Escándalo en Credit Suisse: una filtración a gran escala revela que tenía cuentas de clientes con posibles vínculos delictivos

Sede credit Suisse en Zurich.

El escándalo ha llegado hasta las más altas instancias de Credit Suisse. El segundo banco más importante de Suiza ha sufrido una filtración en la que se revela que existen dentro de la entidad más de 18.000 cuentas en las que aparecen presuntos violadores de los derechos humanos y personas sancionadas, incluidos dictadores, según informa la CNBC.

La información procede de un informante que ha compartido sus hallazgos con el periódico alemán Süddeutsche Zeitung. A su vez, el mismo medio ha involucrado a un grupo anticorrupción y a otros 46 medios de comunicación de todo el mundo, includiosThe New York Times, Guardian y Le Monde.

Según las informaciones conocidas este domingo, entre los titulares de las cuentas figuraban un jefe de espionaje yemení implicado en torturas, funcionarios venezolanos involucrados en un escándalo de corrupción y los hijos del exdictador egipcio Hosni Mubarak.

"He visto con demasiada frecuencia a delincuentes y políticos corruptos que pueden permitirse seguir haciendo negocios como siempre, sin importar las circunstancias, porque tienen la certeza de que sus ganancias conseguidas ilícitamente se mantendrán a salvo", ha dicho Paul Radu, cofundador del OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project), en un comunicado. 

"Nuestra investigación expone cómo estas personas pueden eludir la regulación a pesar de sus delitos, en detrimento de las democracias y de los pueblos de todo el mundo".

En el caso de Suiza y los bancos la situación suele ser especial, ya que otorgan una gran protección a sus clientes, y, aunque no tiene permitido aceptar dinero proveniente de actividades delictivas, según The New York Times esto no siempre se cumple.

Información parcial, inexacta o selectiva sacada de contexto

Este escándalo no llega en el mejor momento para el banco, ya que acumula varios en los últimos años que han impactado contra la línea de flotación de su reputación. 

En 2019 el responsable de operaciones de Credit Suisse Pierre-Olivier Bouee dimitió después de un rocambolesco escándalo de espionaje, y en 2020 también dimitió su CEO, Tidjane Thiam, por espionaje interno.

Por su parte, Credit Suisse se ha defendido de este nuevo varapalo publicando un comunicado de prensa en el que "rechaza enérgicamente" las acusaciones hechas sobre sus prácticas comerciales.

"Los asuntos presentados son predominantemente históricos, en algunos casos se remontan a la década de 1940, y los relatos de estos asuntos se basan en información parcial, inexacta o selectiva sacada de contexto, lo que resulta en interpretaciones tendenciosas de la conducta empresarial del banco", asegura el banco.

"El pretexto de proteger la privacidad financiera no es más que una hoja de parra que cubre el vergonzoso papel de los bancos suizos como colaboradores de los evasores fiscales", ha dicho el denunciante de Credit Suisse, según la declaración del OCCRP. "Esta situación permite la corrupción y priva a los países en desarrollo de unos ingresos fiscales muy necesarios".

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