La UE alerta sobre la exposición alimentaria al BPA: recipientes dónde se encuentra esta peligrosa sustancia

latas de conserva
  • La exposición alimentaria al bisfenol A (BPA) es motivo de preocupación para la salud de los consumidores de todos los grupos de edad, según han concluido los expertos de la EFSA en su nueva reevaluación.
  • Una evaluación exhaustiva de los expertos de la EFSA identificó efectos potencialmente nocivos para el sistema inmunitario. Lo que se suma a los otros potenciales efectos perjudiciales para la salud con los que se asocia. 
  • Esta sustancia, usada para botellas reutilizables o latas entre otros envases, ­puede migrar en cantidades muy pequeñas a los alimentos o bebidas desde los recipientes que las contienen. Por lo que cualquiera está expuesto.

La exposición alimentaria al bisfenol A (BPA) supone un problema de salud para los consumidores de todos los grupos de edad, según ha concluido la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dependiente de la Unión Europea en un reciente informe.

Tras una evaluación exhaustiva de las nuevas pruebas científicas disponibles y una consulta pública, los expertos científicos de la agencia han detectado efectos potencialmente nocivos para el sistema inmunitario.

El BPA es una sustancia química usada desde hace años para fabricar plásticos y resinas. Cuando está presente en envases de alimentos puede traspasarse en cantidades muy pequeñas a los alimentos y bebidas que contienen.

Evaluaciones anteriores ya señalaron que el bisfenol A, conocido disruptor endocrino, a dosis altas, probablemente podía causar efectos adversos en el riñón y el hígado así como en las glándulas mamarias de los roedores. Ha sido asociado a trastornos de neurodesarrollo en los niños, obesidad, la diabetes y la infertilidad. Sin embargo no produce mutaciones del ADN ni daños en el embrión.

Aunque no se pudo identificar los mecanismos para ello, en tales estudios se concluyó que no podía descartarse una relación con consecuencias adversas en el sistema reproductivo, nervioso, inmunológico, metabólico y cardiovascular, ni en el desarrollo de cáncer.

El reciente análisis apunta ahora a un nuevo impacto en la salud.

"En los estudios hemos observado un incremento porcentual de un tipo de glóbulo blanco, denominado T helper, en el bazo", afirma el doctor Claude Lambré, presidente de la Comisión Técnica de Materiales en Contacto con Alimentos, Enzimas y Auxiliares Tecnológicos de la EFSA.

Estos desempeñan un papel esencial en los mecanismos inmunitarios celulares "y un incremento de este tipo podría dar lugar al desarrollo de inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes", explica en nota de prensa.

Estas conclusiones son el resultado de años examinado una gran cantidad de publicaciones científicas, incluidos más de 800 nuevos estudios publicados desde enero de 2013. 

 ingesta diaria tolerable (IDT)  20.000 veces menor.

Como resultado de ello, la Comisión ha llevado a cabo una reducción más que significativa de la ingesta diaria tolerable (IDT) de BPA, la cantidad que puede ingerirse diariamente a lo largo de toda la vida sin presentar un riesgo apreciable para la salud.

Los científicos de la EFSA establecieron una IDT de 0,2 nanogramos (0,2 mil millonésimas de gramo) por kilogramo de peso corporal al día, en sustitución del nivel temporal adoptado en la revisión de 2015 de 4 microgramos (4 millonésimas de gramo) por kilogramo de peso corporal al día. La IDT recién establecida es de alrededor de 20.000 veces menor.

"La reevaluación de la ingesta diaria tolerable (IDT) para el BPA por parte de la EFSA pone de manifiesto la vulnerabilidad de la sociedad ante el uso de compuestos químicos tóxicos", alerta en La Vanguardia Ethel Eljarrat, investigadora del CSIC. 

"Han sido necesarios 8 años para establecer una ingesta diario tolerable 20.000 veces inferior a la que hasta ahora pensábamos segura. Y lo más preocupante es que, durante todo este tiempo, hemos estado y estamos expuestos a niveles muy superiores a los ahora recomendados", enfatiza.

 

Al comparar la nueva IDT con las estimaciones de la exposición de los consumidores al BPA en los alimentos, la EFSA concluye "que las personas de todos los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superan la nueva IDT, un motivo de inquietud en materia de salud".

"Una serie de variables pueden influir en el riesgo global para la salud de una persona, incluidos otros factores de estrés en el cuerpo humano, la genética y la nutrición", añade el estudio.

No se realizó una evaluación actualizada de la exposición, sino que se tomó de referencia la realizada en 2015. Según estos datos, la exposición a través de la dieta se estimó entonces como la principal fuente de exposición a bisfenol A en todos los grupos de la población y rangos de edad, suponía el 78‐99% del global. Detrás vendrían el papel térmico y el polvo.

Entonces, la exposición alimentaria al bisfenol A fue mayor entre los bebés y niños pequeños (grupo de 0 a 3 años). Esto es debido a la relación desigual que existe entre peso corporal y consumo de alimentos en esa franja.

Los recipientes que te exponen al BPA

Entre los productos alimentarios que contienen BPA se encuentran los platos reutilizables, las botellas de plástico el interior de latas de conservas y bebidas. 

Como recuerda la EFSA se utiliza, por ejemplo, en plásticos de policarbonato, un tipo de plástico transparente y rígido utilizado para fabricar dispensadores de agua, recipientes de almacenamiento y botellas de bebidas reutilizables. También se usa para producir resinas epoxídicas empleadas para fabricar recubrimientos protectores y láminas para latas y cubas de bebidas y alimentos.

El BPA es una sustancia química añadida en la fabricación de plásticos PC. Este material se e mplea a su vez para fabricar recipientes como vajillas (platos y tazas), utensilios para microondas, utensilios de cocina y depósitos para dispensadores de agua. 

Más allá de los contenedores alimentarios, puede encontrarse en pinturas a base de resina epoxi, dispositivos médicos, revestimientos de superficies, tintas de impresión, retardantes de llama, juguetes y chupetes con protectores de PC y en el papel utilizado para tickets de compra, billetes de transporte público o multas.

Asimismo se encuentra en la ropa, sobre todo en la de poliéster y elastano.

Entre las medidas adoptadas, la UE impone actualmente un límite en la cantidad de BPA que puede desprenderse de los juguetes. Asimismo prohíbe su uso para la fabricación de biberones. Desde 2020 la UE también impone la sustitución progresiva de los recibos elaborados en papel térmico que contengan esta sustancia química.

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