Paneles solares flexibles: qué son y en qué se diferencian de las placas fotovoltaicas convencionales

Paneles solares flexibles en un edificio de Hamburgo.

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Directamente proporcional al alza en el precio de la luz es el aumento en la popularidad de las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo. Existen varios tipos de placas solares y uno de ellos son los paneles solares flexibles

Son paneles solares que, como los convencionales, están formados por semiconductores y aprovechan los rayos solares que chocan contra ellos para transformar la energía recibida en electricidad. 

Su principal diferencia, como se prevé por el nombre, es que son perfectamente maleables y manejables, por lo que se pueden adaptar a prácticamente cualquier superficie. 

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Esto se debe, como apuntan en el blog de ecofener, a que no poseen marco de aluminio ni de cristal.

En este tipo de paneles fotovoltaicos, detallan, las células solares están fijadas en una estructura de plástico y protegidas por una capa. 

En la misma web señalan que, gracias a su flexibilidad, estos son perfectos para adaptarse, por ejemplo, al techo de autocaravanas, para instalarse en embarcaciones o en viviendas con modernos diseños arquitectónicos.

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Entre las ventajas de los paneles solares flexibles respecto a las placas convencionales, además de la obvia de su facilidad de adaptación, está el peso, ya que suelen rondar los 3 kilos, mientras que los otros están sobre los 12.

Pero también hay desventajas, las 2 principales son que su rendimiento es menor que los paneles solares convencionales: transforman menos energía del sol en electricidad; y que su precio es mayor. 

Paneles solares flexibles de grafeno

En junio de 2020, tal y como apuntaron en MIT News, los investigadores del Massachusetts Institute of Technology anunciaron que habían descubierto una forma de diseñar capas de grafeno ultrafinas. 

Gracias a ellas, explicaron, se podrían fabricar paneles solares más flexibles y ligeros, así como nuevos dispositivos electrónicos con esas propiedades. Es decir, dispositivos de una nueva generación tecnológica. 

El sistema consiste en producir láminas de esa sustancia, de alta calidad, de muy poco grosor, pero de gran superficie. 

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Hasta entonces, apuntaron, fabricar algo así era relativamente sencillo en capas de tamaño reducido. Sin embargo, plasmarlo en grandes dimensiones es algo en lo que los investigadores habían puesto mucho esfuerzo, aunque sin grandes resultados hasta ese momento. 

La nueva fórmula, afirmaron, funciona porque las láminas de grafeno se extraen gracias a otra capa amortiguadora, la parte que se ha incluido en el proceso. Esta última consigue despegar el grafeno de su sustrato y dar lugar a tiras limpias del material, sin que se rompan.

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