La quiebra del Silicon Valley Bank demuestra que, al final, las élites tecnológicas necesitan al Estado

Emilia David,
SVB

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  • Muchos ejecutivos de empresas tecnológicas y de capital riesgo se oponen a la intervención del Estado en el sector.
  • Esta tendencia libertaria se ha visto alterada cuando muchos se han dado cuenta de que el Gobierno ha tenido que intervenir al hundirse el SVB.
  • La quiebra del Silicon Valley Bank está enseñando a la industria tecnológica que los reguladores a veces son necesarios.
Análisis Faldón

Las élites del mundo tecnológico, especialmente algunos destacados inversores de capital riesgo, suelen rechazar la idea de la influencia del Gobierno en Silicon Valley.

Pero cuando las consecuencias del repentino colapso del Silicon Valley Bank la semana pasada se prolongaron hasta el fin de semana, esas mismas élites tecnológicas se encontraron pidiendo que la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) o la Reserva Federal intervinieran y rescataran el banco. O, al menos, que garantizaran a los depositantes el acceso a su dinero.

Jason Calacanis, conocido inversor ángel y aliado de Elon Musk, causó sensación en Twitter con sus llamamientos a la intervención de las autoridades públicas durante el fin de semana, al igual que David Sacks, presentador del podcast All In y conocido empresario tecnológico, que en el pasado se han mostrado contrarios a la regulación y a la idea de un Gobierno fuerte en general

No sólo los fondos de capital riesgo —los inversores que extienden cheques a las startups y las ayudan a despegar— pidieron la intervención del Estado.

Los inversores multimillonarios Bill Ackman y Mark Cuban instaron a la Administración Biden a actuar con rapidez. Cuban ha apoyado en el pasado la regulación de algunas actividades de las grandes tecnológicas, pero se ha mostrado firmemente en contra de la idea de fragmentar empresas como Amazon, mientras que Ackman se ha enfrentado a los reguladores financieros durante años

El domingo, los clientes de SVB recibieron la mejor noticia posible dadas las circunstancias, cuando el Gobierno anunció que se aseguraría de que todo el mundo recibiera su dinero, incluso por encima de los 250.000 dólares garantizados por la FDIC. La noticia fue recibida con vítores por parte de inversores de capital riesgo, fundadores de startups y cualquier otra persona que hiciera negocios con SVB.

En otras palabras, muchos de esos inversores tecnológicos que normalmente se resisten a que el Estado les eche una mano se han dado cuenta de que, al final, la salvación del ecosistema de capital riesgo se encuentra en Washington DC. Ahora que el acceso a su dinero está garantizado, las startups y cualquiera que haga negocios con SVB puede estar mucho más seguro de que podrá pagar las nóminas y a sus proveedores.

SVB

La relación del sector tecnológico con la regulación ha sido polémica durante mucho tiempo

Algunas de las figuras más influyentes del sector tecnológico sostienen que las normativas gubernamentales pueden ahogar la innovación y la creatividad. 

Las startups y las grandes empresas tecnológicas están dispuestas a vender su tecnología a la Administración, pero algunos críticos vociferantes luchan con uñas y dientes contra la idea de que la Administración tenga algo que decir sobre cómo se construyen esos productos. Esta perspectiva puede influir a menudo en la forma en que los expertos tecnológicos perciben la idea de las regulaciones bancarias y financieras, políticas de privacidad, el apoyo a los políticos y el planteamiento de la sanidad.

En un giro un tanto irónico, sin embargo, las consecuencias de SVB pueden dar lugar a un impulso a favor de más regulaciones, o al menos más supervisión, de las instituciones financieras y otras entidades reguladas. Pero eso también puede ser una buena noticia: en mitad del caos, muchos miembros del sector tecnológico se preguntaron en Twitter cómo habían permitido los reguladores que SVB llegara al punto de la insolvencia.

Tyler Griffin, socio ejecutivo de Restive Ventures, una sociedad de capital riesgo en fase inicial, explica a Business Insider que los reguladores bancarios del Gobierno probablemente aprovechen la oportunidad para tratar de apuntalar el sistema bancario y evitar el tipo de retirada masiva de fondos impulsada por el pánico que vimos la semana pasada. Apoya la intervención del Gobierno en este caso.

"Sospecho que esta quiebra dará lugar a cambios significativos en la regulación bancaria", afirma Griffin. "Mi lógica es que no es sostenible que se produzca una retirada masiva de fondos de un banco provocada fundamentalmente por Twitter". 

Muy pocos en el mundo del capital riesgo creen que la medida para proteger a los ahorradores vaya a ser mala para la salud general del sector. Pero es un recordatorio para todos los que quieren impedir que el Gobierno promulgue normas destinadas a proteger los intereses de los consumidores de que, al final, los fondos de capital riesgo necesitarán al Estado de una forma u otra.

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