El recorte de gastos en Netflix alimenta uno de los grandes temores de sus empleados: ¿Se ha acabado la edad de oro creativa del gigante del 'streaming'?

Natalie Jarvey,
Elaine Low,
La cuarta temporada de 'Stranger Things' se estrena el 27 de mayo.
La cuarta temporada de 'Stranger Things' se estrena el 27 de mayo.

Netflix

Muchos en Hollywood se alegraron de ver cómo al gran disruptor del mundo del entretenimiento se le bajaban los humos. El pasado 19 de abril Netflix anunciaba que había perdido 200.000 suscriptores durante los tres primeros meses de 2022 y que esperaba perder otros 2 millones durante el trimestre de primavera. 

La noticia hizo caer en picado el precio de las acciones de la compañía. Netflix perdió más de un 35% de su valor de la noche a la mañana y sus acciones cotizan ahora un 68% por debajo del comienzo del año.

Pero para los creativos que han llevado a la plataforma a ser el líder del streaming, este revés subraya lo que muchos ya se venían temiendo: la era dorada de Netflix, de gran expansión creativa y de alto rendimiento, está llegando a su fin. 

"Parece que Netflix está retrocediendo desde el punto de vista financiero", dice una fuente de alto nivel de una agencia creativa a Business Insider en marzo, antes de los últimos resultados trimestrales y antes también de la conferencia con inversores y analistas en la que el co-CEO Reed Hastings reveló que el servicio de streaming, durante años contrario a cualquier tipo de publicidad en la plataforma, probablemente añadirá un plan de pago a un coste menor para el usuario que incluirá anuncios. Eso sí, la puesta en marcha de esta opción será progresiva a lo largo de los próximos dos años.

Aunque se espera que la compañía siga gastando hasta 18.000 millones de dólares en contenidos en 2022, las conversaciones de Business Insider con 9 productores de Hollywood, directores de programas y representantes de talentos revelan que el servicio de streaming está retrocediendo en comparación con su primera década como potencia de contenido original. 

"La fiesta se ha acabado en Netflix", asegura una persona familiarizada con el funcionamiento interno de la empresa. 

La compañía —que está sintiendo los efectos en todas las divisiones, incluido el equipo de marketing, donde una reorganización ha provocado despidos en el recién lanzado sitio de fans Tudum— planea reducir la producción de contenidos más superfluos y contener el gasto del resto de sus programas originales, según ha explicado vicepresidenta global de contenidos de Netflix, Bela Bajaria, al Wall Street Journal.

Su presupuesto para contenidos originales seguirá creciendo, pero como busca contener los márgenes, Netflix será más estratégica en cuanto a las grandes inversiones, según una fuente familiarizada con la empresa. 

De hecho, Netflix ya se ha apresurado a cancelar una serie, lo que ha provocado lo que un productor, que ha creado varias series para Netflix, ha llamado la "maldición de la segunda temporada". Y tres personas señalan a Business Insider que las razones de la compañía para cancelar una serie son a menudo opacas para los creadores. 

Para las series que se renueven, por su parte, el encargo probablemente será producir una nueva temporada con menos capítulos, según explican dos showrunners de Netflix. Una idea que ha sido, sin embargo, rechazada por la propia Bejaria, que ha explicado al WSJ que el número de episodios encargados para nuevas temporadas es una cuestión de la que se ocupan los creativos y no los responsables financieros. 

"Echo de menos los días en los que los ejecutivos de Netflix tenían proyectos que les apasionaban; proyectos que cuidaban y por los que luchaban tanto como cualquier creador, y podían defender y aplicar esa pasión", lamenta uno de los showrunners. Ahora que el meteórico ascenso de la empresa se está ralentizando, añade, "me preocupa que la gente vaya a estar aún más asustada y paralizada de lo que ya lo estaba". 

Pero algunos ven la crisis como una oportunidad.  "Espero que les obligue a cambiar", comenta un agente de televisión. "Queremos que sean un comprador apetecible. Necesitan espabilarse un poco".

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Convertirse en una máquina de producir contenidos originales creó "un problema de control de calidad"

Cuando Netflix entró por primera vez en el juego de la programación original hace una década, lanzaba solo un puñado de series y películas originales cada año. En 2013, solo estrenó 3 dramas, entre ellos la serie política House of Cards, producida por David Fincher, y Orange is the New Black, de la creadora de Weeds, Jenji Kohan, ambientada en una prisión. 

En la actualidad, la cadena lanza cientos de programas al año para satisfacer la demanda de contenidos de sus 222 millones de suscriptores en todo el mundo. 

"Solían ser muy reflexivos y estrictos sobre lo que querían", dice el productor, y añade que el crecimiento de la producción —sin mencionar que el número de ejecutivos que trabajan entre bastidores se ha multiplicado— ha creado "un problema de control de calidad."

"Netflix fue uno de los actores clave en la explosión artificial del precio de los contenidos", explica Evan Shapiro, productor y estratega de medios. "El coste medio por hora de contenido guionizado se ha disparado desde House of Cards. Todo el mundo es culpable de gastar más de la cuenta, pero la pura necesidad voraz de contenidos de Netflix hizo que se dispararan." 

