Por qué operarte con un casco de realidad virtual puesto podría hacer que necesites menos anestesia

Realidad virtual

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  • Los pacientes que utilizan gafas de realidad virtual necesitan menos anestesia local durante la cirugía, según un nuevo estudio publicado por investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston recogido por el MIT. 
  • Mientras que el paciente convencional promedio necesita 750,6 miligramos por hora del sedante propofol para su operación de mano, las personas que miran contenido relajante de realidad virtual solo precisan 125,3 miligramos.
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La realidad virtual tiene múltiples aplicaciones en el campo de la medicina: desde reducir la sensación del miembro fantasma en personas amputadas a mejorar el nivel de adaptabilidad social y reducir las fobias de las personas del espectro autista, o aplicar técnicas de relajación y terapia para pacientes de esquizofrenia o paranoia. Los videojuegos de VR también ayudan a la demencia.

Ahora, científicos del Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston han descubierto que sumergir a los pacientes en realidad virtual durante una operación quirúrgica puede ayudar a reducir la cantidad de anestesia local necesaria para la cirugía.

En el experimento llevado a cabo, 34 pacientes sometidos a una cirugía de mano fueron separados en 2 grupos: la mitad de ellos vivieron una experiencia de realidad virtual inmersiva con un auricular de VR, y la mitad no. 

Según señalan desde MIT News, los programas de realidad virtual incluían vistas de 360

grados de un prado tranquilo, la cima de una montaña o un bosque; meditación guiada; o videos reproducidos contra el telón de fondo de un cielo estrellado.

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La realidad virtual implica una cantidad mucho más baja de anestesia

Las conclusiones de la investigación, publicadas en la revista PLOS ONE, revelan que quienes atravesaron la operación quirúrgica de la mano de la experiencia de realidad virtual solicitaron un nivel sensiblemente menor de anestesia. 

En concreto, el grupo de VR solicitó niveles significativamente más bajos del sedante propofol, empleado para adormecer el dolor en la mano, que el grupo sin VR: los sujetos con realidad virtual necesitaron 125,3 miligramos por hora, en comparación con un promedio de 750,6 miligramos por hora del resto.

Otro dato importante es que quienes se relajaron con ayuda de la realidad virtual abandonaron antes la unidad de recuperación postoperatoria: el promedio tras la anestesia fue de 63 minutos frente a los 75 minutos del grupo sin auriculares VR. 

Una de las hipótesis que manejan los científicos es que el grupo de realidad virtual precisó niveles más bajos de anestesia debido a la distracción que proporcionaron los estímulos visuales, aunque también cabe la posibilidad de cierto efecto placebo

En todo caso, una menor cantidad de anestesia podría contribuir a reducir el riesgo de complicaciones, ahorrar dinero en el coste de los medicamentos y acortar las estancias hospitalarias. Además, la realidad podría usarse para partos por cesárea, operaciones de corazón y también en el período postoperatorio, para reducir el dolor crónico. 

El siguiente paso para este equipo de investigadores será llevar a cabo un ensayo similar en pacientes sometidos a cirugía de cadera y rodilla con anestesia local para explorar si la realidad virtual puede ayudar a controlar la ansiedad durante las operaciones. 

Los científicos también quieren monitorizar a los pacientes en busca de mareos cibernéticos, una forma de mareo por movimiento que la realidad virtual provoca en algunas personas.

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