El Sol envía 2 tormentas "caníbales" a la Tierra: podrían afectar a los sistemas de navegación y, en el peor de los casos, colapsar Internet durante varios meses

Imagen de una tormenta solar capturada el 31 de agosto de 2012, en comparación con la Tierra.
Imagen de una tormenta solar capturada el 31 de agosto de 2012, en comparación con la Tierra.

Reuters

El Sol se encuentra actualmente en el máximo solar, es decir, el período con mayor actividad en un ciclo de 11 años que, continuamente, se repite. Durante este pico máximo de actividad, tienen lugar las grandes erupciones solares.

Una de las más famosas es la tormenta solar ocurrida en 1859, que golpeó a la Tierra de tal forma que, a simple vista, se podían ver auroras boreales en Roma (Italia). Uno de los peligros de estas es su implicación en las telecomunicaciones y los sistemas de navegación.

Durante la época de máximo solar, el astro rey produce unas nubes gigantes de plasma solar, en lo que se conoce como eyección de masa coronal (o CME, por sus siglas en inglés), que suele impactar contra la Tierra 24 horas después, dejando el espectáculo extraño de auroras.

El pasado 14 de agosto, la web especializada spaceweather.com avisó de una erupción de plasma –siguiendo el modelo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA)–, la misma que anticipa otro fenómeno que tuvo lugar el 15 de agosto: una tormenta geomagnética.

Ahora, el mismo sitio avisa de 2 CMEs que chocarán contra la Tierra el jueves 18 de agosto, un evento que podría afectar a satélites o incluso dispositivos de consumo. Si ese día notas algo raro, no te preocupes, acabará pasando.

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"En este caso, los pronósticos de la NOAA esperan tormentas geomagnéticas de clase G1 (menor) a G2 (moderada)", avisa el portal. "Durante estas tormentas, las auroras a simple vista pueden descender en Estados Unidos hasta el sur de Nueva York e Idaho (latitud geomagnética de 55 grados)".

Además, según explican los expertos de spaceweather.com, estos eventos son catalogados como "caníbales". Las CMEs categorizadas como tal se juntan para combinar su fuerza en una poderosa tormenta geomagnética.

"Podría tratarse de una CME caníbal", aseguran los expertos. "En otras palabras, la segunda CME podría superar y engullir a la primera, creando una mezcla de ambas. Las CME caníbales contienen campos magnéticos enmarañados y plasmas comprimidos que pueden desencadenar fuertes tormentas geomagnéticas".

Las tormentas se clasifican en 5 niveles diferentes. Estas corresponderían a los escalones inferiores, G1 y G2. Según las previsiones, no habría que preocuparse por los astronautas que están en órbita, ya que solo les afectaría una de tipo G3.

Además, la Agencia Espacial Europea (ESA) hace uso de los propulsores de Swarm, además de quemar combustible, para esquivar un hipotético impacto en sus satélites.

No obstante, los GPS y otros sistemas de navegación podrían dañarse, tal y como ocurrió con la tormenta solar del pasado 3 de julio, que protagonizó un apagón temporal de las ondas de radio en el Atlántico.

Finalmente, el peor escenario sería el colpaso total de Internet durante varios meses, un fenóemos que es extremadamente extraño en estos niveles inferiores. 

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