En las tripas del unicornio español del coche eléctrico: los secretos de la nueva fábrica de Wallbox en Barcelona

Vista general de la nueva fábrica de Wallbox en la Zona Franca de Barcelona.
Vista general de la nueva fábrica de Wallbox en la Zona Franca de Barcelona.

Miguel Ángel Moreno / BI España

  • Wallbox ha inaugurado recientemente su tercera fábrica, una instalación de 11.200 metros cuadrados ubicada en la Zona Franca de Barcelona.
  • Con capacidad para producir 1.200 cargadores al día, el reto de esta fábrica que aspira a ser autosuficiente con 4.500 metros cuadrados de placas solares, es llegar al millón de cargadores al año en 2025.
  • Business Insider España visita la nueva fábrica de Wallbox y desvela sus secretos: desde los robots Joselito y Manolito a su almacén automatizado.
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El unicornio español de los coches eléctricos Wallbox, que alcanzó esta consideración al entrar a cotizar en la Bolsa de Nueva York superando los 1.000 millones de valoración que dan a una startup el nombre de ese animal mitológico, ya tiene en marcha su tercera fábrica, ubicada en la Zona Franca de Barcelona, donde aspira a producir 1 millón de cargadores al año en 2025.

Ubicada en un terreno de 16.800 metros cuadrados y con una superficie de 11.200 metros cuadrados entre zona de producción, validación y logística, Wallbox ha invertido unos 9 millones en esta planta alargada con forma de L da empleo actualmente a unas 200 personas que fabrican unos 1.200 cargadores diarios, pero cuando llegue al máximo de su capacidad con 3 turnos empleará a más de 500.

La planta fue inaugurada este miércoles por la ministra de Industria Reyes Maroto, el presidente de la Generalitat de Cataluña Pere Aragonés y la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, entre otras autoridades, en un acto en el que el consejero delegado de Iberdrola, Ignacio Galán, anunció que entre su compromiso de comprar 10.000 cargadores públicos incluiría modelos del ultrarrápido Hipernova.

Imagen del interior de la nueva fábrica de Wallbox en Barcelona

Esta plante abastecerá al mercado europeo, sudamericano y de Asia excepto China, donde tiene una planta en Suzhou. Para surtir a EEUU y Canadá inaugurarán otra en unos meses otra factoría en Arlington (Texas).

Business Insider España pudo recorrer la planta y conocer de la mano de sus trabajadores algunos de los secretos de esta factoría, desde los robots Manolito y Joselito a un almacén logístico automatizado al estilo Amazon.

Cargadores con historial médico

Línea de producción de cargadores domésticos de la fábrica de Wallbox en Barcelona.
Línea de producción de cargadores domésticos de la fábrica de Wallbox en Barcelona.

Miguel Ángel Moreno / BI España

Lo primero que llama la atención de la planta de Wallbox en la Zona Franca de Barcelona es la claridad. Todo tiene un color blanco brillante que solo rompe el verde de los tubos de ventilación de la fábrica, hasta el punto que parece sacado de un manual de imagen corporativa. La planta está dividida en por actividades: validación (los test que prueban los cargadores), producción y logística.

Blancas son también las líneas de producción de los cargadores domésticos de Wallbox, donde actualmente se producen casi 500.000 cargadores al año trabajando a dos turnos y podrían ampliar su producción en 250.000 más añadiendo nuevas líneas. "El mercado de los cargadores es muy volátil, tiene muchos picos, así que tenemos que ser flexibles", explica David Padillo, director de logística.

Cada operador tiene una pantalla que le detalla paso por paso las operaciones que tiene que realizar para hacer su parte de la cadena de ensamblaje del cargador y la línea está equipada con cámaras de visión cromática, que detectan si los cables están bien montados. Cada 46 segundos tienen que cambiar de cargador y el proceso total se culmina en 8 minutos. Fordismo puro.

Un operador montando el cargador público rápido Supernova.
Un operador montando el cargador público rápido Supernova.

Miguel Ángel Moreno / BI España

Una vez acaba el proceso, cada cargador sale en una caja y genera un informe de 23 páginas que se almacena en la fábrica. "Es el historial médico del cargador, con los componentes que lleva, el par de apriete, y los resultados de los test eléctricos y de conectividad. Con ello cuando el usuario registra el cargador y tiene alguna incidencia, podemos saberlo todo", explican en Wallbox.

Más manual en apariencia es la cadena de montaje de los cargadores públicos rápidos Supernova, que por sus dimensiones y peso (más de 200 kilos) requieren que los operadores realicen más desplazamientos. Eso sí, el proceso también es rápido: unos 22 minutos por cargador, aproximadamente.

