamente las perlas incrustadas. En los Grammy de 2019, Cardi B estaba vestida, directamente, como una ostra.

La perla más cara jamás vendida estaba en el colgante de María Antonieta. Se vendió por 32 millones de dólares en una subasta en 2018. ¿Pero qué es lo que hace que las perlas sean tan caras?

La perla de María Antonieta formaba parte de un colgante de diamantes, y tiene un importante significado histórico, que aumentó su valor. Pero hay varios otros factores que determinan el valor de una perla.

Tom Moses: Es complicado determinar el valor de una perla, probablemente sea la gema más compleja de cuantificar.

Narrador: Este es Tom Moses. Es gemólogo en el Instituto Gemológico de América, donde supervisa la clasificación de diamantes, la identificación de piedras preciosas y de las perlas. Dice que parte de la razón por la que la perla de María Antonieta vale tanto es porque es una perla natural, lo que nos lleva a una cualidad que determina el valor de una perla.

Natural vs cultivado

Las perlas naturales son difíciles de encontrar. Son raras, y esto hace que valgan aun más dinero. Pero retrocedamos un segundo. ¿Qué es una perla natural y cómo se forma? Las perlas naturales se forman cuando algún tipo de irritante y pequeño organismo se introduce en la concha de un molusco como la ostra o el mejillón. Para protegerse del invasor, el molusco comienza a recubrir los escombros con nácar o madreperla, el mismo material que recubre la capa interna de su caparazón. Repite el proceso y el objeto se convierte en una perla brillante. Las perlas cultivadas se forman de la misma manera, pero en lugar de que el objeto irritante entre accidentalmente en la concha, una persona lo pone allí intencionadamente.

Los cultivadores de perlas insertan un trozo de tejido de molusco, que se denomina tejido donante, en la cocha de la ostra donde desean que crezca la perla. Esto desencadena la defensa de la ostra, y comienza a recubrir ese pedazo de tejido con nácar. La mayoría de las perlas del mercado son perlas cultivadas. El Instituto Gemológico de América utiliza rayos X para saber si una perla es natural o cultivada. Si miras de cerca estas dos imágenes puedes ver la diferencia.

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Moses: Piensa en las capas de una cebolla. Pues una perla natural tendría todas esas capas concéntricas de crecimiento, de adentro hacia afuera.

Narrador: Una perla cultivada, por otro lado, es como una naranja, con un centro grande y una capa más delgada de crecimiento de perla alrededor de ella. El núcleo central es el objeto hecho por el hombre y colocado en el caparazón para estimular la formación del nácar.

Las perlas cultivadas datan de alrededor del año 500 d.C en China. Sin embargo, en 1893, el japonés Kōkichi Mikimoto racionalizó el proceso y finalmente creó perlas perfectamente redondas. Hoy en día, Mikimoto es ampliamente reconocido como el abuelo de las perlas cultivadas. Creó las perlas Akoya, que son las tradicionales perlas blancas y redondas que probablemente te suenen más. En la década de 1920, las perlas cultivadas se volvieron más disponibles comercialmente, lo que las hizo más asequibles y accesibles para las personas que no eran de la realza. Pero el hecho de que se puedan cultivar perlas no significa que sea un proceso fácil.

Los cultivadores de perlas abren la concha del molusco lo suficiente para implantar el trozo de tejido, luego vuelven a poner las ostras en el agua y esperan entre seis meses y dos años a que se formen las perlas, y no todas las perlas salen igual, lo que nos lleva a otra calidad que puede hacer que una perla valga más que otra: su tamaño.

Moses: Cuanto más grande es la perla, más valiosa, como cualquier otra gema.

Narrador: El tamaño de la perla depende, en gran medida, del tamaño del molusco. Algunas ostras crecen más grandes que otras y, por tanto, pueden hacer perlas más grandes. Por ejemplo, las perlas Akoya sólo pueden crecer hasta unos 9 o 10 milímetros de diámetro, pero las perlas del Mar del Sur y las perlas negras de Tahití pueden alcanzar un diámetro de unos 15 o 16 milímetros. El mayor tamaño hace que las perlas del Mar del Sur y las perlas negras sean las más valiosas. En el sitio web de Mikimoto, esta hebra de perlas cultivadas del Mar del Sur se vende por 32.000 dólares.

La otra diferencia notable entre las diferentes perlas es el color. A veces esto va relacionado con el tamaño, porque el color de la perla está determinado principalmente por el molusco del que proviene. Las perlas negras de Tahití son negras porque el interior de la ostra Pinctada margaritifera es negro, pero los colores pueden variar ligeramente según el proceso de cultivo también.

Moses: La principal razón en la diferencia de colores es la especie del molusco. Otra influencia muy interesante es que, cuando la perla es cultivada, hay un tejido donante usado de otro molusco vivo, y dependiendo del color de ese tejido, influirá en el color de la perla final cultivada.

Narrador: Cojamos, por ejemplo, las perlas Akoya. Estas suelen ser todas blancas, pero el tono de blanco puede variar. Algunas hebras pueden ser ligeramente rosadas, mientras que otras tienen un tono más verdoso. Tom dice que las perlas más rosadas son más valoradas sobre las de tonos verdes. Junto con el tamaño y el color, la forma, la superficie de una perla puede tener un impacto en su valor. Normalmente, cuanto más redondo y suave, mejor.

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Y, finalmente, quizás la variable más difícil de medir: el brillo. El brillo es esencialmente la forma en que una perla refleja la luz. Cuando más brillante sea la perla, mejor. Pero es difícil saber cuán brillante es una perla a menos que tengas otras perlas con las que compararla. Es por eso que Tom y el resto del Instituto Gemológico tienen una colección de muestras para comparar. De esta manera pueden ver cómo se compara una hebra de perla con otra y ver dónde está su escala de brillo. La calidad del brillo de una perla está determinada por las capas de nácar que cubren el centro.

Una forma de verlo es como las tejas de un tejado. Imagina un tejado con todas las tejas alineadas para que todo encaje bien. Si trasladas eso a una perla, resultará una bonita perla con mucho brillo. Una perla opaca y de bajo brillo sería más como un tejado con tejas rotas y fragmentadas que no se alinean. Cuando se toman en consideración todos estos factores, encontrar o crear la perla perfecta es un arte, y el hecho es que se cultivan dentro de un animal, por lo que es imposible tener un control total sobre cómo y cuándo se forman, especialmente en la naturaleza. Así que si alguna vez muerdes algo duro mientras comes una ostra, échale un vistazo antes de tirarlo. ¡Podría ser más que un trozo de arena!

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