"¿Por qué no puedo conocer el valor de mi vivienda en tiempo real?": así quiere el sector inmobiliario del futuro acelerar la compraventa de casas

El futuro inmobiliario pasa por la siguiente escena: alguien decide, de repente y desde la comodidad de su hogar, tasar su casa. De inmediato, con su móvil, con la misma velocidad con la que podría haber escrito un tuit, recibe un email con la cifra del valor de mercado de su vivienda.

Acto seguido, acude las plataformas digitales de búsqueda de vivienda. 

Estas no solo ofrecen la posibilidad de encontrar viviendas conforme a determinados parámetros o con arreglo a búsquedas anteriores, sino que contienen información sobre los gustos del usuario que, a priori, este ni siquiera contempla. 

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Finalmente, en cuestión de minutos, completa la compra de su nuevo hogar y la venta del actual, que queda en manos de una agencia que lo incorpora a su portfolio. El proceso se puede repetir tantas veces como se quiera: una vez al año, 2 veces, 3. Tal vez una vez al mes o, por qué no, una a la semana.

El futuro pertenece a las mentes inquietas. Al menos, en el sector inmobiliario, cuyos próximos años pasan por la incorporación de tecnologías que faciliten, entre otras muchas cosas, los procesos de compraventa y alquiler.

Esta es al menos una de las principales conclusiones que arrojó hace unos días el encuentro mantenido por algunas de las voces más autorizadas del sector en el Barcelona Tech. 

El evento sirvió para convertir durante dos días a la Ciudad Condal en punto de encuentro del algunos de los actores más relevantes del emprendimiento y la innovación a nivel nacional e internacional.

"El cliente del futuro va a ser distinto, más nómada. Lo que necesita la gente es flexibilidad e inmediatez. Hacen falta datos y transparencia. ¿Por qué no puedo saber en tiempo real el precio de mi vivienda?, se preguntó Francisco Sierra, director general de Casavo en España y Portugal, una empresa especializada precisamente en la digitalización de todo lo que rodea la compraventa de viviendas.

Entre sus innovaciones, Casavo ofrece a compradores y vendedores una herramienta de matchmaking no muy distinta de la que funciona en aplicaciones para encontrar pareja como Tinder.

Esta combina la información de la vivienda, que el vendedor comparte en la propia app de Casavo, con el algoritmo desarrollado por la compañía. El machine learning hace el resto: crea coincidencias exactas entre lo que buscan los compradores y lo que ofrecen los vendedores.

El resto ya es cosa de dejarse llevar, dar el primer paso y esperar a que nazca la magia: los clientes pueden elegir entre las casas con las que han hecho match y empezar a pedir información adicional a sus dueños. En otras palabras, empieza la conquista.

"El mercado inmobiliario es el sector más grande que hay en el mundo. Pero tenemos 2 problemas que no estamos siendo capaces de solucionar: somos el sector que más contamina y no estamos siendo capaces de dar a la gente acceso a la vivienda y al alquiler en términos justos", comentó al respecto Javier Faus, presidente del fondo inmobiliario Meridia Capital. 

Y añadió: "El sector no está dando buenas respuestas. El proptech tiene que ayudar a descarbonizar y a que vivir cueste menos. Me sirve de poco si a lo que vamos es a que las casas se compren en Amazon. Los datos tienen que servir para bajar costes". 

Esto se concentrará, ahondó, en las ciudades gracias a lo que juzga que será un imparable proceso de urbanización que invitará a la gente a agruparse cada vez más.

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"Vender una casa en el futuro será más fácil para que quien quiera pueda encontrar la casa que tenga los servicios que más se ajustan a lo que busca. Además, el coche autónomo lo cambiará todo. Vivir a media hora o tres cuartos de hora de Barcelona será muy factible", opinó Albert Bosch, CEO y fundador de Housfy. 

Esta es una inmobiliaria digital que hoy por hoy aspira a que los procesos de compraventa no se alarguen por encima de los 60 días. 

En un futuro, sin embargo, la idea es que incluso se pueda hacer en menos.

"El proceso de urbanización del territorio es imparable porque las oportunidades están en las ciudades. Vamos hacia una economía de la aglomeración. En el futuro, la gente ya no querrá comprar casas para los próximos 50 años", zanjó Faus.