Reducir las calorías ingeridas podría ayudar a retrasar el envejecimiento

Dos personas comiendo perritos calientes
  • Investigaciones recientes indican que la reducción del consumo de calorías puede ayudar a las personas a vivir más tiempo.
  • Un estudio realizado en EE. UU. sobre personas que redujeron la cantidad de comida en un 15% durante dos años muestra que estos comenzaron a utilizar la energía de manera más eficiente, impulsaban su metabolismo y desactivaban algunos signos dañinos del envejecimiento.
  • El hallazgo coincide con una investigación previa sobre consumo de calorías en todo el mundo que indica que las personas que se ven obligadas a comer menos durante años tienden a vivir más tiempo.

Come menos, vive más.

Esa parece ser la conclusión de una creciente cantidad de investigaciones realizadas tanto sobre personas como sobre animales en todo el mundo que indican que al reducir la ingesta de calorías reducimos nuestro nivel de envejecimiento.

Quizás en ninguna parte esto sea más cierto que en Okinawa, Japón. Antes de la década de 1960, los escolares de la prefectura más pobre y devastada por la guerra consumían rutinariamente solo el 62% de las calorías que consumían sus contrapartes japonesas en otras áreas del país. Cuando los niños de Okinawa crecieron, resultaron mucho más saludables: a menudo se les ha promocionado como una de las personas más sanas y que llevan más tiempo viviendo en el mundo.

Ahora los investigadores están encontrando evidencia de que el mismo tipo de dieta reducida en calorías también podría ser beneficioso para los ciudadanos modernos. Un pequeño estudio realizado en estados unidos sobre 34 personas, que redujeron lo que comían en un 15% durante dos años completos, ha descubierto que, en comparación con las personas que seguían comiendo sus porciones regulares, esas personas disminuían los procesos críticos de envejecimiento dentro del cuerpo.

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Las personas que hacen dieta no siguieron ninguna regla específica durante el estudio. Lo importante fue que redujeron lo que estaban poniendo en sus platos y lo que ingerían en aproximadamente un sexto. La mayoría de estos participantes del estudio tenían una edad promedio de 40 años.

Al restringir sus dietas durante dos años, estos no solo perdieron el 5% o más de su peso corporal (gran parte de su grasa), sino que disminuyeron su temperatura corporal nocturna así como sus niveles de insulina en ayunas, dos biomarcadores clave del envejecimiento.

Por qué comer menos puede ayudarte a vivir más tiempo

Si piensas en tu cuerpo como una máquina bien engrasada, la idea de restringir la cantidad de calorías que introduzcas tiene mucho sentido. Al comer menos calorías, estás reduciendo el estrés en tu sistema digestivo. Al igual que un automóvil, si lo conduces con menos frecuencia, verás menos desgaste en los neumáticos.

Dan Buettner, que durante años ha estudiado lo que él llama las "Zonas Azules" del mundo -los lugares donde las personas tienden a vivir más tiempo y de forma más saludable-  afirma que cuando comemos menos calorías, nuestros cuerpos oxidan menos y tienen que lidiar con menos subproductos de radicales libres.

Concurso de comer sin manos

Tener demasiados radicales libres tóxicos flotando puede provocar cáncer, afectar nuestras arterias, reducir el tamaño de nuestro cerebro y, de forma menos directa, causar más arrugas.

Además, cuando consumimos menos calorías, nuestras células tienen menos trabajo por hacer, convirtiendo los alimentos que ingerimos en combustible. La reducción del consumo de calorías puede ayudar a dar a nuestros cuerpos un descanso muy necesario.

"En pocas palabras, nos oxida menos desde dentro", resume Buettner.

Intentar una dieta baja en calorías no necesariamente significa consumir menos alimentos. Muchos países alrededor del mundo consumen muchos nutrientes mientras consumen menos calorías que otros. Estos alimentos ricos en nutrientes suelen incluir una gran cantidad de verduras frescas. En Japón, por ejemplo, las personas tienden a comer gran cantidad de tubérculos y almidones llenos de fibra, como las batatas.

Aún así, seguir una dieta baja en calorías no es fácil de hacer desde un punto de vista biológico. Durante gran parte de la historia humana, fue casi imposible obtener demasiadas calorías. Cuando había abundancia de alimentos,  entonces el ser engullía tanto como fuera posible. Ese ya no es el caso, pero pueden quedar en nosotros reminiscencias de ese pasado lejano.

Comer menos no siempre es bueno

La ciencia aún no ha descubierto si las dietas bajas en calorías son buenas para todos a cualquier edad. Algunos estudios sobre dietas bajas en calorías, realizados en monos, han sugerido que aquellos que se alimentan menos no viven más que otros. Incluso en los humanos, el envejecimiento es un fenómeno complejo que no se comprende por completo.

Nutricionistas como Lareina Lee, Jefe de Dietista Clínica del Centro de Enfermería y Rehabilitación Upper East Side en Nueva York, afirman que aún no hay suficiente evidencia de que la restricción calórica conduzca a vidas más largas en los humanos.

Ella dice que la idea de restringir las calorías sin prestar atención a los tipos de alimentos que su puesta en su cuerpo pierde el punto de una alimentación saludable.

"En lugar de restringir las calorías (a menos que tenga sobrepeso u obesidad), es más importante centrarse más en la procedencia de las calorías y recordar comer con moderación y sin exceso", declaraba Lee en un comunicado.

Claudia Kawas, que ha estado estudiando a más de 1.600 voluntarios que superan los 90 años durante los últimos 15 años, ha descubierto recientemente que muchos de los que se llegan a convertirse en nonagenarios beben alcohol regularmente y también tienen un poco de barriga. Ella piensa que ser delgado y templado cuando eres realmente viejo probablemente no sea la mejor manera de mantenerse con vida.

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Después de todo, cuando seas viejo, un poco de grasa extra podría ayudarte a sobrevivir una enfermedad grave. Además, como los sistemas de las personas mayores no absorben los nutrientes de manera tan eficiente, es posible que necesiten comer un poco más que las personas más jóvenes para mantenerse saludables.

Buettner cree que es posible que los ancianos también estén bien con un poco de grasa extra en el vientre. Pero también advierte que muchos de los voluntarios en el estudio de Kawas pueden simplemente haber ganado la lotería genética, y están sobreviviendo a otros porque cuentan con genes estelares.

"Hay algunas personas que son simplemente más fuertes", aclara Buettner. "Son capaces de eludir las enfermedades crónicas mejor que otras personas".

Los científicos aún no sugieren que todos intenten reducir su dieta un 15%. Pero están comenzando a estudiar si la restricción de la ingesta de calorías de forma más intermitente (por ejemplo, en algunos días elegidos cada mes) también podría ralentizar el proceso de envejecimiento. Eso podría ser más manejable, y podría funcionar igual de bien para mantenernos jóvenes que estar en ayunas todo el tiempo.

 

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