El secreto de Caixabank: es el banco que más clientes roba al Popular

Carles Huguet,
Jordi Gual, presidente de CaixaBank (izq.) y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank.
Jordi Gual, presidente de CaixaBank (izq.) y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank.

La sangría de clientes de Banco Popular tiene una clara dirección: las oficinas de Caixabank. Desde que en 2016 estalló la crisis de la entidad entonces presidida por Ángel Ron, las bajas se sucedieron y pasó de una cuota de mercado del 8,4% al 6,6%. En las torres negras de la Diagonal el clima era diametralmente opuesto.

Las cifras de la consultora financiera Inmark a las que ha tenido acceso Economía Digital revelan que entre 2016 y lo que llevamos de 2018 el Popular ha perdido el 15,6% de todos los españoles que han decidido cambiar de banco.

Mientras, Caixabank arrasa y se hace con el 26,6% de las personas que escogen una nueva entidad. El porcentaje es muy superior al de sus perseguidores: BBVA, con el 13,8% y Banc Sabadell, con el 10,3%.

De este modo, la entidad catalana es la preferida por los clientes descontentos. La razón principal no es otra que la proximidad. Caixabank posee la mayor red de sucursales de entre los grandes bancos españoles, con 4.962 locales al cierre del año 2017.

El 48,6% de los usuarios entrevistados por Inmark aludieron a la cercanía para justificar la nueva elección. Las otras dos grandes razones fueron la eficacia (32,7%) y la imagen (31,5%).

El periodo más agresivo de la fuga fue el segundo trimestre de 2017, pocas semanas antes de que Banco Santander adquiriera el Popular por un euro. Las cuentas del periodo revelan una salida de 15.000 millones de euros en depósitos de la entidad que dirigía Emilio Saracho al mismo tiempo que los de Caixabank se incrementaban en 9.083 millones.

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Con la entrada de capitales, el banco que ahora gobierna Gonzalo Gortázar elevó su cuota de mercado desde el 30,2% que lucía en 2016 hasta el 31,4%. En cambio, Banco Popular cayó del 8,4% al 6,6%; una cifra que asciende al 21,1% si se suma su negocio con el del Santander, entidad que compró el Popular tras su quiebra.

Semana caliente en el Popular

Los datos no hacen más que poner cifras al declive de una empresa que el pasado jueves vivió uno de sus capítulos más tensos. Los dos últimos presidentes, Ron y Saracho, aprovecharon dos comparecencias en el Congreso para destripar a su homólogo, culpable del final de la empresa, según ellos.

Ron fue el primero en golpear. Acusó a su sucesor de buscar la depreciación del precio de las acciones: "Quería montar una tómbola", disparó. El ex directivo fue especialmente agresivo al acusar a Saracho de "no conocer los fundamentos de la banca comercial". 

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En su réplica, Saracho fue claro: "Este es el banco que Ángel Ron describía como una maravilla; en las tripas era un desastre. Se trataba de un banco con una crisis abierta de todo tipo: de ratios, de acción, de ratings, de reputación mediática, de política de comunicación, etc.", "no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir".

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   Artículo Original deEconomía Digital

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