Un segundo de nuestro tiempo desaparecerá sin más antes de 2035: ¿por qué?

Relojes

Rodolfo Barreto/Unsplash

  • Científicos y representantes gubernamentales han votado a favor de eliminar los segundos intercalares para 2035.
  • Este término defines a los segundos adicionales, un ajuste de un segundo cuyo propósito es mantener los estándares de emisión de tiempo cercanos al tiempo solar medio.

Los segundos intercalares o adicionales tienen los días contados: podrían desaparecer para siempre antes de 2035, según la decisión tomada por científicos y representantes gubernamentales reunidos en una conferencia en Francia, informa la Agence France-Presse.

En primer lugar, ¿sabes qué son los segundos intercalares? Desde Linube explican que estos segundos adicionales —también llamados segundos bisiestos— son una forma de ajustar la hora GMT con los 400 relojes atómicos que se distribuyen en diferentes partes del mundo. 

Al igual que los años bisiestos, los segundos intercalares se han ido añadiendo periódicamente a los relojes durante el último medio siglo para compensar la diferencia entre la hora atómica exacta y la rotación más lenta de la Tierra

 

Los segundos ayudan a establecer una correlación, ya que el tiempo atómico y el de rotación se miden de forma diferente: el atómico siempre es estable, y un segundo siempre durará 1/86400 de un día. Pero la rotación de la Tierra varía y esta unidad de tiempo compensa la diferencia. De hecho, desde 1972 se han añadido segundos intercalares en 27 ocasiones.

El proceso es el siguiente: añadir un segundo adicional a las 23:59:59 para que, en lugar de pasar a las 00:00:00, sean las 23:59:60. Sin embargo, esto podría estar a punto de cambiar: para 2035 se eliminarán, según informó la organización responsable de la medición del tiempo mundial.

Aunque para la población pasan desapercibidos, los segundos adicionales pueden causar problemas a aquellos sistemas que precisan un flujo de tiempo exacto e ininterrumpido, como la navegación por satélite, el software, las telecomunicaciones, el comercio e incluso los viajes espaciales.

Una decisión histórica

La Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM), responsable del Tiempo Universal Coordinado (UTC), la norma internacional que fija los relojes el mundo, ha tenido muchos quebraderos de cabeza con este asunto. Ahorra, ha tomado una decisión histórica al respecto, diciendo adiós a los segundos bisiestos para siempre.

En la Conferencia General de Pesos y Medidas, que se celebra aproximadamente cada 4 años en el Palacio de Versalles, al oeste de París, los 59 Estados miembros de la BIPM y otras partes aprobaron una resolución para dejar de añadir segundos intercalares en 2035.

Patrizia Tavella, La jefa del departamento de tiempos del BIPM, declaró a la AFP que esta decisión permitirá "un flujo continuo de segundos sin las discontinuidades que actualmente provocan los segundos bisiestos irregulares". El cambio entrará en vigor antes del mencionado año 2035.

De todos los países, Rusia votó en contra de la resolución, "no por principio"s, sino porque Moscú quería retrasar la fecha de entrada en vigor hasta 2040. Otros pedían un plazo más acelerado, como el inmediato 2025 o 2030, por lo que se acordó un plazo medio para borrar este minuto bisiesto del mapa. 

Viajar a través del tiempo es posible, aunque deberían existir diferentes líneas paralelas para evitar cualquier paradoja

El último segundo bisiesto se añadió en 2016. Hasta 2035, se seguirán añadiendo con normalidad. Ese año, la diferencia entre el tiempo atómico y el astronómico podrá aumentar hasta un valor superior a un segundo, según explicó a la AFP Judah Levine, físico del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos.

Según la resolución, se llevarán a cabo negociaciones para encontrar una propuesta antes de 2035 que determine ese valor y cómo se manejará. Los expertos señalan la importancia de proteger la hora UTC, gestionada por un esfuerzo comunitario mundial. 

Una de sus rivales, la hora GPS, está gestionada por el ejército estadounidense "sin supervisión mundial", apunta Levine. Una de las soluciones es permitir que la discrepancia entre la rotación de la Tierra y la hora atómica se acumule hasta un minuto, lo que podría llevar entre 50 y 100 años. 

En lugar de añadir entonces un minuto bisiesto a los relojes, Levine propuso que el último minuto del día se lleve 2 minutos. 

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