Manolito y Joselito, los robots del unicornio

Manolito, el robot que graba las placas de los cargadores de Wallbox
Manolito, el robot que graba las placas de los cargadores de Wallbox

Miguel Ángel Moreno / BI España

La planta de la Zona Franca tiene dos trabajadores muy particulares: Manolito y Joselito, dos brazos robóticos encargados de dos labores fundamentales dentro de las labores de la fábrica.

El primero, Manolito, es el encargado de grabar los circuitos de los cargadores. "Graba unos 800 circuitos por turno él solo, una persona sería capaz de hacer 200", explican los gerentes del unicornio. Con movimientos rápidos y certeros, prepara las placas base que gobernarán los cargadores que se montan en la cadena de producción.

Manolito tiene un compañero, de nombre Joselito, ubicado en la parte final de la cadena de los cargadores públicos Supernova e Hipernova. Su función es diferente, ya que en su caso se encarga de revisar que las conexiones de estos potentes cargadores están realizadas correctamente. Para ello, toma fotografías de las partes del cargador y las compara con el modelo para identificar posibles errores.

Joselito, el robot encargado de revisar los errores en los cargadores Supernova e Hipernova de Wallbox.
Joselito, el robot encargado de revisar los errores en los cargadores Supernova e Hipernova de Wallbox.

Miguel Ángel Moreno / BI España

Los dos robots de Wallbox tendrán próximamente un hermano mayor de gran tamaño: el almacén logístico automatizado que prepara la startup barcelonesa con capacidad para recibir directamente de la línea de producción y almacenar unos 43.000 cargadores. "Es una pasada", asegura el consejero delegado de la compañía, Enric Asunción.

Su aspecto, todavía no terminado y cubierto por unas lonas, es lo más parecido a un almacén de Amazon: estanterías hasta el techo que desplazan los cargadores de un lugar a otro. Cuando esté desplegado, llegarán a él 360 cargadores cada hora. "Llegarán directamente desde la línea de producción, sin que los toque ningún humano", afirma el director de logística de Wallbox.

El objetivo de este almacén es que puedan ser capaces de entregar cargadores en 72 horas a cualquier lugar del mundo. "Es uno de nuestros KPI (indicador de rendimiento)", asegura Padillo. Para ello se apoyan también en almacenes en varios puntos del planeta, que en Europa están situados en Suecia y Reino Unido.

Una fábrica reutilizable: desde la construcción hasta la energía

Enric Asunción, en el centro, durante la rueda de prensa de presentación de la fábrica de Wallbox en la Zona Franca
Enric Asunción, en el centro, durante la rueda de prensa de presentación de la fábrica de Wallbox en la Zona Franca

Wallbox

Cuando se le pregunta por los criterios de sostenibilidad de la planta, a Enric Asunción se le ilumina la cara. "De esto quería hablar", sonríe con satisfacción el fundador de Wallbox.

La planta está construida con la filosofía 'cradle to cradle', cuyo objetivo es producir el menor número de residuos a través del reciclaje y la reutilización de los materiales desde su concepción. Y la nave tiene las vigas reforzadas, porque Wallbox pretende instalar sobre ellas 4.500 metros cuadrados de placas solares que suministrarán 900 kilowatios, entre el 30% y el 60% de sus necesidades.

"El problema de las placas es que cuando producen a lo mejor no estamos gastando en algunos momentos. Para ello hemos puesto una batería estacionaria que se carga de esta energía, y todos los coches de nuestros empleados y de una base de carsharing se van a cargar con esta energía. Cuando no haya energía solar, esos coches vierten la energía que sobra al edificio", detalla Asunción.

De hecho, los empleados de Wallbox que utilicen esos vehículos compartidos los pagarán en energía. "Si los cargan en casa, serán gratuitos para ellos", asegura el fundador de la compañía.

Entrada de la nueva fábrica de Wallbox en la Zona Franca de Barcelona.
Entrada de la nueva fábrica de Wallbox en la Zona Franca de Barcelona.

Miguel Ángel Moreno / BI España

Además del proceso productivo, el fabricante de cargadores emplea una gran cantidad de energía en las pruebas de sus productos, ya que simulan con todos ellos una carga real. Lo que han hecho es generar un sistema que reutiliza al menos el 85% de la energía utilizada para esa prueba de carga, que se reinyecta de nuevo al sistema.

Todo esto, conectado a Sirius, el software de gestión energética que permite vincular las placas con el estado de la instalación y los cargadores, con el que Wallbox pretende llevar su negocio del producto al servicio

Asunción calcula que ahorrarán un 20% de energía al día, una cantidad equivalente al consumo de unos 400 hogares, pero su objetivo es que la fábrica, el hogar del unicornio, acabe siendo autosuficiente.

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