¿Qué recesión? Los ricos siguen despilfarrando su dinero en viajes exagerados: de vacaciones extremas en la otra punta del planeta a conciertos privados de Andrea Bocelli en un palacio de Venecia
Singita
- Las agencias de viajes de lujo aseguran que sus clientes buscan experiencias más extremas que antes de la pandemia en lugares de difícil acceso como el Círculo Polar Ártico o las Islas Galápagos.
- La demanda acumulada y la riqueza recién adquirida hace que algunos vayan a por todas, incluso cuando la economía se resiente.
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Los que ya eran ricos en la pandemia, han terminado siendo más ricos después de ella: el 1% de los más adinerados aumentó en 4 billones de euros su riqueza en 2020.
No es de extrañar entonces que muchos de los miembros de la élite financiera sigan gastando en múltiples experiencias, aun cuando la recesión amenaza la economía.
Los que tienen un gran poder adquisitivo han contribuido a crear un boom en el sector turístico, con una demanda acumulada que impulsa a viajar en las temporadas bajas. Los más gastones van a por todas –incluso más de lo habitual– para asegurarse unas vacaciones inolvidables.
Por ejemplo, una de las personas que más se ha gastado en viajes en la costa este de Estados Unidos, llevó a 20 de sus amigos más cercanos a Rock House, un hotel de más de 655 euros por noche en las islas caribeñas de Turcas y Caicos, para pasar varios días con todos los gastos pagados.
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Durante cuatro días, el alcohol caro y las botellas de vino de 600 euros se fueron sucediendo una detrás de otra. Pagó 120.000 euros en el hotel, según Nikheel Advani, director de operaciones del propietario de Rock House, Grace Bay Resorts.
Grace Bay Resorts
Otro hombre que, como sorpresa a su mujer por su aniversario, reservó un palacio privado en Venecia para ver a la leyenda de la ópera, Andrea Bocelli, con un coste de unos 300.000 dólares por media hora, y luego volar a las montañas de las Dolomitas para un romántico picnic.
Al final, sus planes se vieron frustrados por el COVID-19, según la organizadora del viaje, Jules Maury, que trabaja para Scott Dunn Private, una sección ultra exclusiva solo para invitados de una empresa de viajes de lujo con sede en Reino Unido.
El informe de American Express Travel sobre las tendencias mundiales de los viajes en 2022, en el que se utilizaron datos de encuesta realizada a principios de año, confirma la tendencia a realizar viajes tipo "bucket-list" o de ensueño. De las 3.000 personas encuestadas, el 86% esperaba gastar más o la misma cantidad en viajes que en un año típico antes de la pandemia. El 65% dijo que prefería tener unas vacaciones de lujo antes de comprar un coche nuevo.
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Un informe de agosto de la agencia de viajes de lujo, Virtuoso, señaló que las futuras ventas de viajes han aumentado un 47% respecto a 2019.
Los planificadores de viajes de lujo compartieron los precios para demostrar cómo los ricos están gastando a lo grande a pesar de los inciertos tiempos económicos por lo que atraviesa el mundo.
Los ricos están buscando vacaciones más extremas
Maury afirma que ha visto que sus clientes quieren ir más allá de un viaje convencional.
Ahora es "quiero ir a Ruanda a ver a los gorilas", mientras que antes era "vamos a Kenia o Botsuana", explica, añadiendo que ver a los gorilas en Ruanda es "el safari definitivo". El viaje puede costar más de 15.000 euros por persona, según la web de viajes de Afar.
Karen Loftus, de Women's Adventure Travels, cuenta que también ha visto un aumento del interés por los safaris en Ruanda. Ha organizado viajes en un alojamiento llamado Kataza House, gestionado por el operador de safaris Singita, donde los precios están a partir de 13.600 euros por noche.
La estancia en el Serengeti House de Singita es de un gasto mínimo de 16.051 euros y alcanza un máximo de 22.500 euros por noche para 5 y 8 personas. El precio no incluye el permiso de 1.500 dólares por persona y día para entrar en el Parque Nacional de los Volcanes y ver a los gorilas.
Cortesía de Singita
Últimamente, estar en espacios naturales ha sido una gran motivación para viajar. Maury afirma que han aumentado las solicitudes para ir a las Islas Galápagos, donde la fauna es única, con tortugas gigantes y 13 especies de pinzones; también a la región húmeda del Pantanal de Brasil famosa por sus jaguares, o Groenlandia para ver osos polares.
Los clientes "quieren recrear viajes de ensueño" o visitar lugares a los que puede que solo vayan una vez en la vida, explica Maury.
La lejanía se ha convertido en el máximo lujo
Tanto Maury como Loftus han observado un aumento del interés por los viajes que permiten a sus clientes alejarse del estrés de la vida cotidiana.
La experta en viajes de lujo ha organizado visitas a La Cocina en los Confines del Mundo, una peregrinación gastronómica al Círculo Polar Ártico que cuenta con un elenco rotativo de los mejores chefs del mundo, como el experto en mariscos Rick Stein o la cocinera vasca con estrella Michelin Nieves Barragán Mohacho, y que se reserva con muchos meses de antelación.
Solo 20 personas pueden asistir a la edición limitada de cada chef y las entradas cuestan a partir de los 5.400 euros por persona para la experiencia de 4 días. Eso no incluye los vuelos a Holmen Lofoten, en el norte de Noruega.
Loftus considera que el deseo de las personas con un alto poder adquisitivo de ser "atendidas en medio de la nada" es una tendencia acelerada por la pandemia, así como un reflejo de las personalidades de esta clase de viajeros.
"Este tipo de personas suelen ser gente de alto rendimiento", afirma Loftus. "Van a estos lugares increíbles y logran algo que nunca imaginaron que fuera posible".
El tiempo de calidad con los seres querido es lo más importante
No todos los viajes soñados están en rincones remotos del mundo. Pasar tiempo de calidad con la familia sigue siendo la prioridad número uno para muchos de los que deciden hacer un viaje de lujo, según una encuesta de Deloitte del pasado marzo citada por Berkshire Hathaway.
En agosto, Bill Finnegan, un abogado especializado en fusiones y adquisiciones que vive en Houston, llevó a su hijo, a su yerno y a su sobrino a jugar al golf en Pebble Beach, un pintoresco campo público situado en las afueras de Carmel, en California.
El viaje fue organizado por el club de vacaciones privado Exclusive Resorts. Finnegan calcula que paga unos 45.000 euros al año por 30 días de viaje en las propiedades del club de vacaciones.
DMT Imaging
El viaje sirvió para unir al grupo y puso al hijo de Finnegan un poco más cerca de alcanzar su objetivo de jugar en Pebble Beach 20 veces en su vida.
"Para mí fue un viaje de los que sueñas, no solo por el destino, que era increíble, sino por poder hacerlo con mi hijo, mi yerno y mi sobrino; por toda la experiencia", afirma Finnegan.
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