Ripple, la criptomoneda que se adelantó a Bitcoin

Marcos Merino,
Ripple Criptomoneda

Dio sus primeros pasos 5 años antes de que Satoshi Nakamoto publicara en la Red su famoso ‘paper’ sobre Bitcoin, y hoy en día es la única criptomoneda reconocida como medio de pago por los mayores bancos del mundo.

Aunque la mayor parte de la gente crea que Bitcoin dio el pistoletazo de salida a las criptodivisas, lo cierto es que sólo fue la primera en popularizarse: Ripple (XMR) nació en 2004, media década antes de la creación de Satoshi Nakamoto. Su creador fue Ryan Fugger, que en aquél momento trabajaba en un ‘sistema de intercambio local’ en Vancouver, que le sirvió como inspiración para desarrollar una plataforma de creación descentralizada y desintermediada de dinero. Un año más tarde lanza la primera versión funcional de la plataforma con el nombre de Ripplepay.com.

En 2012, Fugger cedió el control de su plataforma a Jed McCaleb, quien llevaba tiempo trabajando en una criptodivisa cuyo valor no dependiera de la labor de ‘minado’, como ocurre con Bitcoin. McCaleb, junto a su socio Chris Larsen, rebautizó RipplePay como OpenCoin y juntos se pusieron a trabajar en el diseño de la red de intercambios monetarios y de su correspondiente protocolo de seguridad.

OpenCoin volvió a cambiar de nombre en 2013 (convirtiéndose en Ripple Labs), y dos años más tarde se vio obligada a hacer frente a una multa de 700.000 dólares impuesta por la FinCEN, la red de delitos financieros del Tesoro de Estados Unidos, por incumplir la normativa vigente para la emisión monetaria y la prevención del blanqueo de capitales. Pero ese mismo año logró captar la atención del Banco Santander, que invirtió 4 millones de dólares en la compañía.

No fue hasta 2016 cuando asumiría definitivamente su actual nombre, Ripple (sin el ‘Labs’) y obtuvo la licencia de las autoridades para operar como moneda digital. Eso ocurría en junio, y para septiembre había captado ya 55 millones de dólares en una nueva ronda de inversión… y atraído la atención de más muchos más bancos relevantes (como el Santander, el Bank of America/Merrill Lynch, el Siam Commercial Bank o el Royal Bank of Canada).

La clave del éxito de Ripple entre las entidades financieras radica en dos hechos fundamentales:

  1. Que, al contrario de lo planificado originalmente por Fugger, su creación no ha resultado ser realmente descentralizada (al menos no para los estándares de las actuales criptomonedas), sino que está gestionada por un amplio grupo de instituciones en el que se encuentran tanto universidades (el MIT) como compañías tecnológicas (Microsoft) y de telecomunicaciones (Bahnhof), lo que proporciona estabilidad.
  2. Ripple soporta un número de transacciones por segundo mucho mayor que el de las dos criptomonedas más usadas del momento: Bitcoin (3-6 transacciones por segundo) y Ethereum (15). Frente a eso, Ripple es capaz de ofrecer 1500 transacciones por segundo y -según sus creadores- puede escalar para alcanzar las 50.000 del protocolo VISA.

A día de hoy, Ripple es la única criptomoneda reconocida como medio de pago por los mayores bancos del mundo y, según su fundador, “es sólo cuestión de tiempo que los bancos centrales adopten la tecnología blockchain para liquidar transferencias interbancarias con alto valor”.

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Pero 2018 también ha empezado con novedades para Ripple: tras crecer más de un 1000% en diciembre de 2017, Ripple ha logrado desbancar a Ethereum del segundo puesto en la tabla de capitalización de mercado, acumulando un crecimiento del 36000% a lo largo de 2017 y logrando que su cofundador, Chris Larsen, adelante en el ranking de los más ricos a Larry Page (Google). Y para el próximo mes de abril, el Santander ha anunciado el lanzamiento de una app para realizar transferencias internacionales bajo el blockchain de Ripple.

Habrá que seguir de cerca las novedades sobre esta criptomoneda, sin duda.

Una mujer mira el móvil mientras está tumbada en la cama.

 

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