De las megarrondas a un millón de euros por una presentación: el sobrecalentamiento de la inversión en startups que ha contagiado a España podría estar a punto de terminar

Ejecutivo en una burbuja

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  • Las startups españolas captaron en 2021 más fondos que nunca. Desde 2015, la inversión media por operación ha subido un 63%.
  • La inflación en las valoraciones que se achacaba a las startups de EEUU ha llegado a España. "Eso de un millón de euros por un PowerPoint está ocurriendo", asegura un experto del sector a Business Insider España.
  • La guerra en Ucrania y sus consecuencias en inflación y subidas de tipos podrían provocar una corrección en el mercado, de la que se salvarán los proyectos más interesantes.
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El ecosistema de startups español viene de vivir el mejor año de su historia en cuanto a inversión se refiere. En 2021, las compañías españolas batieron su récord de financiación, con casi 4.300 millones de euros captados según los datos recopilados por el Observatorio de Startups de la Fundación Innovación Bankinter.

Ese crecimiento viene alimentado por un gran año para las gestoras de capital privado, que pusieron 7.494 millones de euros en 841 compañías sumando todas las inversiones del capital riesgo y el private equity, según los datos de la patronal Ascri, y captaron más de 2.500 millones para sus vehículos. Entre el final del año pasado y el inicio de 2022 se han anunciado varios fondos con entre 100 y 200 millones para invertir: Leadwind (KFund y Telefónica), Alma Mundi, Nauta Capital, Seaya o Kibo.

Todo eso ha nutrido el mercado de las rondas de inversión. Glovo había levantado 450 millones meses antes de producirse la compra por parte de Delivery Hero, un carrusel de inversiones durante 2021 convirtió a Jobandtalent en unicornio al superar los 1.000 millones de valoración y, ya en 2022, se han producido rondas como las de Fever, Paack, Typeform o Travelperk, este último el más reciente unicornio español.

Como consecuencia de ese florecimiento de las megarrondas, la inversión media por operación ha subido de forma más que notable. Entre 2015 a 2021, el importe medio de las operaciones del capital riesgo con startups españolas se ha incrementado un 63%, de 1,72 millones de euros de media por operación a 2,81 millones, según los datos que recoge la patronal Ascri.

¿Qué ha ocurrido? En primer lugar, el ecosistema español está beneficiándose de la explosión de compañías que llevaban años trabajando. "Estamos recogiendo los frutos de startups de mucha calidad que se han creado en la última década: Typeform en 2012, Paack en 2015, Glovo en 2014, Travelperk en 2015...", señala a Business Insider España el inversor Manuel Matés, de BMC Ventures.

Matés, que cuenta con una de las bases de datos más exhaustivas del emprendimiento tecnológico en España, calcula que no solo la media, sino también la mediana —que ofrece el valor central de una serie de valores, por lo que está menos influido por las grandes rondas que la media— también se ha elevado en todas las operaciones, desde las de capital semilla a las series A y B.

Ilustración de unicornio

"Eso es debido al récord del volumen de inversión en España en 2021 en capital riesgo tecnológico, que lo viene siendo cada año desde 2012. De 2010 2021 ha habido un incremento de la inversión de 24 veces y una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 33%", puntualiza. Si en 2010 se invirtieron 150 millones de euros en capital riesgo tecnológico, en 2021 se superaron los 3.500 millones, según la base de datos de este inversor.

En segundo lugar, las startups españolas se han beneficiado de la percepción de que el mercado español ofrecía oportunidades a un menor precio que otros países, no solo Estados Unidos, sino también otros países europeos. 

"España ha sido descubierto como un ecosistema de startups atractivo para los principales fondos de capital riesgo que invierten en series A o etapas posteriores, y es una buena señal. Para mí solo es el principio de un proceso de equiparación", apunta a Business Insider España el inversor alemán Andreas Mihalovits, uno de los más experimentados en España.

El efecto contagio

Ilustración de empleados transportando cajas y haciendo crecer una startup.

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Este aumento de la inversión no es, ni mucho menos, un elemento exclusivo de España. En Estados Unidos, la mediana de rondas en series A ha crecido por encima del 10% interanual entre 2018 y 2020, y en 2021 subió un 30%, de 10 millones a 13 millones. También las series B se han disparado un 38% (de 24 a 33 millones) y las series D se han duplicado, de 52 millones en 2020 a 100 millones en 2021, según datos de Crunchbase, que no duda en hablar de inflación en las valoraciones. 

¿Puede estar ocurriendo esta inflación en la valoración de las startups también en España? "Es un debate recurrente que tenemos porque las valoraciones en 2021 han subido mucho", admite Diego Recondo, socio inversor del fondo All Iron Ventures. 

"Probablemente la inflación es más alta en fases tardías, de la C en adelante, pero también en las tempranas. Y eso aplica a Estados Unidos, China, Europa y España, pero nosotros opinamos que las valoraciones en Europa siguen siendo una fracción de lo que son en Estados Unidos", argumenta.

Una dinámica alimenta ese contagio de la inflación de las tecnológicas americanas: la existencia de una gran cantidad de liquidez en el mercado que no encuentra activos en los que invertir y se acerca a las compañías emergentes tecnológicas en busca de buenos retornos a cambio de asumir un mayor riesgo y valoraciones elevadas en los proyectos más cotizados.

"La gran liquidez del mercado combinada con el limitado número de startups atractivas ha forzado a muchos inversores a extender su foco a otros mercados como España", añade Mihalovits, para quien esa búsqueda de los fondos internacionales se ha visto correspondida con startups españolas "más y más atractivas".

