Santander finalmente recomprará la emisión de CoCos que el año pasado decidió no amortizar en una histórica decisión

Santander finalmente ha decidido amortizar una emisión de deuda convertible, los conocidos como CoCos, emitida en 2014. Lo destacable de hecho es que es la misma emisión que el año pasado decidió no recomprar generando una revolución en los mercados, según recoge CincoDías. 

A pesar de que las entidades no tienen obligación de amortizar este tipo de deuda, la decisión de Santander del año pasado fue histórica porque ningún banco antes lo había hecho y abría la puerta a que otras entidades tomaran este camino, lo que incrementaba el riesgo de los 125.000 millones de euros en este tipo de deuda que los analistas estimaban que había en el mercado. 

En un hecho relevante enviado a la CNMV, ahora Santander ha comunicado que tiene la intención de proceder a la amortización anticipada voluntaria de la totalidad de esta emisión en la próxima fecha de pago de distribución prevista para el 12 de marzo de 2020. 

La entidad apunta que la amortización anticipada de la totalidad de las participaciones se acordará una vez que el emisor haya obtenidos las condiciones previstas en el folleto de emisión, según apunta en el mismo comunicado. 

La histórica decisión de Santander también fue puntual dado que ya el año pasado la entidad sí que decidió recomprar otras emisiones de bonos convertibles. De hecho, en abril del año pasado Santander comunicó su intención de amortizar una emisión de 1.325 millones de euros que también había emitido en 2014. 

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En este sentido, el consejero delegado de la entidad José Antonio Álvarez explicó el año pasado durante una presentación de resultados que analizarían cada emisión en el momento que tocara la amortización y que se guiarían por los "economics" del momento. Lo que podría traducirse porque la no recompra de una emisión no quiere decir que vayan a hacer lo mismo en la siguiente. 

Los llamados AT1/CoCos se introdujeron en el mercado por los reguladores europeos en el punto álgido de la crisis financiera cuando la debilidad de los bancos les obligaba a buscar fórmulas para reforzar su capital. Servían para tratar de que los bancos mejoraran sus ratios de capital sin tener que emitir más acciones. 

En el momento de la histórica decisión de Santander, se calculaba que habría 125.000 millones de euros en emisiones de este tipo de deuda.