La desescalada de Shein: su valoración se desploma un tercio y trata de obtener 3.000 millones en una ronda a la baja

Shein sigue en plena desescalada: el gigante chino de la moda rápida está, según The Financial Times, en conversaciones para recaudar hasta 3.000 millones de dólares (casi 2.780 millones al cambio en euros). 

Esta ronda a la baja supondría aceptar que la valoración de la empresa se sitúa en 64.000 millones de dólares frente a los 100.000 millones de dólares anotados en abril del pasado año. 

De esta forma, la empresa estaría tratando de cerrar una nueva recaudación de fondos de los inversores existentes, incluyendo el fondo soberano de Abu Dhabi Mubadala; el grupo de capital riesgo Sequoia China y el grupo de capital privado General Atlantic. 

Estos 3 inversores fueron, de hecho, los protagonistas de la última ronda de financiación de Shein, realizada en abril, donde el grupo alcanzó sus máximos. Esto colocaba a la empresa como la tercera startup más valiosa del mundo, solo por detrás de ByteDance, matriz de TikTok, y SpaceX, de Elon Musk. 

Las 5 preguntas que debe responder Shein en 2023: de la completa libertad con la que sus productos pasan las fronteras a cómo su propia magnitud puede tumbar su exitoso modelo

Su crecimiento, no obstante, ha sido meteórico: hace solo 2 años, la empresa china estaba valorada en 15.000 millones de dólares.

Sin embargo, desde este dorado mes abril, el idilio inversor con Shein ha perdido fuelle. En octubre, ya The Financial Times ya apuntaba a que la valoración de la empresa se movía entre los 65.000 y los 85.000 millones de dólares.

Unos meses antes, y de acuerdo a un informe de Bloomberg, los inversores que pretendían vender las participaciones de la empresa ya se estaban encontrando con ofertas con una merma del 30% sobre la valoración de abril. 

La crisis del sector tecnológico que salpica a Shein

Esta ajuste se produce en un complicado contexto para las tecnológicas. A un fuerte descenso de la financiación de capital riesgo se le suma un mercado, en gran medida, cerrado a las ofertas públicas, Todo ello ha provocado una crisis de financiación para muchas empresas privadas en el último año.

Con todo, las principales startups han recortado sus costes de forma sustancial, lo que ha generado una ola de despidos en todo el sector tecnológico.

De esta forma, un número elevado de empresas se están quedando sin efectivo y se han visto obligadas a realizar las denominadas "rondas a la baja", es decir, aceptar financiación a una valoración muy inferior a la que la empresa había obtenido previamente.

Esto significaría que los inversores que participaron en la anterior recaudación de fondos obtendrían una mayor participación en la empresa, ya que Shein pretende recaudar entre 1.500 y 3.000 millones de dólares en la nueva ronda que se espera cerrar en los próximos meses.

Una persona familiarizada con la empresa explica que Shein planea una OPV (Oferta Pública de Venta) este mismo año en EE.UU., su principal mercado. Esta operación bursátil suele ser el previo a una salida a bolsa, algo que ya estaba dentro de la hoja de ruta del grupo. 

En línea con esta información, el grupo obtuvo el pasado año unos ingresos de 30.000 millones de dólares, incluidos 6.000 millones en efectivo, que, según esta persona, se utilizarán para diversificarse en el sector de los pagos.

Tras la publicación de este artículo en el medio estadounidense, Shein "negó la exactitud de algunas de las informaciones", pero no quiso especificar más.

El grupo de moda rápida, fundado en 2008 por Chris Xu, también ha recibido inversiones en el pasado de grupos como Tiger Global Management e IDG Capital.

Shein, que ahora tiene su sede en Singapur, ha registrado un crecimiento explosivo en Occidente, donde su enorme cantidad de ropa a precios irrisoriamente bajos le ha colocado como la empresa predilecta entre la generación Z. 

Sin embargo, toda esta omnipresencia ha dejado más expuesta que nunca sus sombras laborales y medioambientales.

Ahora, la empresa se encuentra intensificado sus esfuerzos en cuanto a sus criterios ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés). Sin embargo, sigue sin estar claro cómo podrá refomularse para ser "socialmente responsable" sin tumbar su exitoso modelo de negocio.