Esto es lo que dicen los números sobre si las OPV son un buen negocio para los inversores

Trabajando con ordenador
  • La oferta pública de venta de una empresa lleva siempre implícito el riesgo de que la valoración que haga el mercado de sus títulos no coincida con el precio de salida a bolsa.
  • Las IPO -por su siglas en inglés- son más recomendables en un horizonte temporal a largo plazo.
  • Las tensiones geopolíticas, los problemas comerciales (en especial, la 'guerra' de aranceles entre EEUU y China), y la incertidumbre sobre el brexit marcan el escenario actual.

"Es un negocio seguro, crece a toda velocidad y tiene unas perspectivas de futuro tremendas; no puede fallar en bolsa".¿Es siempre así, existe una correlación entre la actividad de una compañía -y todas las circunstancias que la rodean- y sus posibilidades en los mercados?

Uber y Lyft

Veamos un ejemplo reciente de dos grandes empresas que han crecido como la espuma desde su creación y que han saltado a los parqués hace apenas unas semanas. Aunque no exentas de una importante polémica en ciertas ciudades por pugnar con los taxistas, Uber y Lyft son consideradas compañías con gran potencial. Pues bien, con un valor bursátil de de 73.000 y 18.000 millones de euros respectivamente, a 19 de junio perdían un 4 y un 15% en cada caso desde su fecha de salida. Y es que, entre otros factores, la rentabilidad de las mismas aún se contempla como un asunto a largo plazo.

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Es decir, que la regla anterior no tiene por qué cumplirse siempre, y eso que se trata de dos negocios que han revolucionado el transporte urbano de pasajeros. ¿Qué sucede cuando las empresas que salen a bolsa cuentan con unas perspectivas menos halagüeñas? En general, ¿son las ofertas públicas de venta (OPV) un buen negocio para el inversor particular?

Las ofertas públicas de venta (OPV)

Antes de nada, conviene recordar que la salida a bolsa u OPV de una empresa es el proceso por el cual ésta pone a la venta, de forma pública o privada, todas o parte de sus acciones, pasando a cotizar en el mercado bursátil. A partir de ahí, los inversores deciden si les interesan esos títulos o no. Aquí, por cierto, puedes descubrir en qué es más rentable invertir, en acciones o en bonos.

¿Acudir o no a una OPV?

Obviamente, dependerá del caso que sea puede merecer la pena o no, como inversor, adquirir títulos en las también llamadas IPO (por sus siglas en inglés). No obstante, con carácter general, ¿son las OPV un buen negocio para el inversor? Habrá que analizar cada escenario en función de este último -te ofrecemos una guía para elegir los mejores productos de inversión según tu perfil de riesgo-, de la compañía en cuestión y del momento general que se viva.

Como es lógico, ni todas las OPV son aconsejables ni cada una de ellas deja de serlo. Se han dado casos de salidas a bolsa que acabaron siendo negocios redondos para quienes apostaron por ellas en el parqué y también otras que empezaron con precios muy elevados y supusieron pérdidas para los inversores que acudieron a ellas. Así que, insistimos, hay que analizar y evaluar cada caso.

El precio de salida en una OPV

El quid del asunto se halla en la valoración que se haga de cada operación. Los expertos de cada compañía y los asesores contratados por ella pueden dar valor a una acción de distinta manera que lo hará el mercado después. Si estás en una OPV, es decir, que acudes al lanzamiento desde el primer instante, y la valoración de aquél es inferior a la realizada por los expertos de la empresas, perderás dinero, y viceversa. Así que, cuidado con la bolsa, que tiene similitudes -aunque también diferencias- con las apuestas on line.

Las OPV, mejor a largo plazo

En general, cuanto mayor es el horizonte temporal de una inversión, menores son las posibilidades de registrar pérdidas. En lo que se refiere a las salidas a bolsa sucede lo mismo. Si careces de una cierta vocación de permanencia, mejor que no apuestes por las salidas de bolsa como inversión, aunque por supuesto es posible ganar dinero de un día para otro. En ese sentido, pueden interesarte 2 consejos y 6 claves para invertir a corto plazo con éxito.

