Tarjeta de embarque, maleta y vacunas: así se sienten los no vacunados que quieren viajar ante las nuevas restricciones

Una manifestante sostiene un cartel durante una protesta contra la vacuna del COVID-19 celebrada frente al Ayuntamiento de Nueva York, Estados Unidos, el 9 de agosto de 2021.
Una manifestante sostiene un cartel durante una protesta contra la vacuna del COVID-19 celebrada frente al Ayuntamiento de Nueva York, Estados Unidos, el 9 de agosto de 2021.

REUTERS/Andrew Kelly

  • Las restricciones a la hora de viajar hacen que los no vacunados se sientan cada vez más excluidos.
  • CNBC ha hablado con varios de ellos para conocer cómo se sienten al respecto y por qué han decidido no recibir la inyección contra el COVID-19.
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Los no vacunados parecen no estar encontrando su lugar en la nueva normalidad.

Con cada día que pasa, más y más medidas impiden llevar una vida normal a aquellos que se han negado a recibir la inyección contra el COVID-19.

Una de las grandes barreras que estas personas encuentran es a la hora de viajar, ya que cada vez las normas lo hacen más difícil.

Cada vez se exige más a los viajeros que muestren una prueba de vacunación antes de poder hacer un crucero, reservar viajes en grupo, evitar las cuarentenas o ir a destinos concretos.

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De momento, los viajeros pueden seguir moviéndose aportando otras pruebas, pero la facilidad de aportar un documento que acredite la vacunación hace de esta casi una obligatoriedad. 

La CNBC ha entrevistado a varios viajeros no vacunados para conocer sus opiniones y frustraciones al respecto y esto es lo que ha concluido. 

Esperar a que llegue el momento

Varias personas que se oponen a la obligatoriedad de las vacunas dijeron que les molesta que se les agrupe con los llamados "antivacunas" porque, aseguran, no están en contra de las vacunas, sino de estas "vacunas apresuradas". 

Una de estas personas, enfermera estadounidense, viaja mensualmente y teme que las restricciones le impidan hacerlo. Según ella, las pruebas de detección del COVID-19 "tienen más sentido" y son más equitativas para quienes no pueden o no quieren vacunarse.

"Seguiré esperando y espero que con el tiempo surja un enfoque menos desesperado y más lógico", dijo. "Cuando y si se demuestra que estas vacunas son seguras, me vacunaré", aseguró a CNBC.

El argumento de que las vacunas siguen en "una fase experimental" cobra fuerza entre mucha gente de este colectivo, preocupados por los posibles efectos secundarios negativos a largo plazo.

La Organización Mundial de la Salud ha asegurado en repetidas ocasiones que las vacunas aprobadas, incluidas las de Pfizer y Moderna, son seguras y eficaces contra el COVID-19 y las variantes existentes.

Los mandatos de viaje probablemente animarían a algunos de ellos a vacunarse, aunque consideran que no son éticos.

Las restricciones durarán poco

Otro de los entrevistados por dicho medio fue Bert Valdez, un surfista profesional de Hawai que tampoco piensa vacunarse.

"Es una droga, y siempre nos han dicho que no nos droguemos", dice.

Valdez es consciente de que su decisión limitará su capacidad de competir alrededor del mundo, lo que le hace sentir frustrado, pero no enfadado. El estadounidense cree que estas restricciones durarán poco porque "la gente que está en el poder no estará mucho tiempo".

Teme más a la vacuna que al virus

Beegy Morter asegura no poder vacunarse porque es alérgica a un conservante que contienen.

"Me siento discriminada", dijo la mujer de 77 años a la CNBC. "No soy antivacunas, simplemente he investigado". Pese a ello, admite que no se vacunaría si no fuera alérgica porque no teme al COVID-19: "Prefiero arriesgarme... a vacunarme".

Un nuevo informe de la Kaiser Family Foundation muestra que el 53% de los adultos no vacunados en Estados Unidos temen más a las vacunas que a la propia enfermedad.

Morter también dijo que tiene problemas para usar mascarillas. La marean, así que evita las tiendas que las exigen.

Inamovible

Hay quien se empeña en no hacerlo pese a que ello vaya a acabar con sus planes futuros. 

Dan Morris dijo que sus planes de visitar Australia este año parecen "extremadamente improbables", ya que las autoridades australianas parecen no están dispuestas a aceptar a personas no vacunadas en el futuro.

Entre las razones de este hombre de Florida para tomar su decisión es que le preocupa que las mutaciones hagan que las vacunas sean menos eficaces. La realidad es que las variantes tienen más probabilidades de desarrollarse si la gente rechaza las vacunas.

"El endurecimiento de la normativa y las restricciones hacen que sea menos probable que me vacune en el futuro", dijo. "¡Soy testarudo!"

Todo por viajar

"No quiero vacunarme, pero me siento obligada a hacerlo porque voy a hacer un viaje a Kentucky en octubre y un crucero en enero", dijo. "No quiero... pagar más o que me retrasen en el aeropuerto si no estoy vacunada", explica Lois Lindsey a CNBC.

No es la única. Según una encuesta de Time realizada en marzo, más de la mitad (52%) de los encuestados vacunados indicaron que su decisión estaba influida, al menos en parte, por el deseo de viajar. 

Son muchos los cruceros que exigen que todos sus pasajeros mayores de 12 años se vacunen. Los que no, pueden verse obligados a tener que pagar un extra y someterse a pruebas adicionales de detección de la enfermedad, además de comprar un seguro de viaje.

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