Las seis predicciones en tecnología más importantes para 2018

| Traducido por: 
Pablo Mayo
2018 va a ser un año difícil para la industria tecnológica.
2018 va a ser un año difícil para la industria tecnológica.
  • El sector de la tecnología crecerá en tamaño y poder en 2018.
  • Pero la reacción que se originó el año pasado contra el sector no se aplacará.
  • Pronósticos: la industria tecnológica afrontará una creciente demanda en favor de la regulación gubernamental, Netflix se verá en apuros y el bombo generado en torno a la realidad aumentada se desmoronará.

2017 fue un año duro para las grandes empresas tecnológicas, al menos si se dejan a un lado sus resultados económicos. Tras años de crecimiento sin restricciones y una cobertura servil por parte de los medios, los gigantes de la tecnología sufrieron un importante revés el año pasado que concernía sobre todo al papel que desempeñan en la sociedad. Tras ese desastre en términos de relaciones públicas, probablemente nadie se alegrara tanto de que terminara el año como las llamadas Big Tech. Por desgracia para estas compañías, no hay indicios de que esta reacción contra ellas vaya a desaparecer en 2018.

Pero la continuidad de los problemas de imagen de los gigantes tecnológicos no es lo único que podemos esperar de este año que acaba de comenzar. Las empresas más grandes y el sector en su conjunto pueden esperar una mezcla de buenas y malas noticias este año.

Estas son las cosas más importantes que pienso que ocurrirán en el mundo de la tecnología este año: 

Se reclamará más regulación en EE. UU.

Las grandes compañías tecnológicas se tornaron en gigantes sin tener que preocuparse mucho por si el Gobierno de Estados Unidos entraría a limitar su poder y dictaminar su modo de operar. De hecho, nadie en el poder hablaba seriamente de regulación.

El senador demócrata de Estados Unidos Mark Warner.
El senador demócrata de Estados Unidos Mark Warner.

Pero eso está cambiando. La reacción popular contra los gigantes de la tecnología alcanzó los salones del Senado, culminando en uno de los primeros esfuerzos significativos por regular algunas de estas compañías: la ley de publicidad honesta. La propuesta legislativa habría obligado a aquellos que emplazan propaganda política en sitios como Facebook o Google a seguir las mismas reglas que rigen a la televisión, la radio y los medios impresos.

Aunque la propuesta se congeló, la demanda en favor de una mayor regulación continuará. Y las normas que se propongan podrían cubrir mucho más que la propaganda política.

Por ejemplo, el senador demócrata Mark Warner ha mantenido reuniones con expertos para estudiar si las empresas tecnológicas hacen que sus productos sean adictivos a propósito, según Axios.

Mientras, un número cada vez mayor de expertos alerta de que el chute de dopamina que te da cada vez que una de tus publicaciones de Instagram consigue más de 100 ‘me gusta’ puede que no sea casual sino un resultado intencionado.

Puedes esperar ver más investigaciones al estilo de la de Warner. Y tampoco te sorprendas si ves más proyectos de ley que conciernan no solo a la propaganda política y la adicción, sino también a la privacidad y las prácticas anticompetitivas del sector.

Por supuesto, la probabilidad de que se implanten nuevas reglas por parte de una Administración Trump contraria a la regulación o de que el Congreso, controlado por los republicanos, apruebe nuevas leyes es cercana a cero, incluso en este clima político. Pero es significativo que haya más políticos vigilando a la industria tecnológica.

Disney se convertirá en el mayor rival de Netflix y la guerra estallará

Netflix tiene razones para preocuparse este año porque Disney claramente va a por todas. La compra de buena parte de 21st Century Fox por parte de Disney se hizo claramente con Netflix en el punto de mira. Pero incluso si el Gobierno bloqueara el acuerdo, Disney está a punto de convertirse en el mayor rival de Netflix.

Este año el gigante de Hollywood lanzará su primer servicio de emisión en continuo. Dicho servicio contará con la impresionante colección de películas y series del conglomerado, que incluye desde a Mickey Mouse hasta a Luke Skywalker. Además, ESPN, propiedad de Disney, lanzará finalmente su propio servicio de streaming, que debería resultar tentador para aquellos que están hartos de perderse sus deportes preferidos.

El director ejecutivo de Disney, Bob Iger.
El director ejecutivo de Disney, Bob Iger.

Pero con el acuerdo de Fox, Disney estaría mejor posicionado aún para desafiar a Netflix. Además de obtener una participación mayoritaria en Hulu, portal competidor de Netflix, la compañía de Mickey Mouse ganaría acceso a más eventos deportivos en directo y un surtido más amplio de valiosa propiedad intelectual, como los derechos de X-Men de Marvel o una gran selección de series televisivas de la cadena FX.

