La siesta hipnagógica de Dalí: cómo potenciar la creatividad a través del sueño cuando estás atascado

La creatividad es esa práctica que asociamos al arte y que para muchos resulta algo ajeno, sin embargo, es un error pensar que la imaginación es solo para los artistas. 

La inventiva es una herramienta muy útil y que todas las mentes brillantes potencian para desarrollar los campos en los que trabajan y para resolver problemas de forma eficiente. 

Mentes brillantes como el científico Albert Einstein, el exCEO de Apple Steve Jobs, exCEO de Twitter Jack Dorsey han utilizado distintos métodos basados en la neurociencia durante sus carreras para superar los bloqueos y dar con mejores ideas. 

Pero una de las técnicas que los científicos han demostrado como una de las más efectivas para potenciar la creatividad es la que empleaba el artista español, Salvador Dalí.

El pintor es uno de los mayores representantes del surrealismo por sus obras oníricas y por plasmar mundos extraños, controvertidos e incluso delirantes. Pero la fuente de su inspiración no es ningún secreto: los sueños. 

El pintor y escultor de visiones como la de El gran masturbador (1929) o La persistencia de la memoria (1931), 2 de sus obras más importantes, bromeaba con que le dieran 2 horas de actividad y las 22 restantes de sueño para encontrar a sus musas. 

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Las siestas hipnagógicas de Dalí, también denominada siesta creativa o siesta de la cuchara, es una herramienta para resolver un problema al que no se encuentra solución, cuando existe un bloqueo mental o simplemente, cuando se quiere ser más creativo. 

Este método consiste en entender cuáles son las fases del sueño y cómo nuestro cerebro funciona mientras nos quedamos dormidos. La primera fase, la no REM, consta primero del adormecimiento, seguido del sueño ligero y finalmente el sueño profundo, que da lugar a la fase REM. 

El sueño hipnagógico hace referencia al momento entre el sueño ligero y el profundo, donde se dan alucinaciones auditivas, visuales o táctiles que se producen justo antes de entrar en fase REM. Despertar en ese preciso momento, puede hacer que la mente retenga las imágenes percibidas en el sueño. 

En su libro 50 secretos mágicos para pintar, Dalí describe la siesta hipnagógica como herramienta para buscar nuevas ideas y potenciar sus capacidades creativas como parte de su proceso artístico.

El sueño como fuente de inspiración

Esta técnica ha sido ampliamente practicada en el mundo intelectual y creativo, desde Aristóteles hasta Edison y pasando por el artista español; pero no ha sido hasta ahora que la investigación del Instituto del Cerebro de París, publicada en la revista Science Advances, ha probado la eficacia de la siesta hipnagógica. 

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El método es sencillo y consiste más bien en impedir quedarse dormido, más que en tener la siesta en sí. Según Dalí, la técnica consiste en estos 5 pasos:

• Sentarse en un sillón donde se puedan apoyar los brazos.
• Sujetar en la mano una llave de metal que pese lo suficiente.
• Colocar debajo de la mano con la que se sujete la llave un plato también de metal.
• Cuando se inicie el proceso del sueño y se llegue al momento en el que se pasa del sueño ligero al profundo, la llave se caerá de la mano y hará ruido contra el plato, de tal manera que el ruido que se produzca hará que te despiertes. 

Los resultados del experimento llevado a cabo por los científicos han mostrado que las personas que tuvieron siestas hipnagógicas de al menos 15 segundos, habían triplicado la posibilidad de resolver el problema que se les planteó, gracias a que se les ocurrieron nuevas posibilidades.