Silicon Valley está a punto de entrar en guerra contra la 'tasa Google' que ha aprobado Francia

Mark Zuckerberg, Sundar Pichai y Jeff Bezos.
Mark Zuckerberg, Sundar Pichai y Jeff Bezos.Getty
  • Amazon, Facebook y Google están entre las grandes tecnológicas estadounidenses que se preparan para testificar este lunes contra el impuesto a los servicios digitales (DST) después de que fuera aprobado por el Senado francés durante el mes de julio.
  • El impuesto es poco habitual en el sentido que afecta a los ingresos, no a los beneficios de las empresas. El impuesto sobre el 3% de los ingresos afectará a unas 30 empresas en Francia, en su gran mayoría estadounidenses, ya que incidirá únicamente sobre las compañías que declaren al menos 750 millones de euros en ingresos.
  • Donald Trump ordenó en julio una investigación sobre el impuesto, que podría desembocar en la imposición de aranceles a Francia como medida de represalia, afectando por ejemplo a las exportaciones de vino a Estados Unidos.
  • Varias tecnológicas estadounidenses han presentado pruebas por escrito con el objetivo de apoyar la investigación del Gobierno de los Estados Unidos. Algunas de estas empresas testificarán el lunes ante la Administración para dar cuenta de sus conclusiones.
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Los grandes nombres de Silicon Valley se preparan para testificar contra el nuevo impuesto francés a las tecnológicas en una comparecencia ante el gobierno de Estados Unidos que se celebrará este lunes.

Representantes de Google, Amazon, Facebook están listos para presentar sus argumentos contra el impuesto en la sesión, que se celebrará en la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) en Washington.

Un abogado que representa a Airbnb, Expedia, Salesforce, Microsoft, Stripe y Twitter comparecerá en la sesión, tal y como harán Google, Amazon y Facebook.

Todas ellas se encuentran entre las empresas tecnológicas de Estados Unidos que se verán afectadas por el nuevo impuesto sobre los servicios digitales (DST), que obligaría a las empresas con unos ingresos de más de 750 millones de euros a pagar un impuesto del 3% sobre las ventas de al menos 25 millones de euros en Francia. El impuesto fue aprobado por el Senado francés en julio y se aplicará retroactivamente a partir del 1 de enero de 2019.

El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, ha dicho que unas 30 empresas, en su mayoría estadounidenses, se verán afectadas por el impuesto y que podría recaudar más de 500 millones de euros al año. Eso significaría "justicia", según sus palabras.

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A menudo se acusa a las empresas tecnológicas globales de encontrar formas de eludir impuestos y los críticos dicen que lo hacen pagando la mayoría de sus impuestos en países con una tributación baja, donde tienen su sede central. Las oficinas centrales de Amazon para Europa se encuentran en Luxemburgo, mientras que las oficinas centrales de Google se encuentran en Irlanda, pero esto no refleja necesariamente el lugar en el que estas empresas realizan la mayor parte de sus ventas en Europa.

En julio, Trump ordenó una investigación sobre el nuevo impuesto, que podría desembocar en aranceles contra Francia como represalia, incluyendo la aplicación de impuestos sobre el vino del país.

En un informe público, el USTR dijo que el impuesto francés era "irrazonable" y que se apartaba de la lógica fiscal estadounidense. En concreto, criticaba la propuesta de gravar directamente los ingresos en lugar de los beneficios, así como que la tasa se dirija específicamente contra las empresas tecnológicas estadounidenses.

Facebook, Amazon y Google se encuentran entre las empresas que han colaborado enviando pruebas para apoyar la investigación del gobierno de Estados Unidos.

Peter Hiltz, director de política y planificación fiscal internacional de Amazon, dijo que el nuevo impuesto es "perjudicial" y "discriminatorio" en el sentido de que se aplicará a un "pequeño número de empresas casi exclusivamente no francesas", ya que sólo se dirige a empresas con ingresos de 750 millones de euros o más.

También dijo que tendrá un efecto en cadena sobre otros vendedores franceses, que verán cómo sus comisiones se incrementarán en un 3%.

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"El impuesto tiene el potencial de obstaculizar los esfuerzos de las pymes de los Estados Unidos para crecer y vender en Francia porque aumentará el coste de sus negocios. Los distribuidores podrían verse obligados a elegir entre aumentar sus precios, reducir sus propios costes o dejar de vender sus productos. El nuevo impuesto podría resultar en la pérdida de ventas, en la reducción de la inversión y la producción, y potencialmente incluso en la pérdida de puestos de trabajo", afirmó.

El director de política fiscal global de Facebook, Alan Lee, dijo que la empresa apoya "firmemente" la decisión del gobierno de Estados Unidos de investigar los planes en Francia y dijo que también será complicado para Facebook cumplir con las nuevas leyes.

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