Samsung Galaxy Z Fold 2: el plegable de efecto 'wow' con el que la compañía brilla en el apartado de innovación

Los móviles plegables llegaron hace más de un año, pero lo cierto es que ningún fabricante ha presentado tantas aportaciones a este segmento como Samsung. Después de lanzar el Galaxy Fold como un primer acercamiento a este mundo llegó el Galaxy Z Flip —con cierre en forma de concha—, y ahora el Galaxy Z Fold 2.

Este dispositivo recoge lo mejor del catálogo de la compañía: el formato tablet del primer Fold, la resistente bisagra del Z Flip y la potencia de los S20 y Note 20. En otras palabras: lo mejor de lo mejor.

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Eso sí, añade algunas novedades con respecto a las otras propuestas de plegables. Ahora sus dos pantallas están mejor optimizadas y sus cámaras están a la par con los otros teléfonos del momento.

Como punto negativo, el Z Fold 2 tiene algunos fallos de software debido a que las aplicaciones no terminan de adaptarse a su formato (al desplegar la pantalla es cuadrado) y puede resultar pesado para muchos bolsillos.

Pero si estás dispuesto a pasar por alto esos dos detalles, te aseguro que merece la pena. ¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo.

A pesar de tener un precio superior a la anterior versión, la caja del Samsung Galaxy Z Fold 2 cuenta con lo estándar en estos casos: el móvil, cargador y auriculares con cable.

Recuerda que el primer plegable de Samsung venía —además de con el cargador y el terminal— con los Galaxy Buds (los auriculares inalámbricos de la compañía) y una funda kevlar.

Eso sí, he de decir que el packaging ofrece una experiencia premium, ya que abres la caja del centro a los laterales, como si fueran las alas de una mariposa.

En cuanto al diseño, el dispositivo da la sensación de ser robusto, pero resulta algo pesado.

Lo primero que he de decir es que el terminal pesa —sus 282 gramos no pasan desapercibidos—. Estéticamente es muy similar a la anterior generación, pero por dentro han reforzado su bisagra, además de que han conseguido que las líneas que lo forman den un aspecto más suave y pulido. La compañía asegura que este sistema aguanta hasta 200.000 pliegues, por lo que todo apunta que será más resistente y eficiente que el mecanismo utilizado el año pasado.

Eso sí, el marco sobresale ligeramente de la pantalla principal. Nada brusco, pero sí reseñable. 

El grosor va desde los 6 a los 6,9 milímetros, así que guardarlo en el bolsillo es un poco incómodo. Eso sí, la delgadez cuando lo despliegas es verdaderamente increíble, por lo que se compensa una cosa con la otra.

En cuanto al color, han vuelto a optar por el Mystic Pink que ya vi en el Galaxy 20 Ultra 5G y que tanto me gustó, ya que no permite que se queden las huellas en la trasera. Como contra, el módulo de cámaras sobresale ligeramente, lo que hace que baile al dejarlo en una mesa, algo que podría mejorar en las siguientes generaciones. 

El dispositivo continúa con el formato libro, pero en esta ocasión sus pantallas están mejor optimizadas. Concretamente, tiene dos paneles Infinity-O de extremo a extremo renovado:

• Un primer panel SUPER AMOLED de 6,2 pulgadas con resolución HD+ (2.260 x 816 píxeles). Este primero se encuentra en la parte frontal del dispositivo, y ha aumentado considerablemente con respecto a la generación anterior (antes era de 4,6 pulgadas) para que se pueda manejar mejor y que los contenidos se vean en todo su esplendor.
• Un segundo panel Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex de 7,6 pulgadas (2.208 x 768 píxeles), que te dará la sensación de estar ante una tablet. Este también ha aumentado 0,3 pulgadas con respecto a la generación anterior gracias a que se han reducido los biseles y se han aprovechado al máximo sus dimensiones.

Esta segunda tiene una tasa de refresco de hasta 120Hz con una configuración adaptable en función de lo que se priorice: la autonomía o la fluidez, algo que ya se vio en los Samsung Galaxy Note 20. Así, el mismo dispositivo te permitirá elegir si quieres configurarlo con resolución Estándar o Adaptable. La primera hace que todas la apps corran a 60Hz para aumentar la autonomía del terminal, mientras que la segunda permite llegar a las 120Hz para adaptar el refresco si la app lo permite —si no, lo gestiona a 60Hz—.