Todo esto se llega tras el anuncio de Disney de que pretende retirar sus productos de Netflix. Esa maniobra por sí sola obligará a Netflix a gastarse miles de millones de dólares para desarrollar nuevos programas de televisión y películas para reemplazar a las que se lleve Disney. Dichos esfuerzos podrían dar fruto o desplomarse.

Por su parte, Disney no tiene que preocuparse mucho por el fracaso. Ya posee todas las armas que necesita para enfrentarse a Netflix.

Las empresas tecnológicas invertirán más dinero en Hollywood, pero obtendrán poco a cambio

Apple, Amazon, Google y Facebook están invirtiendo en crear películas propias, programas y otro contenido audiovisual. Cada una planea gastarse miles de millones de dólares.

Sus ambiciones son comprensibles. Para Apple, ser capaz de ofrecer buenas series de televisión a través de Apple Music ayudaría a que el servicio se distinguiera de rivales como Spotify o Pandora. También le proporcionaría una manera de sacarle más dinero a sus clientes tras haber comprado uno de sus dispositivos.

Por otro lado, Google y Facebook esperan desarrollar sus propios negocios publicitarios haciéndose con un trozo del lucrativo mercado de la publicidad televisiva. Y Amazon confía en aumentar las suscripciones de su servicio Prime, ya que los clientes Prime tienden a comprar más que otros consumidores.

Will.i.am no ha conseguido convencer a la audiencia con 'Planet of the Apps'.
Will.i.am no ha conseguido convencer a la audiencia con 'Planet of the Apps'.

Pero motivaciones y dinero aparte, los esfuerzos de los gigantes tecnológicos no tienen muchas probabilidades de producir grandes éxitos si es que el pasado año sirve de referencia. Los primeros programas originales de Apple, Carpool Karaoke y Planet of the Apps, no solo eran basura, sino que tampoco no hay muchas pruebas de que encontraran una audiencia significativa. Google produjo programas para YouTube que incluía celebridades como Ellen DeGeneres y Kevin Hart, pero las cifras de audiencia han sido mediocres. Y al nuevo servicio de vídeo de Facebook, Watch, no le ha ido bien.

Mientras que Amazon ha tenido más éxito tanto desde el punto de vista de la crítica como el comercial, su éxito podría verse socavado por las recientes acusaciones de acoso sexual contra su antiguo jefe de estudios y contra Jeffrey Tambor, la estrella de uno de sus principales programas. 

Apple parece haber aprendido de alguno de sus errores al contratar a un par de productores de alto nivel para dirigir su iniciativa audiovisual. Pero resulta difícil ver cómo Apple Music puede diferenciarse del resto de servicios de vídeo con tan solo un puñado de programas. Va a tener que crear una colección mucho más profunda y crear un exitazo. Buena suerte.

Por su parte, Hollywood parece estar contento de recibir todo el “dinero tonto” que fluye desde el sector tecnológico, como una fuente bien conectada contó al columnista de Tecnología del New York Times Farhad Manjoo el año pasado. A día de hoy, los gigantes tecnológicos, salvo Netflix y Amazon, no han demostrado saber mucho sobre cómo producir buen contenido más allá de firmar grandes cheques. 

Pero, en realidad, las aparentemente infinitas arcas de las compañías tecnológicas no pueden comprar hits. Se puede contratar a la gente con más talento del mundo, pero también hay que saber cómo lograr que la audiencia se siente a ver lo que producen. Y eso es algo que las compañías tecnológicas no parecen haber descubierto todavía. Por lo tanto, prepárate para un año más de fracasos financiados por las grandes tecnológicas.

Las marcas chinas fracasarán en el mercado estadounidense

Móvil Huawei

Apple y Samsung tienen prisionero al mercado estadounidense de smartphones.Según comScore, los usuarios de iPhone representan el 45% de todos los que tienen smartphones en EE. UU.. Los propietarios de móviles Samsung representan el 29%.

Huawei y Xiaomi, los dos grandes gigantes chinos en el mundo smartphone cuyos dispositivos están ganando popular en los mercados de países emergentes, no se muestran intimidados por la hegemonía de Apple y Samsung en EE. UU. Huawei planeaba empezar a vender un nuevo teléfono a través de AT&T este año, pero el acuerdo se cayó. Mientras tanto, Xiaomi mantiene conversaciones con AT&T y Verizon, según Bloomberg.

