Sacos térmicos de semillas: para qué sirven y cómo hacer el tuyo en casa

Saco de semillas

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Los sacos térmicos de semillas son muy útiles para aliviar dolores muy diversos, gracias a sus propiedades analgésicas y relajantes. 

Puedes encontrarlos en numerosos comercios, pero también hacerlos en casa: solamente necesitas hilo y aguja, ropa vieja o retales, algunas aromáticas secas y una base de semillas, granos o cereales. 

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Este tipo de materiales absorben el calor y el frío rápidamente y lo liberan de manera lenta y uniforme, permitiendo que tu musculatura se relaje y tu cuerpo mejore sus procesos inflamatorios. 

Los saquitos de semillas te pueden servir desde para calambres e insomnio como para jaqueca, tortícolis o dolores reumáticos. Son ligeros, cómodos, fáciles de transportar y si los cuidas, pueden durarte muchos años. 

Cómo hacer tu propio saco de semillas en casa

Huesos de cereza

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Para hacer tu propio saco de semillas o cojín terapéutico, hay diferentes huesos de frutas o semillas que puedes utilizar, dándoles una segunda vida a este desperdicio alimentario que de lo contrario iría a parar a la basura. 

Primero, selecciona la semilla: puedes utilizar huesos de cereza —tendrás que comer una buena sentada primero—, alpiste, linaza, sésamo, semillas de girasol. También puedes emplear granos de cereales como trigo, mijo o arroz, cómodas por su pequeño tamaño, o combinar varios tipos de ellas, procurando que tengan un tamaño similar. Sirven legumbres secas como los garbanzos. 

Después, necesitarás tela, preferiblemente de composición 100% algodón y que sea resistente al calor del microondas. Puedes reutilizar retales de ropa vieja o manteles, y buscar estampados alegres y divertidos que te gusten.

 

Hay 2 alternativas: hacer el saco directamente, o un saco y una funda un poco más grande por encima, a la que poner botones o cremallera, y poder lavarla en la lavadora. Los sacos de semillas suelen ser alargados, pero puedes darles la forma que tú quieras.

También puedes utilizar alguna planta aromática seca con efecto analgésico y calmante, como romero, lavanda o menta. Incorpora si lo deseas un poco de cáscara de naranja. 

Coge aguja e hilo y cose la tela hasta darle forma al saquito, dejando una abertura para meter las semillas y aromáticas elegidas, sin saturar el interior, ya que debe quedar el suficiente espacio para que se muevan. Cose la abertura que queda, y tu saco de semillas estará listo. 

Cómo utilizar el saquito de semillas 

Aunque lo más habitual es usarlos con calor, también puedes hacerlo con frío.

Para calentar el saco de semillas, mételo unos 2 minutos —dependiendo de la potencia— en el microondas. Asegúrate de que la bolsa no está excesivamente caliente o podrías quemar e irritar tu piel. El calor durará una media hora. Si no tienes microondas, una alternativa, aunque más tediosa, es recubrirlo de papel de aluminio y calentarlo en el horno. 

El saquito de semillas caliente sirve para aliviar el dolor muscular y articular, el dolor menstrual de cuello uterino, la rigidez cervical, las contracturas en la espalda, las tendinitis, los cólicos —muy habituales en lactantes—, los gases o la lumbalgia. 

Para enfriar tu saco de semillas, ponlo al menos durante 2 horas en el congelador y después, ponlo sobre la zona dolorida unos 20 minutos. Sirve para problemas circulatorios, fiebre, esguinces, contusiones, ojos cansados e hinchados o picaduras de insectos. También so útiles para quemaduras, varices o espinillas 

 

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