No todas las actividades tienen el mismo nivel de riesgo de infección: así es como afecta a las actividades cotidianas
- El coronavirus se propaga generalmente a través de gotitas respiratorias que exhala una persona contagiada a otros que están en contacto permanente y cercano con él.
- Cuatro factores aumentan el riesgo de contraer entonces el virus: los espacios cerrados, las multitudes, el contacto cercano con otros y la dificultad de mantener el distanciamiento social.
- Un gráfico indica cómo estos factores de riesgo intervienen en las distintas actividades cotidianas.
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A medida se acerca el verano, el desconfinamiento y la apertura de fronteras nacionales e internacionales, empiezan las evaluaciones de cuán peligroso es hacer determinadas actividades cotidianas de la época.
Pero los expertos ya han señalado algunos de los factores que distinguen las situaciones de bajo y alto riesgo.
"A este virus le gusta mucho que la gente esté en un espacio cerrado por períodos prolongados de contacto cercano", señala William Schaffner, profesor de medicina preventiva de la Universidad de Vanderbilt, a Business Insider.
Esto se debe a que el coronavirus se propaga principalmente a través de partículas que vuelan por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. De hecho, según un estudio reciente, el riesgo de infección tiene que ver principalmente con la cercanía y el tiempo que se pasa con la gente. Y el 80% de las infecciones se dan en espacios propicios para la superdifusión.
No es sorprendente, entonces, que la evidencia muestre cada vez más que el riesgo de infección es mayor en espacios cerrados y abarrotados donde es difícil mantener 2 metros de distancia social y las personas están en contacto cercano.
Así es como las actividades cotidianas influyen en el contagio con coronavirus, basado en esos 4 factores:
El riesgo de infección es probablemente menor fuera que dentro de casa. Por lo tanto, hacer camping, nadar y caminar, por ejemplo, son actividades de bajo riesgo comparadas con comer en el interior de un restaurante, cortarse el pelo o asistir a un culto en persona.
Las actividades que se realizan en interiores tienen su propio abanico de riesgos: según los factores mencionados anteriormente, hacer ejercicio en un gimnasio o irse de compras puede ser menos arriesgado que ir de fiesta a un club nocturno.
La ventilación y el uso de mascarillas también influyen en el riesgo de contagio
Según Schaffner, lo más importante a tener en cuenta al evaluar una actividad, o un lugar, es lo bien que puedes distanciarte socialmente.
"Lo que más me preocupa es la distancia que me separa de mis compañeros", reconoce y añade: "Sigue siendo prudente mantenerse lo más alejado posible de la gente", independientemente de si estás en interiores o exteriores.
Aunque hay otros factores que pueden aumentar el riesgo de contagio. Schaffner recomienda comprobar si los clientes y el personal de las tiendas y restaurantes llevan mascarillas, por ejemplo. Si no es así, vaya a otro lugar, apunta.
Otro de ellos es lo bien ventilado que está un espacio. Los científicos aún no están seguros de hasta qué punto una nube de diminutas partículas de coronavirus, conocidas como aerosoles, pueden permanecer en el aire e infectar a la siguiente persona que pase a través de ella. Pero las investigaciones han sugerido que se encuentran más partículas virales vivas en el aire en habitaciones cerradas con poco flujo de aire y en hospitales.
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Los ascensores mal ventilados, por ejemplo, podrían ser un punto crítico de exposición, explicita Schaffner.
Y, por último, sugiere que se minimice el tiempo que se pasa en un espacio interior que no sea el de casa.
"Cuanto más lejos estés y menor sea la duración del contacto entre tú y otras personas, menor será la eficiencia de la transmisión del virus", explica.
Los países que han hecho hincapié en la lucha contra estos factores de riesgo en su respuesta al coronavirus han tenido más éxito en la contención de sus brotes sin tener que cerrar completamente.
Japón, por ejemplo, evitó el confinamiento diciendo a sus ciudadanos que se alejaran de lo que llaman las 3C: espacios cerrados, lugares concurridos y lugares de contacto cercano.
Pero incluso con toda esta información, recalca Schaffner, no existe una forma segura de realizar las actividades diarias durante la pandemia.
"'Seguro' implica algo absoluto. En este caso, se trata de la reducción de riesgos", aclara.
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