Este último punto resulta de lo más interesante, ya que no tienes que preocuparte de cambiarlo continuamente si estás ejecutando algún juego o aplicación exigente que sí permita obtener esa tasa de refresco.

En cuanto a la calidad a la hora de visualizar contenidos, es más que aceptable en cualquier caso a pesar del aspecto de 'plástico' de la parte plegable. ¿Es la mejor? No, pero es que no tendrás la misma calidad que en un cristal.

... y lo cierto es que, a nivel práctico, me ha resultado mucho más útil.

En la primera generación apenas utilicé el panel frontal por ser demasiado pequeño. Sin embargo, en esta ocasión he usado en casi cualquier ocasión la pantalla delantera, ya que cuenta con un tamaño lo suficientemente grande para que se pueda manejar con total normalidad. Es cierto que, al principio, me costó acostumbrarme a escribir mensajes en este panel delantero, pero una vez me hice con ello, resultó ser mi opción favorita.

También lo he usado para consultar cosas de forma rápida, ya que para leer o ver cosas con cierta pausa he preferido usar el modo extendido.

Por otra parte, la segunda pantalla también me ha sido muy práctica en el modo multiventana, debido a que me ha permitido tener abiertas varias apps a la vez sin tener problemas con el rendimiento. El máximo de ventanas flotantes abiertas es de 5 (si intentas abrir más se quedan en forma de burbuja por si más adelante te interesa abrirlas). Concretamente, de esta función deriva la captura de pantalla selectiva, de modo que si haces un pantallazo con esta dividida, el software te da a elegir qué ventanas quieres (todas, una o dos) capturar —algo que me ha resultado muy interesante—.

Otro punto destacable ha sido el de arrastrar y soltar elementos para insertar elementos de una app a otra (por ejemplo, una imagen o texto). Esta opción es compatible con las apps de Microsoft (Office, OneDrive y Outook), así como en las de Google (Gmail, Google Maps), WhatsApp y apps propias como la galería o el navegador.

Como pensamiento recurrente, en varias ocasiones he echado de menos el lápiz óptico de la gama Note para gestionar algunas apps. Quizás en un futuro sería útil incorporarlo para mejorar las gestiones laborales.

No todas las apps están optimizadas ni existe transición en todas al pasar de un formato a otro, pero la cantidad de cosas que te permite hacer el Galaxy Z Fold 2 es inimaginable.

El Galaxy Z Fold 2 incorpora dos formatos que no están lo suficientemente desarrollados todavía (cuadrado, al desplegar la pantalla; extremadamente vertical, cuando se cierra). Por ello, no todo es un camino de rosas, como en el resto de terminales.

Un problema que he tenido en varias aplicaciones han sido las transiciones. En varias apps —como Instragram o Twitter— se me han cerrado al pasar de un formato a otro. Sin embargo, en otras no he tenido ningún problema —como YouTube, Maps o Gmail—.

Además, en ocasiones en el panel frontal se cortaban los mensajes y había que hacer click o desplegar el formato completo para poder leerlo bien. Asimismo, las stories de Instagram parecían tener una especie de bug en el que saltaban las reacciones por defecto sin poder pasar de una a otra de forma natural.

En otros casos, lo cierto es que la experiencia ha sido una verdadera delicia, por lo que intuyo que es un problema de optimización de formatos que, en ocasiones, no depende tanto de Samsung como de los desarrolladores de las apps.

Además, cabe destacar que, en esta ocasión, han incorporado un 'modo Flex' que permite utilizar el móvil doblado encima de una mesa con apps adaptables a esta configuración. De esta forma, utilizan la parte superior del panel para mostrar un vídeo o una imagen mientras que la inferior se utiliza para mostrar vídeos recomendado y otros controles. Incluso, puedes hacerte una foto.

Un rendimiento espectacular.

Como no podía ser menos, el rendimiento del Samsung Galaxy Z Fold 2 es espectacular. El dispositivo cuenta con un Snapdragon 855+ —el procesador más potente de Qualcomm hasta la fecha—, al que le acompañan 12 GB de RAM y 256 de memoria interna, por lo que no he tenido problemas a la hora de pedirle que corra juegos exigentes o que tenga abiertas varias apps a la vez —algo que es verdaderamente importante en este dispositivo—.

