Un empleado pierde un pendrive con los datos de casi medio millón de ciudadanos japoneses tras una noche de juerga

Videocámaras en las UCI japonesa durante la crisis del coronavirus.
Videocámaras en las UCI japonesa durante la crisis del coronavirus.

Todo está digitalizado. A pesar de su conveniencia (agiliza procesos de trabajo, facilita consultas a información y puede mejorar la gestión pública), las administraciones que confían su día a día a dispositivos de almacenamiento externo también corren un serio riesgo.

Es lo que le ha sucedido a la administración local de una ciudad japonesa llamada Amagasaki, en el oeste del archipiélago nipón. El gobierno municipal contrató a una empresa para que ayudase en la gestión del pago de ayudas a familias relacionadas con la pandemia. Uno de sus trabajadores salió de fiesta justo después de cumplir con su jornada laboral.

Lo hizo con una bolsa en la que llevaba un pendrive con los datos —nombres, datos de contacto, direcciones postales, cuentas bancarias...— de más de 460.000 vecinos de la urbe. Tras una noche de juerga y mucho alcohol, el hombre se dio cuenta, de camino a casa, de que la bolsa ya no estaba. Ahora mismo los datos de medio millón de japoneses pueden estar en manos de cualquiera.

Los ciudadanos japoneses pueden respirar aliviados. A pesar del susto, lo cierto es que el pendrive tiene toda la información cifrada y protegida bajo contraseña, y por el momento no se ha detectado ninguna brecha de información relacionada con la pérdida. El infortunio llegaría en caso de que quien tenga ahora el pendrive tuviese los conocimientos para sortear la contraseña que pide el lápiz USB.

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Funcionarios de Amagasaki han hablado con los periodistas que están siguiendo el caso, detallaThe Guardian, y han querido trasladar sus más profundas disculpas "por haber dañado profundamente la confianza pública en la administración de la ciudad".

La propia ciudad, en un comunicado remitido a los medios, avanza que mejorarán sus protocolos de seguridad relacionados con los dispositivos de almacenamiento de datos. "Trabajamos para contar con la confianza de los vecinos incrementando nuestra conciencia sobre la importancia de proteger los datos personales".

El caso adquiere importancia, incide The Guardian, porque no es la primera vez que se cuestiona la dependencia de las instituciones japonesas en sistemas de almacenamiento externo como discos duros o pendrives. Tampoco es algo que suceda únicamente en Japón, aunque en España se abracen tecnologías como la nube tanto en el sector privado como en el público.

Pero también las administraciones españolas han sufrido singulares episodios relacionados con este tipo de aparatos. Sin ir más lejos, un año antes del estallido de la pandemia los trabajadores de la Delegación de Gobierno de la Junta andaluza en Granada denunciaron la desaparición de 2.000 euros reservados para su cena de Navidad y un disco duro externo con "información sensible".

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