En cambio, a largo plazo, el panorama cambia notablemente. Según datos de howmuch.net, de haber invertido 100 dólares en las OPV de ciertos grandes nombres -algunas muy remotas en el tiempo-, las mayores ganancias históricas habrían sido las que figuran a continuación:

  1. Nike (que salió a bolsa en 1980): 6.071 dólares.
  2. Walmart (1969): 1.241 dólares.
  3. Coca-Cola (cuya OPV fue nada menos que hace un siglo, en 1919): 1.042 dólares.
  4. Walt Disney (1957): 753 dólares.
  5. McDonald's (1965): 569 dólares.
  6. Pfizer (1977): 370 dólares.
  7. Microsoft (1986): 148 dólares.
  8. General Electric (1962): 124 dólares.
  9. Amazon (1997): 120 dólares.
  10. Mylan (1980): 64 dólares.
  11. Apple (1980): 43 dólares.
  12. Netflix (2002): 33 dólares.
  13. Startbucks (1992): 26 dólares.
  14. FedEx (1978): 23 dólares.
  15. Alphabet (2004): 2,6 dólares.

Prueba de la importancia del momento es que la menor rentabilidad de esos valores la consigue la OPV más reciente, la que protagonizó la matriz de Google, cuya evolución estuvo evidentemente marcada por la gran crisis que comenzó en 2007 y concluyó hace relativamente poco.

Con todo, Alphabet ha sido, al menos, capaz de generar ciertos números. No pueden decir lo mismo otras grandes figuras, tales como Twitter o Snap, cuya cotización ha dejado a medias a más de uno en la última década.

Atención a las euforias y a los momentos bajos

Aunque, por supuesto, ha habido de todo en el mundo de las OPV, resulta habitual que la primera jornada el valor registre subidas. Sin embargo, pasados los días de euforia tras la salida a bolsa -a veces horas-, la acción suele bajar gradualmente. Si hay una vocación de permanencia y se le tiene una cierta fe al valor, no hay que asustarse, ya que es un proceso que entra dentro de lo normal.

De la misma manera, a largo plazo habrá siempre cotizaciones más o menos negativas. Incluso momentos que pueden llevar a vender aunque sea a costa de fuertes pérdidas: el pánico es mal consejero y peor compañero de viaje. Si no hay razones objetivas para vender las acciones, lo ideal es mantener la calma... y la inversión. Al respecto, te descubrimos 10 sesgos cognitivos que condicionan cómo gestionas tus finanzas.

Cómo valorar una OPV

¿Qué valorar en una OPV como inversión?

De forma genérica, cuando sopeses si apostar por una cierta salida a bolsa o no, te aconsejamos que tengas en cuenta los siguientes puntos:

  • Actividad y modelo de negocio de la empresa.
  • Sector en el que opera.
  • ¿Quién está detrás de la compañía? Es decir, ¿quién compone el accionariado?
  • Grado de apalancamiento.
  • Descuento en el debut.
  • Pay out.
  • Política de dividendo.
  • El PER (la relación entre el precio y el beneficio por acción).
  • El momento que atraviesa el mercado.

¿Es el actual un momento recomendable para acudir a una OPV?

De nuevo, habrá que estudiar cada caso de manera individual, aunque valorar un negocio no es tarea fácil. Sin embargo, las tensiones geopolíticas (entre EEUU e Irán, por ejemplo), los problemas comerciales (de nuevo el país norteamericano con Trump a la cabeza y su guerra de aranceles contra China) y la incertidumbre sobre el brexitmarcan el escenario presente.

Tan es así, que el importe de las salidas a bolsa en Europa (308 millones de euros) entre enero y marzo de 2019 fue un 98% inferior al conseguido en los mismos meses del año pasado (algo menos de 13.000 millones). Así que el panorama no pinta de color de rosa por el momento, con lo que las OPV -más allá de éxitos puntuales- no parecen atravesar, con carácter general, su mejor momento.

Sin olvidar el riesgo siempre implícito de que la valoración que haga el mercado de los títulos de una determinada compañía no coincida con el precio de salida a bolsa. Por ello, aunque el miedo a quedarse fuera de un gran negocio también aparece con recurrencia, la recomendación más prudente es esperar a ver cómo evoluciona el valor y, una vez tengas unas mínimas referencias, te decides a apostar por él o no.

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