No es probable que las recientes turbulencias en el mercado mundial del petróleo afecten a los activos de riesgo con tanta fuerza como las crisis de los productos básicos del pasado. Al menos así lo asegura JPMorgan, quien detalla un total de 3 razones por las que, a sus ojos, no habría que preocuparse por sus fluctuaciones.
Después del descalabro del lunes, en que los contratos petroleros de West Texas Intermediate (WTI), el estándar en Estados Unidos, alcanzase un valor negativo por primera vez en su historia, los mercados terminaron por estabilizarse y "amansarse", en palabras del jefe de estrategia de JPMorgan, John Normand.
En contexto, la volatilidad del mercado de productos básicos se disparó al 1.400% esta semana debido a una restricción de almacenamiento y una demanda históricamente débil que terminó por dejar a los comerciantes sin ningún refugio donde guardar su petróleo programado para las entregas de mayo. Habida esta situación, los valores de energía y moneda comenzaron a fluctuar de forma inusual, pero todavía queda esperanza para los inversores.
El caos en el mercado de productos no es representativo de la situación de los inversores, según Normand. Los impactos entre activos cruzados se han mantenido, y la renta variable energética representa sólo el 3% del S&P 500, lo que hace que cualquier rebaja de ganancias en el sector sea menos relevante para el mercado en general. Eso sí, los activos en el mercado de crédito deberían ser un poco más cautelosos, ya que la energía tiene una ponderación del 9% en los índices de alto rendimiento.
El arsenal de políticas de flexibilización de la Reserva Federal (Fed) también supone un soplo de aire fresco para los inversores razones, según Normand. La última fluctuación en el precio del petróleo se habría extendido aún más a otros mercados si el Banco Central no hubiera actuado contra el impacto económico del coronavirus —por medio de sus programas de crédito—. No obstante, sería engañoso afirmar que las compras de la Fed puedan proporcionar un suelo estable para las firmas energéticas que peor lo estén pasando.
En principio, cualquier actividad del banco central podrá proteger en cierta medida a los mercados sólo hasta que el sector petrolero alivie sus problemas de oferta y demanda. A ojos de JPMorgan, el mercado bajista de materias primas "tiende a terminar como lo hicieron los anteriores", con una combinación de recortes en la producción y un repunte en la demanda.
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Por lo pronto, el impacto del coronavirus en la actividad turística mantendrá la necesidad de petróleo por los suelos hasta que la pandemia se desvanezca, lo que obliga a los productores a retrasar el bombeo y aliviar las preocupaciones de almacenamiento. No obstante, la paulatina reducción de contagiados y muertos ya se está empezando a notar en el mercado.
Una recuperación del precio del petróleo podría parecerse a una tendencia más lenta en forma de U, pero "la trayectoria debería ser lo suficientemente buena como para evitar el estrés sistémico mientras existan los respaldos del banco central", escribió Normand.