Sonidos que 'colocan': la gente está usando cada vez más los ritmos binaurales para simular los efectos de las drogas psicoactivas

Jesse Pinkman en 'Breaking Bad'.
Jesse Pinkman en 'Breaking Bad'.

Fotograma de Breaking Bad

Una droga digital, inocua y cada vez usada por más gente: la gente recurre cada vez más a los ritmos binaurales para experimentar efectos similares a las sustancias psicoactivas, tal y como concluye una investigación recientemente publicada en la revista Drug and Alcohol Review.

Disponibles en numerosas fuentes y recursos de internet como YouTube, los sonidos binaurales son una ilusión del cerebro que se produce cuando percibe una determinada frecuencia de sonidos. 

Cuando escuchas un tono distinto en cada oído que se diferencian por una frecuencia de máximo 35 hercios (Hz), se genera la ilusión de una tercera frecuencia. Es lo que se conoce como ritmo binaural. Por ejemplo, si pusieras en tu oído izquierdo una frecuencia de 400 Hz y en tu oído derecho otra de 420 Hz, el cerebro genera un tercer ritmo de percepción de 20 Hz para compensar.

Son varios los beneficios supuestamente asociados a estos latidos, y bastantes los estudios que han suscitado: entre las posibles ventajas de los binaurales destacan la evasión, el alivio de la ansiedad y de la depresión, la reducción del dolor, la mejora de la memoria o el estímulo de la creatividad.

Los sonidos binaurales también ayudarían a dormir mejor, a aliviar la fatiga mental o a tener una atención más plena. 

Sonidos digitales para alterar la mente: ¿una nueva droga tecnológica?

Un equipo de investigadores de Australia y el Reino Unido ahondó en la Encuesta global sobre Drogas de 2021, en la que participaron más de 30.000 personas de 22 países. La finalidad era conocer la interacción entre sustancias psicoactivas más tradicionales y la experimentación con ritmos binaurales.

Entre sus hallazgos, encontraron que alrededor del 5% de los encuestados había incursionado en el uso de ritmos binaurales en algún momento del último año. Uno de cada 10 lo hacía exclusivamente con fines recreativos.

Además, la mayor parte de usuarios tenían edades comprendidas entre 15 y 20 años, habían consumido sustancias prohibidas como MDMA o cannabis y procedían de Estados Unidos, México, Reino Unido, Brasil y Polonia.

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No solamente buscaban un subidón, sino que las razones para experimentar con pulsos binaurales eran muy diversas. Su popularidad, aunque ya aparecen registrados en la literatura en el siglo XIX, obedece a la explosión de Internet y la facilidad de los internautas para compartirlos en línea. 

"Al igual que las sustancias ingeribles, algunos usuarios de ritmos binaurales perseguían un subidón", dice Monica Barratt, científica social de la Universidad RMIT en Australia y autora principal del estudio, tal y como recogeScience Alert. 

Sin embargo, cabe destacar que no hay preocupación de que escuchar estos sonidos induzca al abuso posterior de sustancias o a probar con drogas psicoactivas. En todo caso, la mayoría de las personas que había experimentado con estos paisajes sonoros ya había probado otros narcóticos.

"Muchas personas los vieron como una fuente de ayuda, como terapia del sueño o alivio del dolor", explica Barret. Por su parte, a la ciencia le mucho por averiguar acerca de estos curiosos sonidos que consiguen engañar al cerebro y en ocasiones, llegar a estados alterados de conciencia. 

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