Esa dinámica tiene su efecto pernicioso: que lleguen inversores, sean nacionales o extranjeros, que no conozcan bien el mercado y no sepan cómo analizar las compañías. "Ese exceso de liquidez viene en parte de inversores no profesionales, que no conocen la dinámica de análisis, métricas necesarias, revalorizaciones ronda a ronda... y ellos son los que a veces fijan una valoración no razonable", opina Matés.

Hablando de inflación, es inevitable que la palabra burbuja sobrevuele las conversaciones. Mario Teijeiro, director del programa de apoyo a startups tecnológicas de la consultora Deloitte, StartmeUP, considera que está muy lejos de parecerse a la burbuja de las empresas de internet del año 2000.

"No es una burbuja como la de las puntocom. Es verdad que hay negocios tecnológicos y su evolución es favorable, hay una madurez en el ecosistema que ni siquiera imaginábamos hace años y hay factores que son vientos de cola. El COVID, dado el componente tecnológico de muchas startups, facilitó la adopción de sus tecnologías en un tiempo más corto", asegura a Business Insider España.

No solo la pandemia, sino los planes para paliar sus efectos apostando por la transformación digital con fondos públicos como los Next Generation europeos o el Next Techespañol funcionan también como incentivos. "En los negocios vinculados a los ejes donde la UE va a asignar fondos, es lógico que un fondo piense que le va a costar menos hacer crecer a esas compañías", agrega Teijeiro.

Coincide con él Diego Recondo en negar una burbuja como la del inicio del siglo XXI. "El mercado se está calentando, pero muchas veces nuestros inversores nos preguntan si es una burbuja y yo creo que no; ha podido haber una inflación en las valoraciones, esto es así, y viene de donde viene, pero los fundamentales son muy diferentes al año 99", añade.

Desde las fases semilla: PowerPoint a un millón

Obviamente, en este crecimiento tienen un protagonismo fundamental las megarrondas conseguidas por muchas compañías españolas, que al protagonizar operaciones de gran tamaño impulsan esta media. Pero no son las únicas.

También ha crecido la inversión en los proyectos más emergentes. Incluso sacando del cálculo las operaciones de mayor tamaño y poniendo el foco en aquellas compañías en fase semilla y startup, el importe medio percibido por compañía —no por operación— ha crecido un 60% desde 2015 y se ha multiplicado por 4 en el último lustro, según los datos del capital riesgo recopilados por Ascri.

Mario Teijeiro, de Deloitte, observa "más sobrevaloración" en esas compañías que captan financiación en fases más tempranas. 

"Hace años en el ecosistema español se ridiculizaba un poco que en Estados Unidos un PowerPoint valiera un millón de euros. Pues eso está ocurriendo. Vemos emprendedores con una buena idea de negocio y la ponen en valor vendiendo las expectativas más que las métricas. Y, dada la extremada liquidez del mercado, hay quien lo compra", relata.

El responsable del programa StartmeUP de la consultora reconoce que en las rondas de capital semilla "ya todo vale". "Se habla de cosas que no están nada maduras y se ponen varios ceros", relata Teijeiro, que considera que en las grandes operaciones los fondos de capital riesgo saben que pagan un sobreprecio, pero eso "forma parte del riesgo" que asumen las gestoras.

Guerra, inflación y un nuevo escenario

Ilustración de inflación o de escalada de precios

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Todo lo comentado hasta el párrafo anterior describe la situación previa a la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, que ha tenido un impacto enorme en muchísimos sectores, desde el encarecimiento del combustible a empresas que dejan Rusia o sanciones como la desconexión de la mayoría de los bancos rusos del sistema de interconexión bancaria SWIFT.

Los efectos económicos de toda esta situación ya se están viendo: una inflación desbocada, que en España ha llegado hasta puntos no vistos hace más de 30 años y la primera subida de tipos de interés desde el inicio de la pandemia, de un 0,25%, anunciada hace unas semanas por parte de la Reserva Federal de EEUU.

"Por un lado, la Fed ya anuncia la subida de tipos y con ellos se acaba el dinero gratis, y, por otro lado, y tal vez más importante, los mercados bursátiles han penalizado mucho a todas las empresas tecnológicas, especialmente a aquellas que salieron a bolsa con pérdidas, lo cual tiene sentido, y sus capitalizaciones bursátiles y múltiplos han disminuido hacia niveles más razonables, y ello afecta a las valoraciones", opina Matés.

Chico compra vitaminas en una farmacia.

Desde su punto de vista, el cóctel que suma inflación, guerra, bolsas a la baja y subida de tipos "ralentiza el mercado de inversión en capital riesgo tecnológico" y acabará provocando que los inversores revisen a la baja sus inversiones en startups, no solo en las grandes, sino también en aquellas en fases iniciales.

"Posiblemente pueda tener un impacto inicialmente en las valoraciones de las rondas de empresas en fases más avanzadas (late stage, growth), pudiendo más adelante trasladarse igualmente a las rondas más tempranas", coincide Diego Recondo, de All Iron Ventures, para quien el impacto de las consecuencias de la guerra en las startups será "limitado". "No debemos olvidar que el capital riesgo es un activo a muy largo plazo", subraya.

No obstante, para el inversor del fondo bilbaíno, habrá startups que se salvarán de esa corrección del mercado: aquellas con proyectos más interesantes y que hayan probado su potencial al mercado. 

"Los mejores proyectos, en los que los fondos de venture capital competirán por entrar, sufrirán sustancialmente menos una posible caída de las valoraciones. Pero, para empresas que no estén entre esas elegidas, el impacto a la baja será más probable", concluye el inversor de All Iron Ventures.

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