Shapiro, que dirigió el desaparecido servicio de streaming de comedias de NBCUniversal, Seeso, pronostica que los tiempos de austeridad en Netflix, junto con el viraje de toda la industria del streaming hacia la inclusión de publicidad en las plataformas, provocará que los presupuestos caigan. 

Netflix ha dicho a las agencias de Hollywood que ahora está buscando programas a gran escala con repercusión, según señalan 2 fuentes. En los reality shows, eso significa concursos como los clásicos American Idol y La Voz, o programas como Supervivientes.

En el lado de los guiones, eso significa comedias variadas, thrillers de acción contemporáneos, o comedias de acción y ciencia ficción que atraigan a grandes audiencias pero que cueste menos de 10 millones de dólares por episodio.

"Emily en Paris no podría tener más referencias", dice el agente de televisión. 

El segundo showrunner, que ha trabajado en varias series con Netflix, asegura que la compañía parece haber perdido su anterior misión de "mostrar cosas interesantes". 

Ahora, aplica datos a todas sus decisiones de programación. "Antes, siempre escuchabas 'simplemente queremos hacer la mejor versión de esta serie'. [Netflix tenía] una mentalidad de creador. Ahora se ha alejado un poco de esa postura".

Dos fuentes comparten a Business Insider que la estrategia de Netflix, que antes no intervenía en la parte creativa, ha cambiado, y que los ejecutivos creativos se meten en lo más profundo de los guiones y dan a los escritores "muchas más notas" que cualquier otro estudio ahora mismo.

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Aumento de la competencia por los contenidos y los suscriptores

Ya no se da por sentado que Netflix sea la primera opción para un creador que quiera vender una nueva serie que le guste. Mientras que Reed Hastings, co-CEO de Netflix, bromeaba con que el sueño era la única competencia real de Netflix, ahora la plataforma debe competir no sólo por el talento sino también por los suscriptores con Disney+, HBO Max, Amazon, Apple y otros rivales.

"Existe más contenido original en todos estos lugares y todos estos servicios se están volviendo más robustos", dice otra fuente de la agencia, que destaca que Apple y Amazon "se han vuelto mucho más competitivas" con su captación de talento, particularmente en el ámbito de las películas, en los últimos 12 meses. 

Algunos negociadores de Hollywood esperan que si Netflix negocia ahora desde una posición de debilidad —o al menos de menor fuerza dominante— sus acuerdos de talento podrían acabar evolucionando. La incorporación de publicidad, por ejemplo, podría dar lugar a una mayor transparencia en torno a las métricas de audiencia, lo que ayudaría a los creadores a renegociar para obtener mayores mejores remuneraciones. 

En un artículo publicado en el New York Times, Jason Blum, el productor de películas de terror como Paranormal Activity y la reposición de Halloween, argumenta que Netflix debería volver a la vieja escuela de Hollywood de compensar a los talentos con variables vinculados al éxito de un proyecto a nivel de público. 

En cambio, Netflix se ha caracterizado por pagar una tarifa plana por adelantado a los creadores. 

Esa estructura de acuerdos "hace que el negocio de la producción de películas y programas de televisión sea muy caro", escribe Blum, argumentando que es más barato y mejor para la calidad a largo plazo darle al talento detrás de un programa parte del éxito que genere el proyecto. "Como alguien que ha visto tanto éxitos como fracasos, siempre he pensado que es fundamentalmente insostenible que una empresa trate a todos como si hubieran logrado un éxito antes de que el proyecto se produzca". 

Según un artículo deHollywood Reporter, la anterior vicepresidenta de contenidos de Netflix, Cindy Holland, que abandonó la empresa en la reorganización que puso a Bajaria al mando, era consciente de los retos que planteaba la creciente demanda de contenidos, en particular de cómo un exceso de nuevos estrenos podría canibalizar la audiencia de los programas existentes. 

Ahora le toca a Bajaria —una veterana de Universal TV que ha demostrado rápidamente su valía como jefa de contenidos del servicio al convertir el drama coreanoEl juego del calamar en el programa más visto de la historia de Netflix— encontrar la manera de corregir el rumbo.  

"Tal vez la idea de tanto contenido original no sea algo que pueda resolverse sólo con dinero", dice la productora, que se muestra comprensiva con el reto al que se ha enfrentado Netflix a la hora de escalar sus operaciones en un escenario global en menos de 10 años. 

"Han intentado algo sin precedentes" al transmitir tal volumen de programas originales en un año. "Nadie lo habría ejecutado a la perfección". 

Y nadie con el que haya hablado Business Insider cuenta con Netflix como actor creativo. Cuando Stranger Things regrese para su cuarta temporada a finales de este mes, después de un paréntesis de casi 3 años, se espera que acapare todos los focos tan rápida y firmemente como siempre —y tal vez reinicie la charla sobre la compañía en una industria impulsada por los éxitos.

Sin embargo, muchos creen que Netflix hace bien en reducir su volumen de producción. Otra persona con responsabilidad en una agencia creativa lo resume con una frase: "Tienen que hacer un poco menos, un poco mejor".

Nota: Mathias Döpfner, director general de la empresa matriz de Business Insider, Axel Springer, es miembro del consejo de administración de Netflix.

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