Sin embargo, si nos fijamos en la historia, las compañías chinas están condenadas al fracaso en EE. UU.. El mercado de teléfonos inteligentes está plagado de empresas que intentaron enfrentarse a Apple y Samsung y no lo lograron: HTC, Motorola, Essential, ZTE, Google y muchas más.

¿Cuál es la lección que se extrae de esto? Si no puedes ofrecer algo único y a través de las grandes operadoras y cadenas de venta, es casi mejor que no lo intentes. Es simplemente demasiado tarde para que un nuevo actor entre en el mercado y ofrezca a EE. UU. más de lo mismo.

El ‘hype’ de la realidad aumentada se desinflará

La realidad aumentada, la tecnología que permite sobreponer imágenes virtuales sobre el espacio físico, ha superado a su prima, la realidad virtual, como la tecnología que más emoción despierta en estos momentos.

Apple, Google, Facebook, Snapchat y la práctica totalidad de las grandes empresas de consumo en el sector han empezado a trabajar para que los dispositivos y experiencias de realidad aumentada se conviertan en el nuevo gran hito tras los smartphones y las aplicaciones móviles. Pero a pesar de todo el revuelo, no hemos visto nada todavía que demuestre el potencial que se le atribuye a la realidad aumentada, a no ser que quieras contar aquí perrito caliente bailarín de Snapchat.

Los smartphones resultan ser una plataforma terrible para esta tecnología. Y no hemos visto ninguna prueba de que los desarrolladores puedan usar la realidad aumentada para crear algo innovador o útil.

La tecnología de realidad aumentada probablemente no cumpla las expectativas que se han generado hasta que alguien cree unas gafas inteligentes que la gente realmente se quiera poner. Si el dispositivo Magic Leap presentado recientemente sirve de ejemplo, estamos lejos de llegar ahí. De verdad, ¿quién va a querer ponerse una monstruosidad como esta?

MAGIC LEAP-Lanzamiento realidad aumentada

Como aún faltan años para que existan dispositivos de realidad aumentada atractivos y listos para el consumo, el hype generado por Apple, Google y otros se desinflará este año. Y las inversiones de capital riesgo en realidad aumentada se secarán y la emoción se desmoronará. Nos vemos de nuevo en la década de 2020.

La emoción por la inteligencia artificial se disparará

La inteligencia artificial se ha convertido en el término que engloba todo lo referido a los ordenadores que usan sus conocimientos del mundo para tomar decisiones sobre nuevos datos. Los coches autónomos usan la inteligencia artificial para guiarse. El asistente virtual de Amazon, Alexa, lo usa para saber qué marca comprar cuando le dices que compre detergente. Google lo utiliza para organizar automáticamente tus fotos en álbumes basándose en la localización y el reconocimiento facial.

La inteligencia artificial es el concepto más prometedor y útil que tenemos, incluso aunque no lo veas necesariamente todos los días. Alimenta las empresas e iniciativas más prometedoras de todos los sectores y su importancia solo irá en aumento. Toda compañía que no estudie cómo la inteligencia artificial puede mejorar sus productos está condenada al fracaso.

Todos nos empezaremos a preocupar por el poder de Amazon

El CEO de Amazon, Jeff Bezos.
El CEO de Amazon, Jeff Bezos.

El próximo año veremos la amazonización de aún más aspectos de nuestra vida más allá del comercio electrónico.

Amazon tiene planes para expandir su actividad en productos farmacéuticos, publicidad digital y el envío de productos a la vez que aumenta en paralelo su presencia en tiendas físicas. La compañía se está transformando rápidamente de unos grandes almacenes digitales a un coloso del comercio que pronto podría ponerle una etiqueta "Prime" a prácticamente todo lo que consumimos.

La mayoría de las veces que Amazon se ha dirigido a nuevos sectores en el pasado, su expansión ha sido a costa de las empresas líderes de esas áreas. Las cadenas de supermercados, por ejemplo, vieron cómo se hundían sus acciones cuando Amazon anunció que planeaba comprar Whole Foods. Imagina qué pasará con la cadena de farmacias CVS cuando Amazon comience a vender medicamentos o con Macys si Amazon compra una cadena de tiendas de lujo como Nordstrom.

Con efectivo casi ilimitado y sin competidores viables, Amazon tendrá un poder sin control para derribar casi cualquier industria de consumo que desee. Para fines de 2018, tendremos que empezar a preguntarnos si es bueno que Amazon tenga sus garras en tantos aspectos del comercio y nuestras vidas. Voy a predecir que la respuesta será "no".

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