La SEC alertó 2 veces a Tesla de que los tuits de Elon Musk violaban un acuerdo judicial por el que tenían que ser aprobados previamente por los abogados de la empresa

La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) comunicó a Tesla en los últimos años que los tuits de su consejero delegado, Elon Musk, violaron 2 veces un acuerdo judicial que requería que la compañía aprobara previamente sus mensajes en Twitter acerca del negocio, según adelantó el Wall Street Journal.

En 2018, Musk y Tesla llegaron a un acuerdo con la SEC para retirar los cargos de fraude contra Musk cuando este tuiteó que había conseguido la financiación para sacar a Tesla de bolsa, cuando en realidad no lo había obtenido. Como parte de aquel acuerdo, Musk y Tesla acordaron pagar 20 millones de dólares cada uno y que los abogados de Tesla revisaran los mensajes en redes sociales del consejero delegado antes de que se emitieran.

No obstante, según el WSJ, la SEC escribió a Tesla en 2019 y 2020 para alertar a la compañía de que dos de los tuits de Musk habían violado ese acuerdo judicial, unosobre la producción de techos solares de la compañía y otro sobre el precio de sus acciones.

Tesla dijo al regulador que los dos mensajes eran "puramente aspiracionales" y una "opinión personal" de Musk, respectivamente, y que por eso no requerían aprobación.

"Ante la renuencia del señor Musk a enviar sus comunicaciones en Twitter a Tesla para su pre aprobación, estamos muy preocupados sobre la determinación de Tesla de que no ha habido violaciones de las políticas", respondió la SEC.

Tesla no respondió a las peticiones de opinión sobre la noticia.

El regulador bursátil estadounidense ha mostrado su enfado en varias ocasiones respecto a la falta de supervisión de Tesla sobre los tuits de Musk. La agencia demandó a Tesla en febrero de 2019 por violar el acuerdo judicial, cuando el CEO de la empresa de coches eléctricos prometió que acabarían fabricando 500.000 vehículos al final de año, lo que provocó que el juzgado ordenara a los litigantes a que acordaran cuáles serían los temas que requerirían aprobación previa.

No es el primer problema con los reguladores gubernamentales que ha tenido Musk por su comportamiento o por el de la compañía, incluyendo la vuelta a las operaciones en su fábrica en Fremont (California, Estados Unidos) violando las normas de cuarentena locales contra la pandemia, otras sobre un accidente mortal en el que estuvo involucrado un Tesla, y otra sobre las regulaciones de seguridad en el trabajo en uno de sus centros en Nevada (EEUU).