En cuanto a su conectividad, nada que eche en falta más allá de un jack de 3,5 mm (comprensible que no lo incluyan, porque al desplegarlo es extremadamente fino), ya que cuenta con 5G, NFC, USB Tipo C, WiFi 6 (802.11 ax) y Bluetooth 5.0.

Una autonomía de un día que será suficiente para un usuario medio.

El Samsung Galaxy Fold 2 cuenta con una batería dual de 4.500 mAh, que te proporcionará una autonomía de un día, más que suficiente para un usuario medio. En una hora y media tendrás el terminal cargado por completo, y en apenas 40 minutos tendrás el 50% de la energía si algún día te despistas y no lo cargas por la noche.

Con estos números, lo cierto es que es más o menos lo que esperaba con un equipo de dos pantallas al que le he dado tantísimo uso.

5 cámaras que ofrecen mucha versatilidad.

Si hay algo en lo que destaca el Samsung Galaxy Z Fold 2 en el apartado fotográfico es en su versatilidad. El terminal monta la siguiente configuración:

• Un sensor gran angular de 12,2 megapíxeles que recoge hasta 123º f/2.2, ideal para paisajes.
• Un sensor de 12 megapíxeles f/1.8: para captar una gran cantidad de luz.
• Un telefoto de 12 megapíxeles f/2.4 con zoom óptico 5x y 10x digital.

Además, cuenta con una cámara en la parte frontal del dispositivo de 10 megapíxeles f/2.2, así como una quinta cámara, esta vez selfie, con la misma configuración.

A pesar de que el hardware que incorpora es potente, lo realmente interesante son los modos y la experiencia de usuario. En este sentido, se ha mejorado el Modo noche (o Visión Nocturna, como lo llama la compañía), que mejora la luz que aporta a la imagen en entornos oscuros.

Al hacer una foto retrato, la persona puede ver la imagen que se está capturando a través de la pantalla más pequeña, para que esta ajuste la posición, encuadre o expresión que quiera reflejar.

Sin embargo, si hay algo que me ha parecido realmente útil es la posibilidad de hacer fotos lejos a través de gestos. Así, el móvil encuadra y ajusta (mediante IA) a las personas que hay en la imagen.

Unos resultados en la línea de otros Samsung: colores un poco saturados pero llamativos.

El Galaxy Z Fold 2 sigue la línea de otros móviles Samsung a la hora de los resultados fotográficos. Las instantáneas ofrecen unos colores un poco saturados, pero que resultan muy llamativos a la vista.

Aquí puedes ver la misma imagen desde un gran angular y varios zoom. Como ves, en el primero deforma ligeramente la imagen, mientras que en el resto los resultados son más óptimos. Utilizables en cualquiera de los casos.

En cuanto al macro, el nivel del detalle quizás no es el esperado debido a que estamos ante un smartphone premium, pero en ningún caso es rechazable.

Sin embargo, los retratos me ha parecido que los trabaja de forma adecuada, luminosa y sin fricciones, ofreciendo así unos buenos resultados. Fíjate en el recorte del pelo (ya que lo hace bastante apurado y correcto).

¿Y el modo noche? Lo cierto es que han mejorado mucho con respecto a la anterior generación. Puedes ver la diferencia entre tenerlo activo y no en estas dos fotografías. Impresionante, ¿verdad?

Los selfies, por su parte, me han encantado. No solo la forma de hacerlos (ya que tienes 2 posibilidades distintas con la misma configuración de cámaras, lo que resulta bastante cómodo de utilizar), sino los buenos resultados y la cantidad de luz que proporcionan a la fotografía.

Aquí tienes una galería para que veas de lo que es capaz el Samsung Galaxy Z Fold 2:

Y ahora lo importante: ¿merece la pena?

Gastarse 1.700 euros en un smartphone no es apto para todos los bolsillos. Por eso, si se está dispuesto a hacer el esfuerzo, la pregunta es: ¿merece la pena? Y la respuesta es "depende". Es cierto que no encontrarás otro smartphone tan bien construido que te proporcione ese efecto 'wow' allá donde vayas.

Tampoco hay un terminal que te ofrezca tantas opciones a la hora de mejorar tu productividad. Eso por no hablar de un quinteto de cámaras de lo más versátil.

Sin embargo, la compatibilidad de formatos aún tiene mucho que mejorar (algo que no depende al 100% de Samsung), y quizás pueda resultarte algo pesado.

En cualquier caso, es un buen paso hacia las pantallas plegables que demuestran que el futuro está un poco más cerca.